viernes, 6 de febrero de 2009

Calderón voluble

Miguel Ángel Granados Chapa

De ánimo oscilante, o en busca de ventajas electorales para su partido en Campeche, el presidente de la República pasó de elogiar el comportamiento de la oposición a denunciarla como estorbo para la construcción de 3 o 4 refinerías...
El martes pasado en la ciudad campechana de Escárcega, el presidente Calderón atribuyó a la oposición el defecto de la reforma petrolera que obliga, son sus palabras, a construir refinerías una por una en vez de las tres o cuatro que el sector privado erigiría simultáneamente, una de las cuales "muy probablemente" hubiera correspondido a Campeche.
Calderón ha expresado opiniones cambiantes sobre la oposición a su gobierno y en particular a la oposición a su propuesta de reforma energética. Su veleidad es manifiesta pero quizá explicable, según concluiremos tras reproducir y examinar algunas de sus tomas de posición a este respecto.
El 28 de octubre pasado, al cabo del proceso legislativo sobre la reforma energética Calderón colocó estrellitas sobre la frente de siete de los ocho partidos representados en el Congreso federal, con la sola excepción del Partido del Trabajo:
En mensaje difundido en cadena nacional dijo el Ejecutivo:
"Yo quiero hacer un reconocimiento a las señoras y señores legisladores que han apoyado esta importante reforma para el país. Desde luego, a los legisladores del Partido Acción Nacional, con cuyo respaldo he contado permanentemente. A los senadores y diputados del Partido Revolucionario Institucional, que también han estado impulsando reformas de fondo, así como a los legisladores del Partido de la Revolución Democrática, que han dado un paso muy importante a favor de la alternativa del diálogo y de la propuesta".
Extendió su reconocimiento, en ese orden, a los legisladores del Partido Verde, Partido Socialdemócrata, Nueva Alianza y el partido Convergencia "que votaron a favor de esta reforma".
Y con grandilocuencia concluyó que "Gracias al patriotismo, a la visión y a la altura de miras de nuestros legisladores, México ha alcanzado un logro que bien puede calificarse de histórico... Con la reforma gana la economía y ganamos todos los mexicanos... Con esta reforma ganamos todos".
En la misma línea respondió a su predecesor Ernesto Zedillo en Davos, durante el esquech que montaron a fines de enero para hacer las delicias de chicos y grandes, del público nacional y extranjero. Además de ufanarse de que el rescate bancario mexicano haya sido más costoso que el de Estados Unidos (como si se tratara de una competencia de aplicación masiva de recursos públicos a empresas privadas) hasta llegar a significar el 20 por ciento del Producto Interno Bruto, el director del Centro de Estudios sobre la Globalización de la Universidad de Yale, donde alcanzó el doctorado en economía, se permitió una pregunta personal a Calderón: "¿qué se siente tener que lidiar con la oposición?".
A esa incisiva interrogación el actual ocupante de Los Pinos respondió:
"Yo me siento muy a gusto con la oposición porque está teniendo una actitud muy responsable. Hemos aprobado en el Congreso varias reformas y usted sabe qué difícil era aprobarlas".
Insistió en que ante sus opositores se sentía "muy cómodo". Lo dijo antes de contradecirse al comparar la sensación que experimenta un político según se encuentre en la oposición o en el gobierno, lo que dio lugar a una rectificación referida a una presunta mala traducción, pues el intérprete según la casa presidencial oyó infierno donde debió oír suelo (hell en vez de soil):
"Alguien dijo que cuando estás en la oposición estás en el cielo, y cuando estás en el gobierno estás en la tierra, en el suelo" (o en el infierno).
Subrayemos de paso, ya que no es ese el tema de estas líneas, la irresponsable frivolidad de aplicar a la historia mexicana la identificación entre el cielo y la actividad opositora. Como en otras épocas de nuestro pasado, a lo largo del priato y especialmente en algunos momentos cruciales ser opositor significó aceptar vivir en un infierno, por la persecución, el hostigamiento, la precariedad de la vida política y personal. Durante el gobierno de Carlos Salinas sólo en el sentido religioso pudo ser verdad que estar en la oposición era estar en el cielo, por los cientos de perredistas muertos y desaparecidos.
En sentido contrario a esas afirmaciones, Calderón se quejó el martes pasado ante los campechanos de las maldades de la oposición en torno a la reforma energética:
"La propuesta que yo envié al Congreso de la Unión posibilitaba que se construyeran refinerías sin tener que depender de los recursos del gobierno... seguramente se hubieran podido construir al mismo tiempo 3 ó 4 refinerías en el país y una muy probablemente en el estado de Campeche, una de esas 3 ó 4. Desgraciadamente esa propuesta que presenté sólo fue apoyada por unos partidos políticos, Nueva Alianza, Partido Verde y el PAN y fue rechazada por el PRI, PRD, PT y Convergencia, y no reunió los votos necesarios (por eso) en vez de construir 3 ó 4 refinerías vamos a tener que ir una por una".
Conforme a esa voluble opinión calderoniana, los partidos señalados por él pasaron de tener patriotismo, visión y altura de miras a ser estorbos al progreso de los campechanos. Tocará a éstos, el próximo 5 de julio, pasar la cuenta a los partidos que infirieron tamaña ofensa a los habitantes de la entidad que la familia Mouriño escogió como patria adoptiva. Es que en esa fecha, además de elegir diputados federales, los ciudadanos de Campeche renovarán el Poder Ejecutivo local. Y no habría mejor homenaje a Juan Camilo, el amigo del alma del Presidente, que ese estado fuera gobernado por un panista, de preferencia uno que sea bendecido por los propietarios del Grupo Energético del Sureste.
Cajón de Sastre
Aunque tardíamente, pues la petición fue hecha en agosto por la Comisión mediadora, la Secretaría de Gobernación aceptó ayer ampliar la interlocución de ese grupo de ciudadanos que busca la presentación con vida de dos militantes del Ejército Popular Revolucionario. La Comisión hablará, además de con funcionarios de Bucareli, con representantes de alto nivel de la Secretaría de la Defensa Nacional, el Cisen y la Procuraduría General de la República. Además de esta respuesta positiva, la Comisión entendió también como un gesto de esa naturaleza la presencia en la reunión donde se dio a conocer aquella aceptación del secretario Fernando Gómez Mont. Es la primera vez que un titular de Gobernación acude a una sesión, y aunque se trató de un saludo breve, sin diálogo, parece una buena señal.
Reforma06/02/2009

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