Manuel J. Jáuregui
Tenemos una buena respuesta para aquellos que se preguntan desde ayer qué le está pasando a nuestro Peso, que va en tobogán directo al infierno.
Al Peso lo está golpeando hasta la inconsciencia una CLÁUSULA maldita que viene incrustada en el remiendo del paquete de estímulos económicos que analiza el Senado de Estados Unidos.
Se le conoce como la cláusula "Buy American" y que a la letra dice: "Fondos del paquete de estímulo NO PODRÁN utilizarse (énfasis nuestro) a menos que todo el fierro, acero y bienes manufacturados empleados en los proyectos de infraestructura sean PRODUCIDOS EN LOS ESTADOS UNIDOS".
Nuestros vecinos al norte del Bravo por lo visto se han suscrito a la teoría francesa verbalizada por la Ministra de Economía del Presidente Sarkozy en el sentido de que "un poco de proteccionismo es un mal necesario".
Ahora bien, si cualquier versión de esta cláusula del "Buy American" se incorpora al paquete de estímulo estadounidense, cuyo monto ya se acerca a 850 mil millones de dólares, afectará fuertemente a México.
Como ustedes recordarán, Estados Unidos capta el 80 por ciento de nuestras exportaciones y, si ellos se cierran, se protegen y excluyen a bienes o productos manufacturados fuera de su país, esta medida puede afectar a México más que a nadie.
Nuestro Peso es la segunda PEOR moneda latinoamericana (después del Real brasileño) en el sostenimiento de su valor. La posibilidad de que primero Estados Unidos nos contagie su recesión y luego no nos permita participar plenamente en su reactivación ha sido un tremendo gancho al hígado, rematado con un recto a la mandíbula para nuestra divisa.
Nos parece particularmente desafortunado que la debacle del Peso se suscite justo al regreso de Davos del Presidente Felipe Calderón.
Como se habrán enterado, el Presidente mexicano cantó allá las maravillas de nuestra economía, la solidez de nuestras finanzas, de nuestra moneda y lo bonancibles de nuestras perspectivas económicas.
Estas alabanzas en voz presidencial suelen ser posturas de cajón, es esperado que todo Presidente entone loas ante los reyes globales de las finanzas magnificando a su país.
Sin embargo, al Presidente Calderón se le pasó la mano y, como se dice comúnmente, nos saló, pues más tardó él en entonar su romance, que el Peso en ser noqueado.
Los pseudoexpertos dicen que al Peso lo golpea el hecho de que las perspectivas de crecimiento económico para nuestro país sean negativas para todo el 2009.
Si esto fuera cierto, sería el dólar el que se estaría devaluando y no el Peso, más que todas las demás monedas del continente, exceptuando el Real.
Modesta y humildemente nos gustaría sugerirle al Presidente Calderón que, en lugar de ensalzar a nuestra economía, quizá le pueda funcionar más INSTRUMENTAR medidas emergentes, inmediatas, tendientes a:1. Inyectar liquidez al sistema de pagos, tanto con recursos como con la implementación de medidas de presión a los bancos extranjeros enseñoreados en México para que presten y no sólo conviertan a dólares su captación con el fin de mandarla fuera del País.
2. Una REDUCCIÓN inmediata de impuestos y precios en los bienes y servicios que presta el Gobierno, sobre todo, electricidad, gasolina y diesel, los cuales necesitan BAJAR su costo, no nada más dejar de subir.
El horno económico no está para bollos (o rollos) y urgen medidas drásticas, emergentes, inmediatas, amplias y profundas.
La bronca es mayúscula, los estragos de una economía postrada para nuestra población resultarán insoportables.
Vital y urgente es hacer algo nosotros en anticipación a esta oleada de medidas desesperadas que se ven venir (como la descrita) y de cuyos daños colaterales nadie nos salvará más que nosotros mismos.
Reforma 04/01/2009
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