José Carreño Figueras (Excélsior)
19 Enero 2012
Un reporte del grupo de análisis Southern Pulse prevé que serán desplazados por pandillas callejeras “superpoderosas” en el año 2014
CIUDAD DE MÉXICO.- Los ahora principales grupos del narcotráfico en México, Los Zetas y el cártel de Sinaloa, serán desplazados por pandillas callejeras superpoderosas, y pudiera ser tan pronto como en 2014, alertó un reporte del grupo de análisis Southern Pulse.
De acuerdo con el documento Más allá de 2012, que aborda una serie de temas de seguridad hemisférica, en tres años los peces grandes de ahora ya no serán los principales impulsores de la violencia en México.
En cambio, lo serán grupos locales, escindidos de organizaciones mayores y con interés en narcomenudeo y en mercados de consumo de México, estimó el documento.
Los autores del informe son los especialistas Sam Logan y James Bosworth, para quienes a finales de 2014 los seguidores de Joaquín El Chapo Guzmán y su principal rival, Heriberto Lazcano, ya no serán los mayores protagonistas. El papel pasará a niveles locales, de pandillas callejeras superpoderosas que armadas con Twitter, YouTube (que definió como “el arma del miedo”) y un arsenal envidiable manipularán a políticos locales y a policías municipales.
Opinaron que habrá más probabilidades de amedrentamiento o asesinato de periodistas, de secuestros locales y el desplazamiento del Estado.
La situación representaría un cambio trascendental, toda vez que Guzmán y Lazcano son considerados conjuntamente como responsables de algunos de los peores enfrentamientos en el país.
El Chapo, líder del cártel de Sinaloa, es visto como culpable de iniciar la batalla con Vicente Carrillo Fuentes por el control de Ciudad Juárez en 2008, en una lucha que llevó a miles de asesinatos y por un tiempo “catapultó” a Juárez a ser la ciudad más peligrosa del hemisferio.
La enemistad de Guzmán con sus antiguos aliados, los Beltrán Leyva, sacudió el mundo subterráneo en todo el país, y contribuyó al aumento de la violencia en Morelos, Guerrero y su natal Sinaloa.
Lazcano, el Z-3, máximo líder de Los Zetas, que se hicieron famosos por su patrón de movimiento a nuevas regiones y la alteración del statu quo. Inicialmente un grupo de sicarios, Los Zetas operaban principalmente en Tamaulipas. Pero el grupo se escindió de sus fundadores en el cártel del Golfo, y se estableció en estados tan distantes como Quintana Roo y Jalisco.
También ha sido quizá la banda más agresiva en la expansión de sus operaciones más allá del tráfico de drogas y en la comercialización de extorsión, secuestro y piratería, entre otras actividades ilícitas.
Esto llevó a que el cártel de Lazcano tenga la reputación del grupo más violento en México.
De acuerdo con el reporte, hay evidencia que sugiere que la descentralización de la violencia ya está en marcha. Mientras que Guzmán y Lazcano son todavía los grandes nombres, el poder relativo de los capos de su estatura se ha reducido durante el sexenio de Calderón, gracias al aumento de grupos más pequeños y regionalmente aislados.
Algunas de esas organizaciones se formaron a partir de restos de grupos más grandes, como la Mano con Ojos (una rama de los Beltrán Leyva) y los Caballeros Templarios (derivados de La Familia Michoacana). Otros, como Los Zetas, comenzaron como simples grupos de ejecutores pero evolucionaron en algo muy diferente: tal vez el mejor ejemplo de este fenómeno es La Línea, una pandilla de Chihuahua que esencialmente ha sustituido al cártel de Juárez, su promotor inicial.
También hay innumerables bandas callejeras locales que, a pesar de que han existido en alguna forma desde hace décadas, son ahora más violentas y están más conectadas que nunca con los grupos transnacionales, agregó el documento.
Mientras que el principal motivo de la violencia en Juárez parece ser la lucha entre las fuerzas de Guzmán y Carrillo, las bandas locales son un factor importante en el sostenimiento del derramamiento de sangre: según las autoridades mexicanas hay al menos mil 500 pandillas que operan en Ciudad Juárez.
Prevén que con el surgimiento de varios grupos de mediano y pequeño tamaño en México, buscarán el mercado negro más lucrativo. Las drogas seguirán desempeñando un papel importante en las fuerzas de ese mercado, aunque el consumo local seguramente se elevará.
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