SALTILLO, Coahuila (Apro).—Más allá del móvil que la produjo, la desaparición aquí del cubanoestadounidense Félix Batista, experto en seguridad y en negociaciones para liberar a víctimas de secuestros, en momentos en que se hallaba acompañado, entre otros comensales, por tres empresarios de la seguridad privada, deja interrogantes sobre la equívoca conducta de las autoridades.
Las líneas de investigación hechas públicas hasta ahora indican que el negociador pudo entregarse como rehén mientras se pagaba el rescate del empresario de la seguridad José Pilar Valdés, secuestrado el domingo 7 de diciembre y liberado horas después de la desaparición de Batista.
Otra hipótesis sostiene que el secuestro de Valdés pudo haber tenido como propósito llegar a Batista.
Y una hipótesis más —confiada a Apro por fuentes de la fiscalía— aventura que Batista fue levantado por Los Zetas, al considerar que era un agente encubierto del gobierno de Estados Unidos ocupado en tareas de inteligencia.
Charlie LeBlanc, presidente de la empresa para la que trabaja Batista, y una fuente diplomática consultada por Apro insistieron en que el plagio pudo ser consecuencia del hecho de que medios de comunicación mexicanos lo identificaron erróneamente como agente o exagente del FBI. LeBlanc inclusive dijo que ese equívoco o desinformación ponía en peligro su vida.
No obstante, el gobernador Humberto Moreira manifestó el pasado 17 de diciembre que no había indicios de que se tratara de un levantón y que Batista accedió a subir a un vehículo voluntariamente.
El hecho es que el 10 de diciembre, alrededor de las 19:00 horas, Félix Batista salió del restaurante El Principal, ubicado en el cruce de los bulevares Venustiano Carranza y Egipto en la colonia Virreyes Residencial de la capital coahuilense. Afuera, abordó sin violencia una camioneta Cherokee blanca con cuatro desconocidos a bordo y, hasta ahora, se desconoce su paradero.
Ex militar estadounidense y consultor de ASI Global Kidnap & Ransom Response (una empresa dedicada al manejo de crisis, medidas de seguridad y negociación de secuestros con sede en Houston, Texas), Batista tiene 55 años de edad, 25 de los cuales se ha dedicado a las negociaciones para la liberación de rehenes, con más de 100 casos de secuestro y 300 de extorsión resueltos en México y América Latina, donde era el principal negociador de la firma.
Ciudadano estadounidense de ascendencia cubana, radicado en Miami, a Batista se le atribuyen negociaciones para recuperar personas secuestradas por Daniel Arizmendi, El Mochaorejas, y también por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entre otros casos sonados.
Durante su estancia en Saltillo y Torreón, Batista estuvo acompañado de Daniel Garza Ortiz de Montellano, quien fue secretario particular de Enrique Martínez y Martínez cuando éste fue gobernador de Coahuila de 1999 a 2005. Garza opera un negocio de seguridad privada que vende unidades móviles de vigilancia a gobiernos y empresas, bajo la firma Altec Vista.
De acuerdo con la averiguación previa PGJE-SALT-DL-10/08, a la cual tuvo acceso este reportero, el día de su desaparición Batista llegó al restaurante El Principal en compañía de Daniel Garza y de Claudio Canavatti, representante de la firma regiomontana Secure, también de seguridad privada y especializada en medidas industriales contra “robo hormiga” y blindajes automotrices.
Se encontraron ahí con el hermano de Daniel, José Manuel Garza, y con Juan Manuel Dávila Udave, gerente de Multimedios Estrella de Oro en esta ciudad, ambos conductores de noticiarios radiofónicos.
Daniel Garza y Claudio Canavatti se incorporaron a la mesa de los comunicadores mientras, en una mesa aparte, Batista conversaba con un hijo del experto en seguridad y protección antisecuestros José Pilar Valdés. Durante cerca de 30 años, Pilar Valdés fue el jefe de seguridad del Grupo Industrial Saltillo (GIS) hasta que, en 2003, inició su propio negocio con la creación de Consultores en Protección y Seguridad Privada (Coprose), especializada también en soluciones industriales.
El arribo, los encuentros y la salida de Félix Batista quedaron grabados en dos vídeos de seguridad que forman parte de la averiguación.
La relación de Batista con José Pilar Valdés surgió en los años noventa, cuando diversos plagios en la ciudad motivaron la contratación de consultores externos por parte del empresariado saltillense, encabezado por la familia López del Bosque, propietaria de GIS, cuyo guardaespaldas en jefe era Pilar Valdés.
Esta vez, el propio Pilar Valdés había sido secuestrado. De acuerdo con una fuente policial, el plagio ocurrió el 9 de diciembre, pero la familia realizaba sus propias gestiones al margen de las autoridades.
La versión del secuestro de José Pilar Valdés fue confirmada en una entrevista —publicada en el periódico Vanguardia de Saltillo y firmada por “La Redacción con información de la agencia AP”— con el jefe de operaciones de Coprose, José Martínez, quien dijo que aquél fue liberado horas después de la desaparición de Batista, y que se encontraba muy golpeado.
Durante el encuentro con el hijo de Pilar Valdés, Batista recibió en el restaurante El Principal una llamada, se levantó, acudió a la mesa de sus conocidos para dejar un portafolio y hacer una petición:—Si no regreso, avisen a mi socio –les dijo, y entregó a Daniel Garza una tarjeta de presentación con los datos de otro consultor de ASI Global.
Diversos medios de comunicación locales han publicado que la intención de Batista era ayudar a Pilar Valdés a recuperar su libertad.
En uno de los vídeos en poder de la fiscalía se observa que, al salir de El Principal, Batista permaneció en el exterior alrededor de ocho minutos; luego dio vuelta caminando con calma hacia el bulevar Egipto, donde, ya fuera del foco de la cámara de vigilancia, abordó la Cherokee blanca, sin violencia, según versiones de testigos recogidas en la investigación iniciada el jueves 11, luego de que Daniel Garza interpuso la denuncia correspondiente.
Apenas se supo la desaparición de Batista, los gobiernos estatal y federal intentaron evadir el caso, descartaron considerarlo secuestro y sólo le dieron el estatus legal de desaparición, haciendo énfasis en que no hubo violencia y en que Batista actuaba por su cuenta.
El titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, se deslindó de inmediato, ubicó la desaparición en el fuero común e indicó, el martes 16, que no habían iniciado una investigación, aunque admitió que existía “preocupación consular” por los hechos.
Ante las declaraciones de Medina Mora, el gobernador Humberto Moreira pidió que la PGR atrajera la investigación, y que “en lugar de estar señalando que a nosotros nos corresponde investigar y aventando la pelota, yo diría que trabajemos juntos”.
En esa entrevista, desarrollada el miércoles 17, Moreira especificó que Batista estaba promoviendo la venta de blindajes de vehículos junto con un empresario de Monterrey, que no lo conocía personalmente y que no era asesor ni trabajador de su gobierno, aunque el secretario de Seguridad Pública, Fausto Destenave, había acordado con él ofrecer charlas gratuitas a empresarios de Saltillo y de Torreón.
Batista estuvo en Saltillo en septiembre y regresó el 6 de diciembre, procedente de Querétaro. El martes 9 dictó una conferencia a empresarios de Torreón y, el miércoles 10, ofreció otra a empresarios de Saltillo, en las que participaron elementos de la Policía Estatal y personal de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
En ambas ciudades entabló relación con empresarios de la seguridad privada, quienes lo presentaron con políticos y hombres de negocios a los que ofreció conferencias sobre medidas antisecuestros y algunos productos.
Por su parte, la empresa ASI Global marcó distancia institucional de las actividades de Batista. El presidente de la compañía, Charlie LeBlanc, dijo a la agencia AP que el consultor se encontraba en México ofreciendo asesorías personales, no por cuenta de la empresa.
A lo largo de la semana, el Grupo Reforma y otros medios de comunicación informaron que existía presión del gobierno estadounidense para que las autoridades locales encontraran a Batista. Lo anterior, pese a que el subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Carlos Rico, declaró el miércoles 17 que no había ninguna petición específica del gobierno estadunidense sobre el caso.
Ese mismo día, agentes y personal del consulado estadunidense en Monterrey visitaron al procurador de Justicia en la entidad, Jesús Torres Charles, y con él permanecieron durante dos horas, según atestiguó este reportero, en el edificio de la dependencia.
Proceso solicitó una postura respecto al caso al consulado de Estados Unidos en Monterrey, por ser el que atiende también los asuntos consulares en esta región. El cónsul de prensa, Todd Huizinga, dijo que coadyuvan con las autoridades mexicanas a cargo de la indagatoria
"Puedo decirte que estamos siguiendo el caso muy cercanamente, y estamos tomando medidas apropiadas para coadyuvar con las autoridades mexicanas que están llevando la investigación. Estamos dando atención a la familia del señor Batista”, manifestó.
Otra fuente consular, que pidió no ser identificada, explicó que la reunión con el procurador Torres Charles tuvo como objetivo conocer los avances en la investigación. Además, sostuvo que los agentes –cuya adscripción no quiso precisar– permanecen en Saltillo, insistió en que Batista no es ni fue miembro del FBI, y que la movilización se debe a que se trata de un ciudadano estadunidense.
En el templo
La noche del jueves 11 de diciembre, en la Comunidad Cristiana de México, con sede en Saltillo, se pidió a los concurrentes unirse en oración por “el hermano Fausto Destenave, quien atraviesa un momento difícil”.
Fausto Destenave Kuri es el secretario de Seguridad Pública en la entidad.
Fue precisamente en la Comunidad Cristiana, un centro evangélico, donde Daniel Garza presentó a Batista Destenave Kuri. Ahí mismo se pusieron de acuerdo para que el consultor impartiera pláticas gratuitas, sobre medidas de seguridad y prácticas antisecuestros, a empresarios de Saltillo y de Torreón, ciudad ésta donde, según los organismos patronales, han ocurrido cerca de 250 secuestros en 2008.
No hubo recibo ni contrato de por medio pues, según el gobernador Humberto Moreira, Batista se comprometía a dictar sus conferencias con el fin de aproximarse a los grupos empresariales, ante los cuales promovía sus servicios personales, blindajes de vehículos y laminados.
Sin embargo, en la citada indagatoria 10/08 se establece que un agente de la Policía Preventiva Estatal (PPE) acompañó a Batista durante su breve estancia en Coahuila y que, momentos antes de su reunión en el restaurante El Principal, el policía fue despedido por el consultor, quien le dijo: “te llamaré más tarde si te necesito”.
Por la comunicación que el negociador mantuvo en los días previos a su desaparición con personal de la Secretaría de Seguridad Pública estatal y la PPE, han sido llamados a declarar 13 empleados, incluido Destenave Kuri.
De la desaparición de Félix Batista se informó en portales internacionales a partir de que el sábado 13 de diciembre el periódico El Zócalo dio cuenta del caso y de que un día después fue retomado por el Grupo Reforma.
En Colombia, en el programa María Elvira, del canal MegaTv, se realizó una edición especial sobre Félix Batista, con la participación de varios expertos en negociaciones para la liberación de rehenes.
Y al blog de Ana María Salazar se subió el video de una entrevista realizada con el negociador en 2003, quien hizo algunas recomendaciones generales sobre la conducta que debe asumirse ante un secuestro. Ahí, consideró que los niveles de tortura, mutilación y muerte en secuestros que se cometen en México sólo son superados en Irak.
Señaló que una posible víctima debe, “en lo posible, tener algún conocimiento de las zonas y los horarios donde ocurren los secuestros”. Con las personas de las clases media y media alta, es en la tarde-noche, al hallarse de regreso a sus zonas residenciales, cuando suelen producirse los secuestros, añadió.
“Entonces –recomendó–, por favor, limitar la salida de noche; ir acompañado o acompañada; no caminar por la calle de noche, sobre todo en zonas a oscuras, aisladas, residenciales. Vamos a prevenirlo en lo posible. No vamos a salir como una presa fácil a la calle".
Esa recomendación no fue seguida por él mismo, pues los hechos se produjeron de noche, en una zona residencial y al salir solo.
No obstante, en la misma entrevista, Félix Batista habló de la conducta a seguir en el momento de ser secuestrado: guardar la calma, no ver a los ojos directamente, tener las manos visibles, pedir permiso para moverse, con lentitud y sin provocar jamás un acto de violencia, actitudes que, de acuerdo con los testigos, fueron en su mayoría mantenidas por Batista al subir a la Cherokee blanca.
A los secuestradores, advertía Batista, “no los miren a la cara, no los reten. Si te dicen tírate en la cajuela, te tiras en la cajuela; si te dicen tírate en el piso atrás, tírate en el piso de atrás. Hay que seguir las instrucciones, y cuidado al cumplir esas instrucciones, porque a veces ellos están muy nerviosos, hablan muy rápido y no se explican. Entonces, si no entiendes las instrucciones, pídele: ¿quiere que me tire en la cajuela?, ¿quiere que me tire en el piso? Y después, cumplir, no darle más información de la necesaria (…) Los primeros cinco minutos del enfrentamiento son críticos; hay que sobrevivirlos, sobrevivir los primeros cinco minutos, y tienes chance de negociar".
Hasta ahora, ninguna autoridad ha confirmado que exista negociación alguna y, en la fiscalía, se afirma que no hay ningún tipo de comunicación con los plagiarios.