*Familiares de los dos revolucionarios buscan concretar una asociación civil y una fundación
*Para la gente de a pie, ellos son los personajes de la Revolución, dice nieto del Centauro del Norte
Arturo Jiménez
Familiares de Emiliano Zapata y de Pancho Villa prosiguen sus intentos de crear una coordinación común que reivindique los aportes y la vigencia de los ideales de las dos más grandes figuras de la Revolución Mexicana.
Los primeros contactos ya están hechos y pretenden concretar la asociación civil Enlace Cultural Villa-Zapata y luego crear una fundación, con las que promoverían diversas iniciativas, como un programa de divulgación en el sistema de educación pública, desarrollar proyectos productivos e incidir en actos cívicos que reconozcan no sólo a los líderes revolucionarios sino a la gente del pueblo que luchó con ellos.
También pretenden crear un museo y editar varios libros, entre ellos uno que compile las cartas entre Villa y Zapata, quienes mantuvieron una relación política y amistosa y compartieron la aspiración de una “utopía revolucionaria”.
Así quedó de manifiesto durante la inauguración de la exposición Yo no entré a la Revolución para hacerme hacendado: Zapata, 90 años –con motivo del aniversario de su asesinato, el 10 de abril de 1919, en Chinameca, mediante un elaborado plan de traición–, a la que asistieron nietos de Villa, pero no pudieron acudir familiares del Caudillo del Sur por atender las ceremonias en Morelos.
El título de la exposición, montada en el exterior del Museo Nacional de la Revolución, ubicado bajo el Monumento a la Revolución, se refiere a la respuesta de Zapata al presidente Francisco I. Madero, quien le había ofrecido una hacienda a cambio de desarmarse y esperar pacientemente a que se cumplieran las promesas de reparto agrario.
La frase completa aparece en los biombos de la muestra, curada por Mario Pérez por encargo de la Secretaría de Cultura capitalina, que consta de fotografías, cédulas informativas y citas de Zapata, cuyo primer fragmento dice así:
“Señor Madero, yo no entré a la Revolución para hacerme hacendado, si valgo algo, es por la confianza que en mí han depositado los campesinos...”
No es un festejo
Luego de la inauguración y de un recorrido por las diversas etapas que propone la exposición, cuatro nietos de Villa presentes comentaron sobre los esfuerzos de coordinación con los descendientes de Zapata. Ellos son los hermanos Agustín, Beatriz y Tomás Villa Córdova, además de su primo Francisco Villa Betancourt.
Respecto de los llamados festejos gubernamentales por la Independencia y la Revolución, Tomás Villa, cuyo padre fue José Trinidad Villa –uno de los múltiples hijos del Centauro del Norte– comentó:
“Lo he dicho en varias ocasiones: nosotros no consideramos que se pueda festejar que los mexicanos hayamos tenido que matarnos unos a otros: unos 400 mil en la Independencia y más o menos un millón en la Revolución. No podemos festejar que se haya asesinado a Zapata de la forma tan vil que lo hicieron, ni tampoco que hayan terminado asesinando a Villa de una forma bastante parecida.”
Y agregó acerca de los proyectos de las familias de ambos revolucionarios: “Queremos dejar en claro que, para la gente de a pie, los personajes de la Revolución Mexicana son Zapata y Villa, incluso fuera del país. No son Obregón, Calles y toda esa gente que logró cristalizar su proyecto.
“Queremos enarbolar de nuevo sus ideas, revisar sus contenidos y ver en qué concuerdan con nuestra realidad actual. Y para ello necesitamos desarrollar una serie de actividades, por eso tenemos un programa de acciones culturales. Por ejemplo, desde hace tres años, en diciembre, hemos estado haciendo una cabalgata en Xochimilco para recuperar con el pueblo llano la idea de que por esos senderos caminaron Villa y Zapata.”
Tomás Villa dijo que también tienen un proyecto editorial y que buscan quién lo patrocine. “Estamos juntando materiales originales de antes, durante y después de la Revolución, además de nuevos títulos editados sobre estos dos hombres y las fuerzas que desencadenaron y que siguen vigentes”.
Ahí, agregó, se ubicaría la publicación de un libro con las cartas entre Villa y Zapata. “Hay un compañero que desde hace años recaba no sólo las cartas entre ellos, alrededor de 20, sino también mucha de la correspondencia que tenía Villa, ya que es un mito que no sabía leer ni escribir. Hay cientos de documentos escritos de su puño y letra, varios ya editados, pero dispersos y otros aún inéditos”.
También quieren publicar documentos que Felipe Ángeles entregó a Villa, en una edición con el gobierno de Hidalgo, de donde era el general villista, quien es considerado por algunos autores como “parte importante de la conciencia de Pancho Villa”.
Lucha más allá del monumento
Reditarían además el parte de guerra de la batalla de Zacatecas, publicado por única vez por el gobierno revolucionario del estado de Chihuahua, en 1914. También otros documentos sobre la batalla de Agua Prieta, del lado constitucionalista, “importante para entender cómo fue esa guerra”.
Tomás Villa destacó que avanza la integración del trabajo conjunto entre ambas familias de los generales revolucionarios, aunque existen “algunos inconvenientes internos” entre los Zapata, los cuales espera puedan arreglarse.
Por lo pronto, señaló, ya casi concluyen los trámites para la asociación civil Enlace Cultural Villa-Zapata y espera que este año también pueda concretarse la creación de una fundación.
La lucha de los dos, reflexiona, no fue tanto por el ideal abstracto o el monumento, sino por la gente concreta, la que hoy viaja en Metro y se empeña en progresar, en asegurar la educación de sus hijos, su vejez, la alimentación, la salud, una mejor calidad de vida, pues ésa fue “la lucha de la Revolución, y de Villa y Zapata”.
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