■ Más de la mitad de los asesinatos se perpetraron en Chihuahua, Baja California y Sinaloa
■ Las autoridades federales temen que el clima de violencia sea trasladado al sureste del país
■ Las autoridades federales temen que el clima de violencia sea trasladado al sureste del país
Gustavo Castillo García
El rompimiento de alianzas entre grupos de narcotraficantes y la lucha por el control de territorios dejó de saldo en 2008 un total de 5 mil 620 ejecutados y que los grupos de los hermanos Beltrán Leyva y Los Zetas se consolidaran como cárteles de la droga, indicaron fuentes de alto nivel del gobierno federal.
En el año que concluye, Chihuahua, Baja California y Sinaloa, entidades consideradas principales centros de operación de los cárteles de Juárez, de los Arellano Félix y del Pacífico (Sinaloa), acumularon más de 50 por ciento de las ejecuciones.
Sin embargo, la violencia también se trasladó a otros puntos del país que hasta hace dos años habían registrado baja o nula incidencia de homicidios dolosos ligados al crimen organizado, como son Jalisco, estado de México y Guanajuato.
Funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal y de la Procuraduría General de la República (PGR) coincidieron en que el gabinete de seguridad del presidente Felipe Calderón estima que la violencia que se vive en el norte del país pudiera trasladarse hacia la región de Chiapas, Tabasco, Veracruz y Quintana Roo, debido al fortalecimiento de mecanismos para la detección de aeronaves y embarcaciones cargadas de droga, por lo que la vía para introducir cocaína hacia México y Estados Unidos será la terrestre, a través de la frontera con Guatemala.
Los funcionarios entrevistados señalaron que mientras en 2006 las estadísticas oficiales indicaron que 2 mil 221 personas fueron ejecutadas, en 2007 la cifra aumentó a 2 mil 561, lo que significó un aumento de 14.2 por ciento entre un año y otro.
Para este año, con corte a la madrugada del 30 de diciembre, la cifra oficial reportó un total de 5 mil 620 asesinatos ligados al crimen organizado, entre ellos más de 40 decapitaciones, y ejecuciones múltiples en Ciudad Juárez, y Creel, en Chihuahua; Tijuana, Baja California; Sinaloa, y el estado de México.
La violencia en el país aumentó a pesar del incremento de policías y militares en las entidades donde mayor número de ejecuciones y actos de violencia se ha registrado en contra de la población civil y autoridades municipales o federales, como es el caso de los operativos conjuntos en Sinaloa, Chihuahua, Durango, Michoacán, Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León, Tijuana y Guerrero.
Según las estadísticas oficiales, hasta el pasado 31 de agosto el esfuerzo conjunto de la PGR-SSP federal y las secretarías de la Defensa Nacional y Marina rindió logros sin precedente con respecto de administraciones anteriores, como en el caso de la cocaína, de la que en el gobierno de Felipe Calderón sumaron más de 61.5 toneladas de cocaína incautadas, mientras en los primeros 21 meses de gobierno de Vicente Fox se logró un decomiso de 39.8 toneladas del mismo enervante.
En el mismo periodo de 21 meses de gobierno entre Vicente Fox y Felipe Calderón, los registros oficiales indican que mientras en la gestión del guanajuatense se incautaron 2 mil 471 toneladas de mariguana, en el mismo lapso de la administración actual se logró asegurar 3 mil 12 toneladas de cannabis.
Lo mismo ocurre con las metanfetaminas, donde en la era de Vicente Fox se decomisaron 845 kilos, y en la gestión de Calderón mil 205.
Sin embargo, el mayor aseguramiento de armas en una sola acción se logró el pasado 7 de noviembre en Reynosa, Tamaulipas, donde efectivos militares decomisaron más de 500 mil cartuchos, 270 armas y 300 granadas, superando las 250 armas largas incautadas en 1984 en el rancho El Búfalo, propiedad de Rafael Caro Quintero.
Reportes oficiales indican que el aumento en la violencia no sólo se debe al gran tráfico de armas de Estados Unidos hacia México, sino también al rompimiento que se ha producido especialmente entre los cárteles del Golfo y de Sinaloa.
En el caso del Golfo, la organización que dirigió Osiel Cárdenas Guillén (extraditado a Estados Unido en enero de 2007) se dividió.
Por una parte, los desertores del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafes) del Ejército Mexicano, bajo el mando de Heriberto Lazcano, El Lazca, se convirtieron en un nuevo cártel y sumaron a sus huestes a ex integrantes del ejército de Guatemala. Esta organización es conocida como Los Zetas y tiene presencia en al menos 12 entidades.
En tanto, el grupo que ahora encabeza Eduardo Costilla, El Coss, pretendió suceder a Osiel Cárdenas Guillén en el mando del cártel del Golfo, pero se ha visto diezmado por la ruptura con Los Zetas.
Ambas facciones se disputan localidades como Reynosa, Matamoros, Ciudad Altamirano y Ciudad Victoria, en Tamaulipas, así como sus zonas de influencia en Veracruz, Tabasco.
Según los informes oficiales, debido a su expansión y alto número de integrantes, Los Zetas apoyan a los miembros de la familia Arellano Félix para mantener el control de lo que se conoce como el cártel de Tijuana en contra de Teodoro García Simental, El Teo, un sicario que busca el control de la plaza de Tijuana en sociedad con Ismael El Mayo Zambada, uno de los líderes del cártel de Sinaloa.
En tanto, la organización que dirige Joaquín El Chapo Guzmán, conocida como el cártel de Sinaloa o del Pacífico, sufrió una ruptura con los hermanos Beltrán Leyva, lo que ha afectado las operaciones de ese grupo del que también forma parte El Mayo Zambada.
De esa manera, los hermanos Beltrán Leyva han consolidado su estructura en un nuevo cártel, según los funcionarios consultados, y ello ha generado violencia en entidades como Sinaloa, Chihuahua y Durango, ya que en algunos estados los Beltrán Leyva se han asociado con Los Zetas para defender su presencia en algunos territorios, entre los que están el estado de México, Jalisco, Sinaloa y el Distrito Federal.
En Chihuahua, el cártel de Juárez, dirigido por los Vicentes Carrillo Leyva y Carrillo Fuentes, enfrenta los ataques de alguno de sus ex socios, como El Mayo Zambada, ahora unido a El Chapo Guzmán; de allí la violencia en esa entidad, y principalmente en Ciudad Juárez, uno de los puntos de mayor cruce de droga hacia Estados Unidos, indicaron los funcionarios consultados.
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