miércoles, 11 de febrero de 2009

Toma el Ejército Cereso de Torreón

Como hicieron con sus víctimas, secuestradores fueron golpeados y ejecutados en el mismo penal
Redacción Vanguardia 11-Febrero-2009

Como en una película del Viejo Oeste, una historia de venganza, defensa de territorios y ejecuciones se perpetró el pasado lunes cerca de la medianoche en Torreón. Se vulneró un Centro de Readaptación Social estatal, se asesinó a tres internos (un militar entre ellos), y se liberó a otros nueve, en hechos no registrados antes en Coahuila.
VANGUARDIA publicó ayer que tres personas fueron asesinadas y calcinadas en el Cereso de Torreón; y que nueve más fueron liberadas, para después vulnerar la seguridad y que un comando armado las recogiera y se dieran a la fuga.
En los comentarios de ciudadanos en casas, escuelas y trabajos se sentía un temor a lo desconocido: la cercanía de la violencia que azota al país en un estado que hace pocos años no tenía estos problemas.
Elementos policiacos de los tres órdenes de gobierno ya se encuentran en búsqueda de los culpables, mientras llueven las declaraciones de actores políticos y de la iniciativa privada. Finalmente, esto desembocó en que el Ejército tomara las instalaciones del Cereso, la tarde de ayer.
Hasta el momento, César Eugenio Sánchez, director del penal, un suboficial y más de 29 custodios se encuentran en calidad de presentados en la Policía Ministerial, donde rendirán su declaración sobre los acontecimientos.
En los últimos años no se había registrado tal nivel de violencia en el Cereso de Torreón. El más reciente hecho fue hace aproximadamente 10 años, cuando se presentó un motín y los reos controlaron el penal por varias horas.
Asimismo, el pasado viernes dos personas fueron ejecutadas en la zona Alianza de Torreón por un grupo armado y dos médicos del Seguro Social fueron asesinados en Durango.
Esta es la segunda vez en lo que va del sexenio que sicarios salen por su propio pie de un penal en Coahuila; la primera vez fue el 25 de abril de 2007 en el Cereso de Saltillo, cuando escaparon cuatro criminales, de los cuales hasta la fecha sólo tres han sido detenidos.
Los hechos funestos
El Gobierno del Estado, a través de la PGJE, informó en un comunicado que fue a las 23:51 horas del lunes cuando se activó el Código Rojo por una fuga en el Centro de Readaptación Social torreonense.
Las primeras versiones del personal de vigilancia indican que a las 23:30 horas llegó una camioneta tipo Van, blanca, con ocho sujetos vestidos de negro y pasamontañas.
En el acceso al penal amagaron al guardia e ingresaron hasta la aduana principal, condujeron al baño de visitas a tres internos recién ingresados y los mataron brutalmente golpeándolos con objetos contundentes, para luego prenderles fuego.
Después ingresaron al módulo 35, donde sustrajeron a nueve reos del orden federal con los que burlaron la seguridad, abandonaron el penal, abordaron la camioneta y huyeron.
Fuentes extraoficiales indican que ocurrió un motín, donde varios reos mataron a los tres secuestradores y que el comando armado no ingresó al edificio, sino que secuestró a un familiar del jefe de custodios e hizo que dejaran salir a los nueve reos.
Los prófugos
El agente del Ministerio Público Federal anunció en un comunicado que inició una averiguación previa por los hechos ocurridos, informó la Procuraduría General de la República.
Puntualizó que en la acción también huyeron con los sicarios nueve reclusos, quienes están relacionados con diferentes delitos federales.
Por los hechos se inició la averiguación previa AP/PGR/COAH/TORR/AG-11/76/2009 contra quien o quienes resulten responsables de los ilícitos de delincuencia organizada, violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, así como por evasión de reos.
Según la PGR los evadidos son Roberto Alejandro Ornelas Dávila, de 18 años; José Antonio Salazar Salazar, de 23; Sebastián López Mendoza, de 19; e Israel Rodríguez Martínez, quienes enfrentaban procesos por delitos contra la salud.
Además, Juan Carlos Saldaña Flores, de 26 años; Gerardo Rangel Viver, de 26, alias “El Pelón”; Benjamín Reyes García, de 33; Aurelio Espinoza Ramírez, de 28, alias “El Sapo”; y Jesús Cristo Saucedo Uribe, de 23.
Los muertos son Ubaldo Gómez Fuentes, de 33 años, jefe de los plagiarios y militar del 33 Batallón de Infantería, alias “La Uva”; Carlos Ernesto Palacios Quintero, de 29; y Carlos Osvaldo Navarro Valdez, de 30, alias “El Niñote”, quienes ingresaron 20 minutos antes en cumplimiento de una orden de aprehensión por los delitos de secuestro y homicidio.
Familiares temerosos
Mientras tanto, los más de mil reos que purgan sentencia en el Cereso manifiestan temor por la seguridad de sus familias que se encuentran de visita, pues hasta el momento —por el control de los militares— desconocen la situación que priva.
Por otra parte, la Procuraduría General de la República atrajo la averiguación por el asalto al centro penitenciario.
Según la Policía Federal, familiares de los internos afirman que en el penal existe un “autogobierno” ejercido por sicarios del crimen organizado.
Por su parte, el Ministerio Público del fuero común practica las primeras diligencias, que serán remitidas al Ministerio Público Federal para la integración de la averiguación previa correspondiente.
Penal cateado
Hace una semana el Cereso de Torreón había sido cateado por las autoridades estatales. Según la Secretaría General de Readaptación Social del Estado, se encontró mariguana, cocaína, armas y teléfonos celulares en poder de los reclusos.
Humberto Hernández Ortiz, director general de Readaptación Social en Coahuila, informó que hace unos días detectaron “puntas” y objetos punzocortantes “hechizos”, teléfonos celulares y droga en el mismo centro penitenciario.
Señaló que investigan si existe responsabilidad de las autoridades del penal en el tráfico de droga, “aunque el hecho de que se asegure una cantidad de droga no lleva implícito la falta o negligencia de la autoridad (sic)”.
Indicó que los internos siempre estarán buscando introducir clandestinamente estupefacientes.
Hasta el momento, dijo Hernández Ortiz, sólo han supervisado los penales de Monclova y Torreón, pero en el primero no se hallaron irregularidades.

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