martes, 11 de junio de 2013

Testigo acusa a Iñaki Urdangarin de alterar una factura por 250 mil euros

Surge otro escándalo; dos primas y una sobrina del rey de España, acusadas de lavar dinero

 

Se complica la situación jurídica del yerno del monarca en el proceso que enfrenta por corrupción

Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 11 de junio de 2013, p. 22
Madrid, 10 de junio.
Un testigo hundió la versión de Iñaki Urdangarin, yerno del rey Juan Carlos, sobre la forma de funcionar de su red de empresas y cómo movía el dinero para llevarlo hasta sus cuentas bancarias en Suiza para evadir al fisco. La declaración, hecha ante sede judicial, incrimina además al esposo de la infanta Cristina en la falsificación de una factura por 250 mil euros (cuatro millones de pesos), por un trabajo que no realizó pero que sí pagó el gobierno de la Generalitat de Valencia.
Urdangarin, ex deportista de élite que se casó con la hija menor de los monarcas y que en pocos años acuñó una fortuna gracias a negocios turbios y a la utilización de su condición de miembro de la familia real, está en una situación jurídica cada vez más complicada. La justicia investiga la creación de una red de empresas y asociaciones sin ánimo de lucro para desviar fondos públicos que conseguía de contratos designados por gobiernos de Valencia, Madrid y las Islas Baleares.
El empresario y publicista Miguel Zorio declaró ante la justicia en calidad de acusado y declaró que Urdangarin le ordenó alterar el contenido de una factura que pagó el gobierno de Valencia para un proyecto deportivo por 250 mil euros y que se cobró al Instituto Nóos.
El testigo explicó que su empresa, Lobby Comunicación, firmó un contrato con Urdangarin con el propósito de organizar los Juegos Europeos en Valencia, por el que le prometieron dos millones de euros fraccionados en cuatro pagos. Reconoció que gran parte del dinero se cobró sin entregar el trabajo y que, de hecho, nunca se llegó a terminar.
Zorio confirmó una sospecha que tenía el juez instructor, José Castro, de que Urdangarin se mantuvo al frente del Instituto Nóos después de marzo de 2006, fecha que el duque de Palma dijo al juez que fue cuando se apartó de esos negocios por recomendación de la casa real.
Según el testigo, Urdangarin y Diego Torres –el socio con el que después rompería– estaban al frente del entramado y sostuvo con ellos varias reuniones en Valencia y Castellón en 2008.
Otro testigo que declaró hoy también como imputado, Mario Sorribas, apoderado del yerno del rey, confirmó que la empresa Aizoon era propiedad de Urdangarin y su esposa, 50 por ciento cada uno, y que no tenía ningún trabajador, salvo él que aparecía como apoderado.
Implicadas con la mafia china
Los escándalos no cesan en la familia real española, que vive desde hace unos cinco años en un vaivén de malas noticias. La caída en picada de la credibilidad y honorabilidad de la casa real coincide además con el recrudecimiento de la crisis, en un país con la peor tasa de desempleo de la Unión Europea (UE), por encima de 27 por ciento, que afecta a cerca de seis millones de personas.
Hoy se dio a conocer que dos primas del rey de España, María Margarita Borbón Dos Sicilias, su hermana María Inmaculada y su hija María Ilia García de Sáez, fueron acusadas de lavado de dinero y fraude fiscal en la investigación sobre la mafia china en España.
Las tres parientes del monarca fueron el enlace para que el principal líder de la trama mafiosa, Gao Ping, trasladara y ocultara su dinero en varias cuentas bancarias en Suiza. Según el juez de la Audiencia Nacional que investiga la trama, Fernando Andreu, Gao Ping se sirvió de las primas del rey para sacar dinero de España y depositarlo en Suiza, en una operación en la que también están implicados 12 empresarios, como el constructor Antonio Banús Ferré y el industrial Enrique Ortega.
Los dos empresarios admitieron durante su declaración que tenían cuentas en Suiza, aunque han asegurado que no sabían que el origen del dinero que las nutría provenía del blanqueo de dinero de la mafia china.
El resto de los empresarios investigados están relacionados con la trama hebrea de la red mafiosa, nombrada así porque todos los implicados son de origen israelí que se dedicaban a captar empresarios y personas acaudaladas, a los que la policía llama receptores, con mucho dinero en paraísos fiscales, y que o bien querían tenerlo en efectivo sin pagar impuestos, o bien no deseaban que se supiera su verdadero patrimonio.
La red hebrea les entregaba el dinero a cambio de comisiones, y colaboraba con la red de Gao Ping, que les daba el dinero porque necesitaba traspasar a China grandes cantidades sin pagar impuestos y lo destinaba a otras cuentas bancarias en paraísos fiscales como Suiza, Panamá o Hong Kong.

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