'Tricolor' admite falta de 'equilibrios internos'. Es una decisión conjunta de la que salimos ganando: Panal.
Rosa Elvira Vargas
Publicado: 21/01/2012 09:38
México, DF. La coalición electoral entre los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Nueva Alianza (Panal) y Verde Ecologista de México (PVEM) signada el pasado 17 de noviembre no resistió la prueba de las candidaturas al Senado, y anoche se informó por televisión de la ruptura del tricolor con el partido de Elba Esther Gordillo.
Aunque Pedro Joaquín Coldwell no lo mencionó, con esta medida Enrique Peña Nieto ya no será nominado candidato presidencial del Panal.
De acuerdo con observadores, la ruptura no se separa de los conflictos internos, como la exclusión en las candidaturas al Senado de personajes cercanos al ex aspirante presidencial Manlio Fabio Beltrones.
Desde anoche también circulan versiones sobre contactos entre Gordillo y el aspirante a la candidatura presidencial panista Ernesto Cordero.
La coalición con el Panal fue una de las acciones políticas más celebradas en su momento por el propio abanderado del tricolor y por el anterior dirigente del mismo, Humberto Moreira.
Nueva Alianza mantuvo y siguió festejando el pacto con el PRI incluso tras la salida de Moreira, quien siempre presumió su cercanía con la líder del SNTE.
Pero la crisis entre ambos partidos se gestó a nivel de los cuadros con aspiraciones a las candidaturas al Congreso, desde que se conoció la dimensión de la coalición registrada ante el Instituto Federal Electoral.
Dos meses de conflicto
Así, de inmediato, los priístas de Chiapas y Sinaloa repudiaron ese pacto porque concedía la primera fórmula del Senado a Mónica Arriola Gordillo –hija de Elba Esther– en la primera entidad citada, y al yerno de la líder magisterial, Fernando González, en la segunda. Las cosas se perfilaban tan claras que incluso éste renunció para ese fin a la Subsecretaría de Educación Básica.
En estos dos meses, los priístas de ambas entidades no cejaron en sus acciones para echar abajo el que definían como acuerdo cupular que perjudicaba los intereses del priísmo local, al grado que el jueves pasado Peña Nieto suspendió una gira que tenía programada por Sinaloa. Se supo que al abanderado a la Presidencia no le esperaba en esa entidad un ambiente cordial, por lo cual reprogramó esa visita.
En Chiapas ese acuerdo produjo una escisión políticamente costosa para el PRI, con la renuncia a sus filas de la senadora María Elena Orantes –también a principios de semana–, por considerar que la cesión al PVEM de la candidatura al gobierno de la entidad para el legislador Manuel Velasco y la entrega de la primera fórmula del Senado a Nueva Alianza pasaba por encima de la militancia local.
Pero ayer –luego de una sesión de la Comisión Política Permanente del PRI donde se autorizó a la dirigencia partidista a renegociar los términos de la alianza, la víspera de la inscripción de los candidatos al Senado por el principio de mayoría relativa– se tenía muy claro que el principal obstáculo para llevar a puerto esta decisión estaría con el Panal.
En entidades como Puebla trascendió desde las primeras horas de la tarde que la segunda fórmula al Senado, negociada para Nueva Alianza, se había caído, si bien no se percibía que esta acción tendría repercusiones de la magnitud que se conoció más tarde.
Joaquín Coldwell concedió una entrevista televisiva donde señaló que tras “largas y cordiales negociaciones”, tanto con el Panal como con el Verde, se decidió que el organismo creado por la líder magisterial “va a competir por separado”.
Fue tras esa intervención que en el PRI se difundió de inmediato un comunicado en el cual se admite que la ruptura sobrevino “luego de que no se alcanzaron las condiciones políticas necesarias en los equilibrios internos de los partidos. Esta decisión se tomó con el interés fundamental de respetar y preservar la unidad y los derechos políticos de los militantes en los tres partidos”.
Se ratifica además la coalición con el PVEM y se asegura que los tres organismos políticos “comunican a la sociedad mexicana que esta decisión de ninguna manera significa una confrontación entre ellos” y que mantienen su disposición para que en futuras elecciones “se exploren coincidencias programáticas que permitan establecer nuevas coaliciones”.
Asimismo, Luis Castro, presidente de Nueva Alianza, aseguró que con esta decisión “conjunta” su partido sale ganando porque ahora está en posibilidad de obtener un mayor porcentaje de votos en julio próximo al ir solo y no en coalición con el tricolor.
Aseveró que no era el PRI el que concedía las mayores posiciones, pues “de los 125 distritos donde íbamos juntos, habíamos concedido al otro partido más de 80 candidaturas de la coalición”.
Consideró simplista y muy limitado el criterio que sostiene que el PRI concedería cuatro senadurías y 24 diputaciones federales, entre estas las candidaturas para la hija y el yerno de Gordillo. Aseguró que la nominación de Mónica Arriola, secretaria general de Nueva Alianza, “estaba planeada a ir por tierra”, y ahora el Panal puede postular con toda libertad a sus cuadros.
Este sábado sin duda la lista de los aspirantes de la alianza PRI-PVEM al Senado tendrá un reacomodo y, como ya se anticipaba en la sede del tricolor, no faltarán “sorpresas desagradables”.
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