miércoles, 1 de mayo de 2013

Los ‘ahorros’ de un exgobernador



¿Cuánto dinero puede ahorrar alguien que tiene la oportunidad de ocupar un alto cargo en el sector público? ¿De qué magnitud pueden ser los ahorros de alguien que ha tenido la oportunidad de gobernar un Estado de la República?

El cálculo no es muy difícil en realidad. Es tan simple como multiplicar el salario mensual que tiene asignado el titular del Ejecutivo estatal por el número de meses que permaneció en el cargo.

Al resultado debe restársele, por supuesto, el volumen de recursos que el mandatario en cuestión tendría que gastar para su manutención durante los seis años que dura el encargo. El remanente constituirían los ahorros.

Puede considerarse, por supuesto, que un gobernante puede ahorrar prácticamente el 100 por ciento de los recursos provenientes de su salario, pues más allá del pago de algunos gastos en servicios de su domicilio particular, prácticamente todos los gastos que implica la vida cotidiana son sufragados con el presupuesto público.

Y nadie protestará por eso, desde luego, pues todos estamos de acuerdo en que la vida privada de un gobernante difícilmente puede desligarse de sus responsabilidades públicas.

El problema surge cuando, pese a los cálculos más optimistas, los ciudadanos atestiguamos cómo los individuos que han ocupado una posición importante en la estructura gubernamental gastan más dinero del que podrían haber ahorrado a lo largo de su paso por el sector público.

Eso es lo que parece estar ocurriendo con el extitular del Ejecutivo estatal, Humberto Moreira Valdés, quien actualmente vive en España donde cursa estudios de posgrado, pero su tren de vida dista mucho del que podría tener cualquier estudiante promedio.

Y más parece cuando las versiones ofrecidas por el exgobernador y los dirigentes del Sindicato al que pertenece -el SNTE- no coinciden en relación al origen del dinero con el cual sostiene su actual tren de vida.

De acuerdo con un reportaje publicado esta semana, Moreira Valdés aseguró que el SNTE sigue pagándole su salario como maestro -antes habría dicho que el Sindicato le ofreció una beca para cursar sus estudios de posgrado en la región española de Cataluña-, pero los datos que han surgido a nivel local indican que no existe pago alguno a su nombre en los registros de la Secretaría de Educación Pública de Coahuila.

La mesa ha quedado puesta para la polémica y difícilmente una y otra parte lograrán convencer a la sociedad de que no existe algo turbio en esta historia que, se quiera o no, contiene múltiples aristas que conducen de forma irremediable al cuestionamiento.

¿Cuánto puede ahorrar un exgobernador? Incluso siendo optimistas, no tanto como para vivir en un zona exclusiva en el extranjero, conducir vehículos de lujo y vivir despreocupadamente, pese a no tener ingresos formales.

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