APRO10/05/2009 - 04:10 AM
México (Proceso).- Antes de mezclar los negocios con la política, aventura de la que ahora se arrepiente porque –confiesa– “fue una combinación explosiva”, Carlos Ahumada ya arrastraba un largo historial de traiciones, estafas y engaños.
Éstos comenzaron desde su llegada a México, a mediados de los 70, en las gestiones que realizó para obtener la nacionalidad mexicana, entre otros documentos oficiales, y continuaron a lo largo de su carrera, en la cual tejió una bien estructurada red de complicidades políticas y empresariales que en menos de una década lo llevaron a concentrar más de una docena de empresas, dos equipos profesionales de futbol, un diario y, por si fuera poco, una fortuna personal estimada en al menos 50 millones de dólares, de acuerdo con la Procuraduría General de la República.
“Sinceramente me rompí el alma para lograr lo que tengo hoy”, le dijo Ahumada a la periodista Olga Wornat, quien lo entrevistó en septiembre de 2003 para la revista “Poder”. Hace dos años, luego de una estancia de mil 131 días en la cárcel –del 28 de marzo de 2004 al 7 de mayo de 2007-Ahumada decidió retornar a su natal Argentina.
Lo que no dice en su libro
La parte oscura de la historia del empresario naturalizado mexicano comenzó cuando llegó a México, en compañía de su madre, Mercedes Leonor Sofía Kurtz Salvatierra, y de su hermano Pablo. Los tres ingresaron con visa de turistas a territorio mexicano el 6 de octubre de 1975 y se alojaron provisionalmente en casa de una media hermana de Carlos que radicaba en el país desde hacía años y cuyo nombre, ahora se sabe, es Graciela.
Según consta en los documentos que entregaron a la oficina mexicana de Migración, los Kurtz ingresaron con visas de turista por un término de 180 días, y no existe constancia alguna en los archivos de esa dependencia de que hayan refrendado su permiso a fin de permanecer más tiempo en el país.
Otro dato menor pero que refleja su tendencia a la mentira: a Wornat le dijo que era “el séptimo de siete hermanos”; en su libro menciona que es el quinto de seis.
Luego de concluir sus estudios de primaria en 1976, cuenta Ahumada, él y su familia se fueron a vivir a San Cristóbal de Las Casas, donde asegura que permanecieron un año.
En 1977, dice, regresaron a la Ciudad de México y el mismo año cursó el segundo grado de secundaria en la escuela “Amado Nervo”. El tercero lo estudió en la secundaria 95 “Víctor Hugo”.
Sin embargo, en la entrevista con Wornat, Ahumada declaró que cursó los tres años en la secundaria número 75.
De ahí, cuenta Ahumada en su libro, saltó al Colegio de Ciencias y Humanidades plantel sur y, en 1983, “ingresé en la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde cursé cuatro semestres de la licenciatura en Actuaría”. Lo cierto es que en su expediente académico sólo tiene acreditados los dos primeros semestres de esa carrera.
Ciudadano saltillense
Antes de cumplir la mayoría de edad, el 23 de julio de 1979, Carlos Ahumada recibió otro ejemplo de cómo abrirse paso frente a la ley, ya sea por su puerta principal o a través de sus lagunas, omisiones, o de plano aprovechando los atajos que facilita la corrupción.
Al presentar una constancia de inexistencia del acta de nacimiento, Mercedes Kurtz consiguió que el oficial noveno del Registro Civil adscrito a La Aurora, Coahuila, Roberto García Sánchez, reconociera legalmente a Carlos Ahumada como ciudadano mexicano, nacido en Saltillo, Coahuila. Así quedó asentado en el libro I, tomo II, folio 242, foja 042 de la oficina del Registro Civil del municipio de La Aurora.
En el documento oficial se consigna, además, que Carlos nació en el Hospital Civil de Saltillo, a las 2:00 horas del día 11 de junio de 1964, y que sus padres, Aníbal Ahumada Ferreira y Mercedes Leonor Kurtz, son mexicanos, igual que sus abuelos paternos y maternos Arturo Ahumada Anchorena (finado), Herminia Ferreira Salvatierra (finada), Roberto Kurtz (finado) y Mercedes Salvatierra de Kurtz (finada).
El único dato que coincide con el acta levantada en Argentina es el día de nacimiento. El documento original fue expedido por el Registro Civil de la ciudad de Córdoba, en el que se establece que Carlos Ahumada nació en la Clínica Integral de esa ciudad el mismo 11 de junio de 1964, aunque a las 18:45 horas.
No obstante, en su libro Ahumada menciona una fecha y un lugar de nacimiento distintos: dice que nació en 1963, en el Sanatorio Británico de Córdoba.
La carrera del delito
Cumplida la mayoría de edad y ya jurídicamente dueño de sus actos, Ahumada cometió su primera trasgresión en México: amparado en el acta de nacimiento apócrifa, tramitó y obtuvo el 31 de agosto de 1982 su cartilla militar en la junta de reclutamiento número 16 del Distrito Federal. Animado por su buena suerte, obtuvo luego el primero de los tres pasaportes mexicanos que llegó a tener, todos con distintos datos personales. Le asignaron el número 15920. En la solicitud, Ahumada se declaró mexicano e hijo de padres mexicanos por nacimiento.
Por esa época, según su propio dicho, ya había desempeñado varios oficios: cadenero, lavacoches y gerente de una discoteca. También había sido dueño de dos carritos de hot-dogs, un taxi y una taquería.
Con el falso estatus de mexicano, en 1983 estableció una pequeña fábrica de mesas multiusos. Por ese proyecto, el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado le entregó el Premio Nacional de la Juventud en la categoría de Capacitación y Productividad en la Fábrica.
Su hermano
Ahumada afirma que por esas fechas ayudó a la familia de su hermano mayor, Roberto, a establecerse en México:
“Roberto fundó la empresa Grupo Director Empresarial que ofrecía a sus socios rendimientos similares a los de una casa de bolsa, mediante la inversión de ahorros en diversas empresas. En 1990, Roberto enfrentó una demanda de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores por actuar ilícitamente como casa de bolsa. Fue aprehendido e ingresó al Reclusorio Oriente y más tarde fue trasladado al Sur, donde enfrentó un juicio que lo mantuvo preso hasta 2001”.
Lo que no cuenta en su libro es que él fue socio de dicha empresa. Únicamente recuerda que su hermano lo involucró y que por esa razón él mismo permaneció en el Reclusorio Oriente durante 28 días. Refiere que salió absuelto de todos los cargos que le imputaban a él, a su madre y a su otro hermano, Pablo.
En el juicio que se le siguió en el Juzgado Décimoctavo de lo Penal (expediente 191/90), Ahumada volvió a cambiar sus datos de identidad: declaró que había nacido en Córdoba, Argentina; que ingresó a México en calidad de turista el 6 de octubre de 1975 en compañía de su madre; que su hermano los alcanzó en 1984 junto con su esposa y sus hijos, y que se habían quedado irregularmente en el país.
En esa ocasión Ahumada se identificó con el pasaporte número 9664329 expedido por el Ministerio de Interior de la República Argentina el 11 de septiembre de 1975. El documento incluía la visa 1270, con validez de 180 días.
A pesar de su confesa y acreditada estancia irregular en el país, las autoridades judiciales no iniciaron el procedimiento correspondiente para deportar a Ahumada.
Negocios en grande
Carlos Ahumada afirma que comenzó a trabajar para la delegación Álvaro Obregón a principios de los noventa, en el sexenio de quien luego sería su cómplice en el caso de los videoescándalos, Carlos Salinas de Gortari.
Ahí comenzó su meteórico enriquecimiento. Y en los tres años de la siguiente administración capitalina, la de Óscar Espinosa Villarreal, el empresario facturó poco más de 100 millones de pesos.
Contra lo que podría suponerse, el fin del priismo y el ascenso de la izquierda al poder en el Distrito Federal no implicaron el fin de los negocios de Ahumada con las obras públicas.
Según cuenta el propio empresario, la persona que lo vinculó con el Partido de la Revolución Democrática fue el ex titular de la Procuraduría General de Justicia del DF y de la Procuraduría General de la República, quien además era su notario de cabecera: Ignacio Morales Lechuga.
El titular de la Notaría Pública 116 del Distrito Federal lo presentó con Ramón Sosamontes Herreramoro, quien estaba a punto de asumir las riendas de la delegación Iztapalapa, la más grande y la de mayor presupuesto en la capital del país, junto con la Gustavo A. Madero. “Como en todas sus gestiones, Nacho percibió por esta sus honorarios correspondientes”, subraya Ahumada.
Identidad Falsa
Al presentar una constancia de inexistencia del acta de nacimiento, Mercedes Kurtz, su madre, consiguió que el oficial noveno del Registro Civil adscrito a La Aurora, Coahuila, Roberto García Sánchez, reconociera legalmente a Carlos Ahumada como ciudadano mexicano, nacido en Saltillo, Coahuila. Así quedó asentado en el libro I, tomo II, folio 242, foja 042 de la oficina del Registro Civil del municipio de La Aurora.»
En el documento oficial se consigna, además, que Carlos nació en el Hospital Civil de Saltillo, a las 2:00 horas del día 11 de junio de 1964, y que sus padres, Aníbal Ahumada Ferreira y Mercedes Leonor Kurtz, son mexicanos, igual que sus abuelos paternos y maternos Arturo Ahumada Anchorena (finado), Herminia Ferreira. No obstante, en su libro Ahumada menciona una fecha y un lugar de nacimiento distintos: dice que nació en 1963, en el Sanatorio Británico de Córdoba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario