Defensores de prisioneros en Guantánamo y sindicato de músicos impulsan campaña
Tania Molina Ramírez
Tania Molina Ramírez
La música es usada como tortura en prisiones en distintas partes del mundo. Sus creadores exigen el fin de esta práctica. La campaña Zero dB, o sea, “cero decibelios”, busca reunir las fuerzas dispersas.
Zero dB es impulsada por una coalición entre Reprieve (abogados defensores de prisioneros en la base militar estadunidense en Guantánamo) y Musicians’ Union (Sindicato de Músicos, organización que representa a más de 32 mil creadores).
Entre los artistas que apoyan la iniciativa están Tom Morello, de Rage Against The Machine; Massive Attack, Elbow, James Lavelle (UNKLE), Matthew Herbert, The Magic Numbers y Bill Bailey.
También Bruce Springsteen se ha pronunciado en contra de la música como tortura.
Si bien el presidente estadunidense Barack Obama firmó órdenes ejecutivas para que en los próximos meses se cierre el centro de detención en Guantánamo y para prohibir el uso de la tortura, siguen en operación las prisiones en Guantánamo y en otros sitios.
Colapso mental, uno de los daños
“La música a un volumen ensordecedor, puesta durante días y meses sinfín, es una tortura moderna. Si bien no deja huellas físicas, el daño ocasionado a la mente puede durar toda la vida, y algunas de sus víctimas llegan a sufrir un colapso mental”, explica en su página electrónica Zero dB (www.zerodb.org).
Zero dB, que busca “poner fin al sufrimiento causado por la tortura musical”, enlista la variada música usada en los centros de detención en Guantánamo, Irak, Afganistán y Marruecos: AC/DC (Hell’s bells, Shoot to thrill), Britney Spears, el tema de Barney el dinosaurio, Bruce Springsteen (Born in the USA), Christina Aguilera (Dirrty), Eminem, Queen (We Are The Champions), Rage Against the Machine (Killing in The Name Of) y el tema de Plaza Sésamo, entre otros.
No importa que algunas de estas canciones sean críticas al mismo sistema político y económico que las utiliza, como Born In The USA y Killing In The Name Of.
Los testimonios de los ex prisioneros son contundentes. Ruhal Ahmed, quien estuvo detenido en Guantánamo, declaró, según la revista Counterpunch, que la situación en el encierro se volvió peor cuando comenzaron a poner música: “Antes podías intentar enfocarte en otra cosa. Te hace sentir que te estás volviendo loco. Te pierdes, y asusta mucho pensar que quizá te vuelvas loco por toda la música, por la música a un volumen tan alto, y porque después de un rato ya no oyes la letra, lo único que oyes es un estruendo”.
Binyam Mohamed, cliente de Reprieve que actualmente está en Guantánamo, “sufrió 18 meses de tortura en una prisión secreta en Marruecos. A pesar de que constantemente le hacían cortadas en el pene con un bisturí, describió que sentir que perdía la cordura era más aterrador. Binyam estuvo bajo tortura musical 24 horas al día, durante 20 días”, explica Zero dB.
Difícil de aguantar: Tom Morello
“El hecho de que nuestra música haya sido cooptada en esta manera brutal es verdaderamente asqueroso. Si estás familiarizado con las enseñanzas ideológicas de la banda y su apoyo a los derechos humanos, es realmente difícil de aguantar”, dijo Tom Morello, de Rage Against the Machine, a la revista Spin, en 2006.
La cita fue rescatada a finales del año pasado por la revista Counterpunch, en un extenso reportaje sobre la música usada como tortura. También informó que Christopher Cerf, compositor de la música de Plaza Sésamo, estaba escandalizado de que usaran el tema principal durante los interrogatorios.
Los integrantes de Rage Against the Machine han salido al escenario vestidos con el atuendo anaranjado y las capuchas que portan los prisioneros. En un concierto en San Francisco, registra Counterpunch, Morello sugirió que mantuvieran sólo una pequeña celda en la Bahía de Guantánamo “y que metan a Bush ahí… y que le pongan Rage Against the Machine a todo volumen”.
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