■ Los comunicadores enfrentan violencia como todo el mundo, dice el encargado de defenderlos
Gustavo Castillo García
El titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra Periodistas (FEADP) de la Procuraduría General de la República (PGR), Alberto Orellana Wiarco, afirmó que México no es “el segundo país más peligroso para el ejercicio periodístico después de Irak”, porque en su opinión sólo tres de los 25 asesinatos cometidos contra informadores entre 2007 y 2008 tienen relación con su ejercicio profesional, y apenas 16 por ciento de 279 investigaciones están vinculadas con cuestiones de crimen organizado.
En días recientes se difundió que México es el segundo país más peligroso para los periodistas en el mundo, al registrar siete asesinatos el año pasado, superado sólo por Irak (46), según el reporte anual difundido en Viena por el Instituto Internacional de Prensa (IPI, por sus siglas en inglés).
Durante una conferencia de prensa en la que dio a conocer un informe de lo que ha sido su gestión al frente de la FEADP, Orellana Wiarco aseguró que hay delincuentes metidos a periodistas y, a su parecer, no es verdad que existan 45 casos de homicidios contra informadores, como reportó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), porque ésta no investiga si los afectados ejercen en realidad como periodistas.
En ese contexto, el fiscal afirmó que la impunidad es el mayor problema que enfrenta toda la sociedad y la que sufre también el gremio de los periodistas.
“Las autoridades tenemos una deuda enorme por la tardanza que ha representado la resolución de muchos de estos casos, principalmente en el fuero federal. Sin embargo, también enfrentamos un gran reto cuando el asesinato de un periodista pudiera estar relacionado con el crimen organizado; cuando el periodista es quien viola la ley, incluso en su afán de cobertura cuando los periodistas exigen responsables, pero no aportan elementos; cuando lo denuncian en prensa, pero no ante la autoridad”, dijo Orellana Wiarco.
Señaló que “hay delincuentes haciéndose pasar por periodistas; incluso, acribillados aparecen como periodistas y ponen en riesgo la vida y el prestigio de los verdaderos informadores”; sin embargo, no pudo o no quiso precisar en cuántos casos de las 279 investigaciones que realiza la fiscalía a su cargo detectó que se trataba de delincuentes que se hacían pasar por periodistas.
“Eso sí”, señaló, no hay relación entre su homicidio y su actividad periodística en los casos de las indígenas oaxaqueñas Felicitas Martínez y Teresa Bautista, quienes laboraban para una radio comunitaria en esa entidad, así como del ex corresponsal de Televisa en Acapulco, Amado Ramírez.
Según el funcionario, su afirmación de que México no es peligroso ejercer el periodismo se sustenta en estadísticas de organizaciones no gubernamentales, como el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) y Reporteros sin Fronteras, pero no dio a conocer comparativos oficiales del número de casos que se presentan en naciones como Colombia, Irak y Brasil, que según su informe son las naciones de riesgo.
De la misma manera reconoció que no existe ninguna metodología en las organizaciones civiles ni tampoco en las instituciones gubernamentales para determinar el verdadero número de agresiones contra periodistas, pero utilizó datos del CPJ para señalar que Irak, Argelia, Rusia, Colombia, Filipinas e India son las naciones con mayor número de homicidios.
Según el informe, en 2007 se cometieron 12 asesinatos, pero sólo uno afectó a un periodista en activo y la agresión tiene vinculo con su actividad; dijo que de las cuatro desapariciones denunciadas, sólo dos están en investigación porque se estima que eran informadores y su caso estaría vinculado con su actividad.
Para Orellana Wiarco “la mayor parte de los periodistas muertos en México en años recientes han sido por diversos motivos, muy similares a las causas que afectan al resto de los mexicanos y, a veces, no por su ejercicio periodístico”.
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