martes, 14 de abril de 2009

Delirium tremens, de Ignacio Solares, será estrenada en el teatro Santa Catarina

Llevan a escena las alucinaciones y la angustia del alcohólico crónico
*Me interesa mucho que los jóvenes vean la obra, pues nadie escapa a ese riesgo, dice el autor
*La obra intenta enfrentar al espectador con sus zonas más temidas, expresa Antonio Crestani


Carlos Paul/La Jornada

Las reacciones de las personas cuando escuchan hablar del delirium tremens son diversas. Desde la incredulidad o incomprensión de quienes no conocen a detalle esa cuestión, pasando por la morbosidad de quienes ven en los afectados un estado de simple locura, hasta los que de manera sensible intentan comprender y solucionar la angustia de esos enfermos.

El delirium tremens, según la definición médica, es un estado alucinatorio que se desarrolla en el alcohólico crónico después de la interrupción brusca de una ingestión prolongada e intensa de bebidas embriagantes.

Las alucinaciones visuales son quizá el síntoma más dramático de ese cuadro clínico, experiencias que el escritor Ignacio Solares explora mediante diversos testimonios en su libro Delirium tremens, en el que se basa la puesta en escena del mismo nombre dirigida por Antonio Crestani, cuyo estreno se realizará en el teatro Santa Catarina.

Pesadillas con los ojos abiertos

El montaje, comentaron Solares y Crestani–, en charla con La Jornada, gira en torno a ese estado alucinatorio que se desarrolla en el alcohólico crónico, al simbolismo religioso que se le asocia y a lo que los especialistas definen como “experiencias de percepción extrasensorial”.

Al respecto, Solares explicó: “Muchos de los que deliran ven al diablo o se ven en el infierno, pero hay quien asevera, de modo totalmente lúcido y convincente, tener conversaciones con Dios. Casos como éste plantean una disyuntiva: o bien el delirio es, como dicen los médicos, una depravación de la mente ante la cual no hay más que amarrar a la víctima a una cama hasta que pase, o bien, es una puerta a otros niveles de percepción y dimensiones que ni siquiera imaginamos”.

En el prólogo del volumen, el médico Antonio Elizondo López, coordinador del Programa de Rehabilitación de Alcohólicos del Hospital Psiquiátrico del Instituto Mexicano del Seguro Social en los años 70, apuntó que Solares “lo que intenta establecer es un puente entre la neurobioquímica y la sicología, tratando de encontrar un significado sicodinámico a los símbolos alucinatorios experimentados por el enfermo en el síndrome de supresión que resultan de sus trastornos sensoperceptivos”.

El delirium tremens, continúa Solares, “finalmente son pesadillas con los ojos abiertos”.

Su interés por dicha cuestión lo llevó a investigar 111 casos, así como el aspecto sicoanalítico que implica cierto simbolismo. “El por qué personas que no son religiosas, en delirium tremens, ven ángeles y demonios.

“Carl Gustav Jung –abundó Solares– decía que en el inconsciente colectivo están todas esas imágenes y el alcohol ‘las baja’. Sería entonces una especie de misticismo, pero negativo, pues así como hay visionarios entre los grandes místicos, con manifestaciones beatíficas o de éxtasis el delirium tremens podría ser una visión en negativo”; lo cual, destacó el escritor, “nos permite también reflexionar sobre el enorme peligro del alcohol o las drogas, pues hoy día vivimos en una sociedad de consumo, en la cual no medimos. Por ello, me interesa mucho que la obra pudiera ser vista por los jóvenes, pues nadie escapa a ese riesgo”.

Ni moralista ni didáctica

El tema nos toca a todos, destacó Crestani. “Y no es con base en prohibiciones como lo ha constatado la historia, que se va a solucionar el problema, sino mediante la educación y la conciencia”.

La obra “no es moralista, didáctica o ejemplar. Intenta enfrentar al espectador con sus zonas más oscuras y sus demonios más temidos. El reto es crear en la imaginación del espectador esa pesadilla mediante la adaptación del texto de Solares y el trabajo actoral”, concluyó Crestani, quien trabajó en la adaptación del texto de Solares durante casi dos años.

Delirium tremens se estrena el 23 de abril, a las 20 horas, en el teatro Santa Catarina (Jardín Santa Catarina 10, Coyoacán), de la Universidad Nacional Autóma de México.

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