El informante de “The Guardian” y “Washington Post”
se encuentra en Hong Kong. Sabe que el gobierno buscará extraditarlo o
“secuestrarlo”. Considera pedir asilo en Islandia.
David Brooks, corresponsal
Publicado: 10/06/2013 07:33
Publicado: 10/06/2013 07:33
Nueva York. La fuente responsable de una de las
filtraciones más dramáticas en la historia política de Estados Unidos que hoy
sacude a Washington, reveló su identidad, y dijo que su acción fue en defensa de
los derechos de privacidad y libre expresión ante el abuso de un “estado de
vigilancia”. Afirmó: “no quiero vivir en una sociedad que hace este tipo de
cosas”, e indicó que considera buscar asilo en un país que defienda la libertad
de expresión.
Poco menos de 24 horas después de que el director de
Inteligencia Nacional, James Clapper, anunció que el Departamento de Justicia
había iniciado una investigación sobre quién filtró la información sobre
programas secretos de espionaje de comunicaciones telefónicas y cibernéticas, el
responsable apareció con nombre y apellido, por decisión propia, en The
Guardian y el Washington Post, para asumir responsabilidad y dejar
claro sus motivaciones.
Edward Snowden, de 29 años, ex asistente técnico de la Agencia
Central de Inteligencia (CIA) y actualmente empleado de la contratista militar
privada Booz Allen Hamilton, ha estado trabajando en la Agencia de Seguridad
Nacional (NSA por sus siglas en inglés) como empleado de varios contratistas
privados.
Snowden, en entrevista con The Guardian, subrayó que
lo que más desea es que su filtración sobre programas de vigilancia de
comunicaciones de millones de personas detone un debate “entre ciudadanos de
todo el orbe sobre en qué tipo de mundo deseamos vivir”, y agregó que “mi único
motivo es informar al público sobre aquello que se hace en su nombre y aquello
que se hace en su contra”.
En entrevista con el Washington Post, denunció la
vigilancia sistemática de ciudadanos inocentes y aseguró que su decisión de
filtrar la información fue, en parte, porque “es importante enviar un mensaje al
gobierno de que la gente no será intimidada”.
La filtración de Snowden a The Guardian y el
Washington Post la semana pasada, reveló programas secretos de la NSA
enfocados en rastrear los registros de llamadas telefónicas de millones de
clientes de la empresa Verizon, y otro, conocido como PRISM, que da acceso al
contenido de comunicaciones cibernéticas de los clientes de nueve de las
principales empresas de Internet en el mundo (Microsoft, Google, Yahoo, Skype,
entre otras).
La filtración sacudió la Casa Blanca y ha detonado un debate
sobre los alcances del aparato de inteligencia estadunidense y las libertades
civiles.
En su primera entrega de información de la NSA –una de las
agencias de inteligencia más grandes y secretas del mundo– al Guardian, Snowden
incluyó una nota escrita que decía: “entiendo que me harán sufrir por mis
acciones”, pero “estaré satisfecho si la federación de leyes secretas… y poderes
ejecutivos irresistibles que mandan en este mundo que tanto amo, son revelados
aun por un instante”, informó el diario británico.
Durante la entrevista con el rotativo en un hotel de lujo en
Hong Kong, adonde viajó desde hace tres semanas para preparar la filtración,
Snowden comentó que nunca pensó en mantenerse anónimo “porque no he hecho nada
malo”. Y aunque decidió identificarse, le dijo al Guardian: “no quiero
la atención pública porque no quiero que la noticia sea acerca de mí. Quiero que
sea sobre lo que está haciendo el gobierno de Estados Unidos”. Sin embargo,
reconoció que “a los medios les gusta personalizar los debates políticos, y sé
que el gobierno me demonizará”.
En la entrevista con el Post, Snowden agregó: “no me
voy a esconder. Permitir que el gobierno de Estados Unidos intimide a su pueblo
con amenazas de represalias por revelar fechorías es contrario al interés
público”.
Indicó que ha tenido una vida muy cómoda, con un salario de
alrededor de 200 mil dólares anuales, una novia con quien comparte casa en
Hawaii, una carrera estable y una familia que ama. “Estoy dispuesto a sacrificar
todo eso porque no puedo, en buena conciencia, permitir que el gobierno de
Estados Unidos destruya la privacidad, la libertad de Internet y las libertades
básicas de la población mundial con esta masiva maquinaria de vigilancia que
está construyendo secretamente”, comentó al Guardian.
El rotativo británico señala que Snowden conoce muy bien, por
su trabajo en el mundo de inteligencia durante casi una década, el poder y las
capacidades del gobierno estadunidense. “Todas mis opciones son malas”, comentó
al rotativo, al señalar que Estados Unidos podría iniciar un proceso de
extradición en su contra, y no descarta que podría ser secuestrado por el
gobierno estadunidense, e incluso podría ser una tarea encargada a “terceros”.
Comentó que será una preocupación “con la que tendré que vivir el resto de mi
vida…”
Pronosticó que el gobierno anunciará una investigación y que lo
acusarán de violar la Ley de Espionaje y de que “ayudé a nuestros enemigos, pero
eso se puede utilizar contra cualquiera que señale qué tan masivo e invasivo se
ha vuelto el sistema”.
Sin embargo, ante la posibilidad de que el gobierno proceda
penalmente contra él, como lo hecho contra un número sin precedente de
whistleblowers (filtradores motivados por el bien público y para
denunciar abusos o actos ilegales) en la historia del país, afirmó: “no tengo
miedo porque fue mi decisión”.
En comentarios al Post, Snowden indicó: “tengo la
intención de solicitar asilo en países que creen en la libertad de expresión y
se oponen a la victimización de la privacidad global”. Su preferencia es
Islandia por su reputación como campeón de la libertad de Internet, dijo al
Guardian.
Snowden describió su carrera, desde su ingreso al ejército
estadunidense, en 2003, por creer que la misión de la guerra en Irak era la
liberación de un pueblo, y después su ascenso en el mundo de inteligencia, de
guardia de seguridad a experto en computación en la CIA y la NSA hoy día.
Desilusionado con la manera de operar de estas agencias en la era de George W.
Bush, creyó que con la elección de Barack Obama habría reformas, pero sólo ha
visto lo opuesto. Dijo que aprendió que “no puedes esperar a que alguien mas
actúe. Había estado buscando líderes, pero me di cuenta que el liderazgo tiene
que ver con quién es el primero en actuar”.
Snowden comentó que admira a Daniel Ellsberg, quien filtró los
célebres Papeles del Pentágono durante la guerra de Vietnam, y a
Bradley Manning, el soldado que enfrenta una corte marcial (por cierto, en un
tribunal militar en el Fuerte Meade, sede también de la NSA) por la mayor
filtración de documentos secretos en la historia del país, que arrancó la semana
pasada.
Pero indicó al Guardian que había una diferencia
importante entre él y el soldado, ya que Snowden dijo que evaluó cuidadosamente
cada documento para asegurarse de que “cada uno era legítimamente de interés
público”, ya que tenía acceso a mucho más que no filtró “porque mi meta es la
transparencia, no hacer daño a la gente”.
Ahora, dijo al Post, sus acciones ya han tenido
impacto, la sociedad ya se enteró de qué “tan mal están las cosas y ahora tiene
el poder de decidir por sí misma si está dispuesta a sacrificar su privacidad al
estado de vigilancia”.
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