*Tengo dos títulos tentativos: La locura de Dios o La llave de la carretera, adelanta
*Comenzará a circular en septiembre
*Pese al accidente, “Puebla sigue siendo una de mis ciudades favoritas”
Alonso Fragua
La Jornada de Oriente
Puebla, Pue., 22 de abril. Además de familiares y amigos que lo visitaron, la música también acompañó a José Agustín Ramírez durante su estancia en el hospital de la Beneficencia Española, de Puebla, durante los 20 días que permaneció internado, luego de la caída que sufrió el primero de abril en el foso del Teatro de la Ciudad, en la capital poblana.
“Casi no había música, mano. Pero luego llegó mi hijo con un reproductor de cds y la cosa cambió. Oí a Dead Can Dance y lo último de Sinéad O’Connor. Algo de los Waterboys y Pink Floyd, así como los últimos discos de Radiohead y de los Dandy Warhols. Y mucha música etno, sobre todo a Ali Farka Touré, este guitarrista africano, de Mali. Si no lo has escuchado, hazlo. ¡No tiene madre!”
Interacción con chavos
Tras abandonar el hospital el lunes 20 de abril, José Agustín regresó a su casa de Cuautla para continuar su recuperación y retomar la escritura de su nueva novela “que me tiene muy contento y para la cual tengo dos títulos tentativos: La locura de Dios o La llave de la carretera”.
“Estoy trabajando de nuevo, pero despacio. Los doctores me pidieron que me fuera con cautela. Que no manejara y que evitara movimientos bruscos. Y eso es una pena, porque no puedo nadar. Y con este calor se me antoja aprovechar mi alberca”, confiesa entre risas.
Según el escritor, espera terminar el mencionado libro entre éste y el próximo mes para sacarlo a la venta en septiembre.
Respecto de la actualización que hará de La contracultura en México, comentó que sigue en pie la idea de tener listo este proyecto para 2010, como lo anunció a la prensa en esta ciudad, el primero de abril.
“La onda con (esta segunda parte o anexo de) La contracultura en México es coordinar a los chavos que están ayudando en la investigación. Ya hay un acercamiento con varios. Por ejemplo, con un grafitero, con un chavo súper rasta y con otro bien metido en la onda emo. Se supone que para finales de año ya me tendrán algunos avances.”
Según José Agustín, algunos de esos jóvenes aportarán su experiencia personal relacionada con las culturas urbanas a las que pertenecen. Sin embargo, aclaró que él se encargará de dar la corrección final a los textos, acorde con su estilo personal y el del libro, pero sin omitir el crédito correspondiente de los distintos colaboradores.
Sin resentimiento
No obstante el accidente que sufrió en Puebla, el autor de Tragicomedia mexicana no guarda resentimiento a la Angelópolis.
“Con Puebla no tengo pedos. Sigue siendo una de mis ciudades ultrafavoritas de todos los tiempos. Me encanta su comida, la urbe misma, su arquitectura; la atmósfera de conservadurismo, pero cargada de sabor. Creo que es un sitio fundamental para la historia de México.”
–¿Tuvo oportunidad de probar algo de la gastronomía típica mientras estaba en el hospital?
–Sí, comí de todo. Nomás me faltaron los chiles en nogada. Pero molito, sí comí. Unos dulces que estaban de ultrapedo y también unas chalupas, con tortillitas de Atlixco. Con esas tortillas, las chalupas no tienen medida.
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