RAÚL A. RUBIO CANO
Enero 5 de 2017
En 1810, fue la crisis de los precios del maíz en el Bajío, lo que llevó al estallido insurgente. Una gran sequía antes de 1910, generó el clima propicio para arrancar la lucha armada generalizada y hoy, en un México urbano de unos 128 millones de habitantes, el encarecimiento de los combustibles y el vil robo de la empresa Pemex -sostén vital del país- por una camarilla de ratas y títeres de petroleras Yankees, ha desatado una amplia indignación de dimensiones nacionales que indica ser la chispa que está desatando el ingenio para construir una nueva sociedad en todos los niveles del país, demostrándose que el capitalismo imperante, ha sido un modo de producción destructivo de hombres y naturaleza y es necesario construir una sociedad donde quepan muchos mundos, respetuosos todos de hombres y Naturaleza. La cosa va muy en serio, tan en serio como en 1810 y 1910, porque para que surgiera la Independencia tuvieron que transcurrir 60 años de Reformas Borbónicas (1750 a 1810), posibilitando conformar una “criollada ilustrada” que dijera ¡Basta! al dominio colonial español y con un proyecto independiente de República y economía de capitalismo competitivo de libre empresa. En el caso de la Revolución de 1910, implicó un trabajo de veinte años intensos de lucha de activistas como los hermanos Flores Magón, en medio de un desarrollo de capitalismo monopólico y de la demanda de un Estado rector, que fuera vigilante del equilibrio de los factores de la producción entre el capital y el trabajo asalariado, ello se logró plasmar en la Constitución del 5 de febrero de 1917, todo un modelo de amplio reconocimiento mundial y que brindó al país lineamientos para su desarrollo económico, social, político y cultural. Hoy, ante un periodo voraz de capitalismo salvaje, como ha sido desde 1982 con las políticas económicas neoliberales, necesarias y suficientes para concentrar la riqueza en muy pocas manos trasnacionales, han convirtiendo al país en una fábrica de pobres y en una cloaca de contaminación, generando que el pueblo se cansara de “tanta pinche transa” y, con la estocada del aumento de precios a los combustibles, ha sido la chispa para el estallido de la insurgencia a lo largo y ancho del país. Buscaron extinguir a los pueblos originarios de este país, y no pudieron; buscaron destruir al magisterio, constructores del país que todavía se llama México, y no pudieron; buscaron destruir Pemex y la idea de que el petróleo es nuestro y por lo visto, todo se les está regresando; buscaron destruir garantías constitucionales como el derecho a la Salud, al Trabajo y demás, y esto, ya se les vino encima; buscaron denigrar al Ejército Mexicano, a las fuerzas armadas y llevarlas al plano de policías cachuchones, sicarios del Narco y, ello hartó, no sólo a las bases, sino también a los altos mandos militares. ¡Órale! Todos hoy a la manifestación de las 6 pm en la Macro, contra el Gasolinazo, la Tenencia y pa’bajo los aumentos al Predial ¡Pa’empezar…! raurubio@gmail.com
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