Militantes de diferentes partidos han sido asesinados, plagiados y amenazados
Francisco Reséndiz/El Universal 12-Abril-2009
MÉXICO, D.F.- A menos de 90 días de las votaciones del 5 de julio —federal y locales en seis estados—, la violencia política, del narcotráfico y el crimen organizado, ha impactado con asesinatos, secuestros y amenazas de cuadros de las fuerzas políticas del país.
El primer crimen del año que relaciona a un político ocurrió el 6 de febrero en Durango, donde fue asesinado el alcalde priísta del municipio de Otáez, Claudio Reyes Núñez. Fue encontrado en la capital del estado encobijado, muerto por asfixia.
Dos años antes, su hijo Claudio Reyes fue asesinado de un tiro cuando se desarrollaba la contienda por la alcaldía de Otáez.
El 21 de febrero pasado, se confirmó que uno de los tres hombres asesinados y encajuelados que fueron hallados en la delegación Gustavo A. Madero era precandidato por el PRI a la alcaldía de Ixtapaluca.
Adelfo Toledano era dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Transporte de aquel municipio y fue hallado muerto en una camioneta, en la colonia Constitución de la República, junto a Antonio Mecalco, secretario del Trabajo del mencionado sindicato, e Hilario Ríos, secretario de Finanzas de la organización. Todos priístas.
Al día siguiente, el 22 de febrero, en Petatlán, Guerrero —enclave del narco en la Costa Grande, cercano a Michoacán—, dos hombres armados ejecutaron con tiros de fusiles de alto poder al ex alcalde Javier Rodríguez, en pleno zócalo del municipio .
Un par de semanas después, el 11 de marzo, el precandidato del PRD al municipio guanajuatense de Coroneo, Joaquín Ramos González, de 57 años, fue secuestrado. El perredista fue liberado una semana después.
Más casos
Ese mismo día, los precandidatos a la presidencia municipal de La Paz (Estado de México), Tranquilino Lagos Buenabad, y a diputados local y federal por el PRD, Agustín Corona Ramírez y Adrián Manuel Galicia Salceda, sufrieron un atentado al concluir un mitin realizado en San Sebastián Chimalpa.
Cuando los aspirantes perredistas bajaban a pie de la parte alta del cerro, de pronto se escuchó un disparo de entre la multitud. Una bala alcanzó a Mario Ruiz Nájera, asistente personal del alcalde con licencia de La Paz, y se le incrustó en la clavícula derecha.
El 17 de marzo un grupo de gatilleros baleó la casa del precandidato priísta a la presidencia municipal del potosino Ebano, Manuel Alvear Sevilla. La balacera ocurrió a las 03:35 horas en la colonia Tulipanes, dentro del domicilio del aspirante priísta.
Para el primero de abril fue consignada al penal de Santiaguito, Estado de México, Silvia López, ex regidora del PRI en el municipio de Ixtapaluca, por los delitos de delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad y portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército.
El segundo día de abril siguiente ejecutaron al ex candidato perredista en 1993 a la alcaldía de Navolato, Sinaloa, Benito Juárez López, junto con su esposa Rosario Arellanes. El perredista, de 73 años, fue líder agrícola de esta región dominada por el narco.
Apenas el 6 de abril fue acribillada en su domicilio Beatriz López Leyva, dirigente municipal del PRD en el municipio oaxaqueño de San Pedro Jicayán.
Este cuadro fue activista de Andrés Manuel López Obrador y colaboradora de los senadores Salomón Jara y Gabino Cué.
El crimen más reciente ocurrió el 7 de abril. El candidato suplente a diputado federal por el PRD por el distrito uno de Lázaro Cárdenas, Michoacán, Gustavo Bucio, fue asesinado en una gasolinera de su propiedad.
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