Alejandro Gutiérrez
COMILLAS, España, 14 de mayo (apro).- El expresidente de Colombia, Ernesto Samper, afirmó que el presidente Felipe Calderón se “está quedando solo” en la guerra contra el narcotráfico en México, y advirtió que si esa guerra se pierde, “no la pierde Calderón, la pierde el Estado mexicano, la pierden todos los mexicanos”.
El combate al crimen organizado es una responsabilidad de todo el Estado mexicano, no sólo de Calderón, insistió Samper, quien gobernó Colombia de 1994 a 1998.
Al participar aquí en el Quinto Congreso Iberoamericano de Nuevo Periodismo, el exmandatario colombiano también lanzó críticas a la estrategia de Calderón en su guerra contra el narcotráfico.
“Haber metido al Ejército mexicano en la lucha contra las drogas, sin (primero) haber hecho el esfuerzo de tener una policía nacional, como se está haciendo ahora, lo que hizo fue corromper a los cuadros del Ejército”, dijo.
En la guerra contra el narcotráfico en toda la región (América Latina), añadió, hay dos noticias, una mala y una buena: “la mala es que la guerra contra el narcotráfico se está perdiendo, y la buena es que esa guerra no se está ganando”.
Samper señaló que ve con preocupación la situación actual de México, y recordó cómo en los años 80 el narcotráfico dominaba Colombia a través de hechos de corrupción y terrorismo.
Asimismo, reconoció que fue tras la muerte del candidato presidencial Luis Carlos Galán cuando se dieron cuenta de que el narcotráfico tenía controlado el poder en Colombia. Hasta ese momento se veía el narco como algo “episódico”, dijo.
Y agregó que en ese momento, al ver que el narco los estaba “devorando” –con 3 mil 500 policías muertos, 120 periodistas asesinados–, se hizo una revisión a fondo del tema en Colombia y se hicieron modificaciones importantes. Fue un “proceso de revisión de las normas” y finalmente el país “despertó y enfrentó el desafío”.
Así, el expresidente colombiano sugirió que lo único que le permitiría a México avanzar en esta guerra contra las organizaciones del tráfico de drogas, es poner en marcha una política de Estado como la que diseñó Colombia en los años 90.
El hecho, advirtió, es que esto ha abierto nuevamente la discusión sobre la legalización de la droga, que consideró como “lecciones de natación para el náufrago”.
Por la tarde, en un almuerzo organizado por el referido congreso, Samper expresó que con 13 policías federales “es prácticamente imposible luchar contra el narcotráfico, porque simple y necesariamente, de alguna manera, esos policías federales están asociados con los cárteles en muchos casos”.
El colombiano dijo que en un encuentro con cuadros del Ejército mexicano, hace unos meses, les hizo saber su opinión sobre el hecho de que la corrupción en los cuadros militares se debió al error de haberlos involucrados en la lucha contra el narcotráfico sin haber creado anticipadamente una policía nacional.
La lucha contra este fenómeno, agregó, no es solamente un problema represivo.
En su país, el famoso plan Colombia fracasó porque estuvo destino exclusivamente a la fumigación de cultivos ilícitos, sin llevar un componente social importante. “Y el plan Mérida es una especie de copia del plan Colombia”, apostilló.
“Simplemente llegaban aviones, fumigaban los cultivos del campesino, entonces el campesino lo que hacía era que se trasladaba a otra parte y volvía a sembrar, sin que tuviera la oportunidad de buscar cultivos alternativos”, recordó.
Además, señaló que la lucha contra el narcotráfico tiene un elemento internacional, y “ahí las dos palabras claves son la corresponsabilidad y la integralidad”.
“Tenemos que buscar una corresponsabilidad en los países consumidores”, porque los países consumidores “no sólo no están haciendo esfuerzos por reprimir el consumo, sino que el consumo cada día se está tolerando”, como lo muestra la legalización de la mariguana con fines terapéuticos en 14 estados de la Unión Americana, puntualizó.
Incluso advirtió que hay países consumidores que ahora se están volviendo países productores, como Estados Unidos, y países productores que se vuelven consumidores, como México o Colombia.
“Y, ojo, yo creo que el gran problema en los próximos años en materia de narcotráfico va a ser Brasil, porque va a tener integrado narcotráfico, consumo y, eventualmente, producción”.
Al retomar el caso mexicano, Samper consideró que el combate al tráfico de drogas debe ser “una política de Estado”, que no excluye que haya “otro tipo de medidas”, para darle “alternativa de vida a los que dependen del narcotráfico”.
“Y tiene que ser una política de Estado permanente, consistente, que trascienda los objetivos de un solo gobierno, porque no puede ser que se vaya Calderón dentro de dos años y se acabe la lucha contra el narcotráfico, de lo contrario, la guerra la va a perder”, concluyó.
Proceso15/05/2010
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