*Grupos delincuenciales amenazaron de muerte al director general
Francisco Juaristi Santos
Juan Monrreal López
Marzo 11 del 2013
Saltillo,
Coahuila.- Ciento cuatro
palabras bastaron para que el Consejo editorial del Grupo Zócalo, impresor del
Zócalo de Piedras Negras, Zócalo de
Monclova y Zócalo de Saltillo, publicara en la primera plana de la
edición de hoy, su renuncia a informar acerca de de los hechos relacionados con
la delincuencia organizada “en virtud de que no existen garantías ni seguridad
para el ejercicio pleno del periodismo” en Coahuila.
Considerado uno de los grupos periodísticos económicamente más fuertes del
estado, los reporteros del Zócalo, han
sufrido diversas agresiones.
La desaparición de Rafael Ortiz Martínez del Zócalo de Monclova, desde
el 8 de julio del 2006; así como el
homicidio de Valentín Valdés Espinosa, de Zócalo Saltillo, el 7 de enero del
2010.
Más tarde, ya en pleno gobierno de Rubén Moreira Valdez, el 8 de junio
del 2012, la reportera Stephanía Rodríguez Cardoso, huyó después de haber sido agredida
en su hogar.
Días después reapareció en el programa de Denise Maerker, mediante una
llamada telefónica.
Posteriormente la reportera se acogió a la protección de la Procuraduría
General de la República (PGR).
El pasado jueves 7 de marzo, a través de mantas colgadas en Saltillo,
Monclova y Piedras Negras, grupos delincuenciales amenazaron de muerte a Francisco Juaristi Santos, presidente
del Consejo editorial del consorcio; lo que motivó que este día, la compañía
dueña de medios impresos y electrónicos anunciara que :
“En virtud de que no existen garantías ni seguridad para el ejercicio
pleno del periodismo, el Consejo Editorial de los periódicos Zócalo decidió, a
partir de esta fecha, abstenerse de publicar toda información relacionada con
el crimen organizado”, asienta la Editorial de hoy.
Una vez decidido el auto amordazamiento, Zócalo dijo en pleno
contrasentido con su decisión que, “nuestro compromiso es redoblar esfuerzos
para superar la calidad informativa y mantener una línea de objetividad e
imparcialidad”.
El Zócalo, funcionó como caja de resonancia de las declaraciones de
Humberto y Rubén Moreira (Valdés & Valdez), acerca de que la violencia
contra los reporteros y medios en la entidad, eran consecuencia de las
incapacidades de Felipe Calderón Hinojosa.
Ahora con Enrique Peña Nieto en la presidencia, no se ven mejorías en
las condiciones de trabajo de los periodistas coahuilenses. Por el contrario,
las agresiones a los edificios de los medios, más las acometidas en contra de
los trabajadores de las empresas de información, se han acendrado, todo ante el
silencio,- como siempre-, de Rubén Moreira.
Así sin más, el grupo Zócalo ratifica en la misma editorial que “La
decisión de suspender toda información relacionada con el crimen organizado se
fundamenta en nuestra responsabilidad de velar por la integridad y seguridad de
más de mil trabajadores, sus familias y la nuestra”.
El sometimiento del Zócalo, son malos augurios para la gente de los
medios.
Twitter@jmonrreall
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