Tiene PGJE ‘novedades’ en caso Batista
Al cumplirse dos meses de la desaparición del especialista antisecuestros Félix Batista, el procurador General de Justicia del Estado, Jesús Torres Charles, aseguró que tiene registrados algunos avances en la averiguación sobre el caso.
Redacción 10-Febrero-2009
El funcionario estatal dijo, sin embargo, que no hay indicios de que el ciudadano estadounidense haya sido asesinado ni secuestrado, porque nadie ha pedido rescate por él, y tampoco se ha encontrado un cuerpo.
El funcionario estatal dijo, sin embargo, que no hay indicios de que el ciudadano estadounidense haya sido asesinado ni secuestrado, porque nadie ha pedido rescate por él, y tampoco se ha encontrado un cuerpo.
“Tenemos avances importantes en la investigación sobre la desaparición del cubano-americano, experto antisecuestros, Félix Batista”, expresó Torres Charles.
“(Estos adelantos) los daremos a conocer en su momento, cuando legal y prácticamente sea conveniente para no entorpecer la indagatoria, deben mantenerse en reserva”, agregó.
Torres Charles admitió que la falta de comunicación entre Batista y su familia y conocidos en las ocho semanas transcurridas, es un mal indicio sobre su situación.
“Hacen suponer que hubiera sufrido alguna situación no deseable”, expresó, “Pero únicamente son indicios circunstanciales, pues no hay elementos concluyentes para afirmar que esté muerto”.
Por las pesquisas, abundó el procurador, se sabe que el experto mantenía comunicación constante con gente de diversas partes del país y había venido muchas veces a México.
Tan sólo por avión tenía registradas ocho entradas al Distrito Federal y otras ligas en diversas partes de México, pues hizo llamadas a ciudades de Baja California, Sinaloa y Chihuahua, dijo el funcionario.
Durante la segunda visita que hizo por su cuenta a Saltillo, porque nadie lo contrató, Batista impartió pláticas a empresarios y policías en Torreón y esta ciudad, pero no cobró honorarios, ya que vino a hacer negocios, a ofrecer a industriales sus servicios y una película de poliuretano.
Se trata de un polímero (plástico) muy resistente para proteger de las balas a un vehículo de nivel 1 a nivel 4, lo vendía en 60 mil pesos, aproximadamente, más barato que el medio millón de pesos que cuesta blindar un carro o camioneta.
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