Anne Aghion recaba el testimonio de mujeres hutus que hoy conviven con los asesinos de sus maridos e hijos tutsis.
Afp Publicado: 13/05/2009 13:34
Cannes. “¿Qué dirías si debieras besar a quienes han diezmado a tu familia? Quince años después del genocidio, la franco-estadounidense Anne Aghion da la palabra a los ruandeses en Mi vecino, mi asesino, presentada mañana jueves, fuera de concurso, en la selección oficial del Festival de Cannes.
Año tras año, la cineasta filmó en un pueblo alejado de la capital, Kigali, a sobrevivientes y participantes en la matanza de 1994, en la que murieron unas 800 mil personas. “Quería ver cómo se logra vivir juntos después de tal cataclismo”, dijo la directora en entrevista.
Mi vecino, mi asesino tiene por eje a dos mujeres: Felicité y Euphrasie. Las dos mujeres, ambas de la etnia de los genocidas, los hutus, no fueron atacadas por éstos, pero asistieron impotentes a la agonía de sus maridos y sus hijos, tutsis, muertos a machetazos ante ellas.
Paciente, atenta, Anne Aghion recibe su testimonio: “Me doblo sobre mí misma, sin vivir ni morir”, dice Felicité, cuyo cuerpo es sacudido por temblores a medida que evoca sus recuerdos.
“Siento todavía a mi bebé cuando me lo arrancaron, lo mataron a golpes y lo cortaron en pedazos”, relata Euphrasie que, como su amiga, se cruza cada día con los asesinos de su familia, muchos de los cuales, después de unos años de cárcel, volvieron a sus pueblos, a los lugares donde realizaron la matanza.
A veces, las dos mujeres se rebelan frente a la cineasta, que les pregunta sobre lo indecible: “¿Qué dirías si tuvieras que besar a quienes han diezmado a tu familia?”, dice una de ellas ante la cámara.
Lo que conmueve en esas mujeres es su gran dignidad y su capacidad de extraer el sentido moral y filosófico de la tragedia, pese a su dolor.
“Los que mataron a los míos cultivan mis campos. Educas a los hijos de aquéllos que mataron a tus hijos... pero ¿puede hacerse daño a un niño?”, declara otra.
Anne Aghion filmó también los "gacaca", tribunales participativos organizados en 2005 con el objetivo de “poner fin a la cultura de la impunidad”.
Precedida de una trilogía sobre esos tribunales y realizada a partir de 350 horas de rodaje, Mi vecino, mi asesino es un trabajo de largo alcance, un documento histórico de valor inestimable, pero también una película magníficamente fotografiada, que deja abierta la interpretación.
"Me doy cuenta que cada espectador se hace su propia película. Algunos ven en ella la esperanza, otros la profunda división de los ruandeses. Yo he dejado un espacio para que cada cual se cuente la historia que quiere contarse", recalca.
Ex periodista del New York Times, Anne Aghion creció en París y reside en Nueva York. Es autora también de Ice People, documental sobre científicos que trabajan en la región antártica.
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