DURANGO 1900, oscurantismo, terror, corrupción y muerte; hoy, el estado es peor
*La Fiscal General del estado, Sonia Yadira Garza Fragoso, cómplice
**Gobierno estatal coopta a alcaldes y diputados “de oposición”
*** El ciudadano Aispuro, virtual senador.
Fernando Miranda Servín
Marzo 3 del 2012
Durango, Durango.- Dicen que no hay mal que dure cien años ni pueblo que los soporte. Hoy, el PRI cumple 83 años de ejercer un cacicazgo criminal en Durango y su fin parece próximo.
En lo que va de este año 2012, en esta entidad norteña ha habido más de 150 ejecuciones; es decir, un promedio de tres ejecuciones diarias sin homicidas detenidos, y apenas a finales de febrero la Fiscal General del Estado de Durango, Sonia Yadira de la Garza Fragoso, tuvo “a bien” informar a los medios de comunicación el hallazgo que se hiciera en diciembre del año pasado de otras dos fosas clandestinas en los municipios de Santiago Papasquiaro y Durango.
La tardanza de casi tres meses en la notificación de estos terroríficos descubrimientos de inmediato trae consigo especulaciones que van más allá de la secrecía con la que deben conducirse este tipo de averiguaciones previas e ineludiblemente caen en el terreno político ya que fue precisamente en diciembre del año pasado cuando en el PRI nacional se consolidó la precandidatura del ex gobernador duranguense Ismael Hernández Deras para aspirar a la senaduría por Durango, estas próximas elecciones, representando a este partido, y haber dado a conocer la noticia de la existencia de dos fosas clandestinas más con al menos un centenar de cadáveres hubiera dado al traste con el proyecto de impunidad que el PRI pretende prepararle a este nefasto ex gobernador.
Fue durante la gestión gubernamental de Ismael Hernández Deras que Durango quedó convertido en un enorme panteón, y digan lo que digan sus defensores (que los tiene y muy bien pagados), él y su ex secretario general de Gobierno, Oliverio Reza Cuéllar, tienen mucha responsabilidad oficial en este genocidio que tiene nuevamente al pueblo duranguense en las primeras páginas de los periódicos del mundo y a un paso de la intervención directa de la Organización de las Naciones Unidas.
Este par de ex funcionarios obligatoriamente debieron de haber sabido sobre las actividades criminales que se llevaron a cabo en territorio duranguense durante el desempeño de sus cargos, toda vez que son el Poder Ejecutivo estatal, con los cuerpos de seguridad a su mando (secretaría de Seguridad Pública y Fiscalía General), y la secretaría general de Gobierno, con sus equipos de inteligencia, las instancias a las que les corresponde guardar el orden, la seguridad y el buen gobierno en todos los rincones del estado.
Otra instancia que también tiene responsabilidad en estos hechos oprobiosos es el gobierno federal encabezado por el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, ya que la Secretaría de Gobernación bajo su mando forzosamente debió de haber tenido conocimiento de estos actos genocidas porque el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) tiene los elementos tecnológicos y humanos necesarios para acceder a información en tiempo real de lo que sucede en cada punto del país en materia política y de delincuencia organizada. El CISEN, contrariamente a lo que nos han hecho creer, no solamente sirve para grabar conversaciones telefónicas embarazosas de políticos incautos.
Hoy, estos actores políticos, el presidente de la República, Felipe Calderón, el secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, la procuradora general de la República, Maricela Morales Ibáñez, el ex gobernador Ismael Hernández Deras, el ex secretario de Gobierno, Oliverio Reza Cuéllar, el gobernador Jorge Herrera Caldera, el ex secretario general de Gobierno, Héctor Vela Valenzuela y la Fiscal General de Durango, Sonia Yadira de la Garza, dignos de obtener el premio Oscar de la Academia, hacen como que no saben quién o quiénes son los autores de semejantes atrocidades que nos han devuelto a la más baja clasificación de la barbarie humana. Se protegen bajo las sombras, eluden e intentan ocultar lo que a todas luces la mayoría de los ciudadanos ya sabemos: que estamos frente a crímenes de Estado que deben de ser investigados por instancias internacionales ya que las instituciones nacionales, en manos de estas mafias de políticos coludidos, jamás van a resolver este genocidio.
Ahora, en riesgo inminente de perder el poderío político que los ha enriquecido ilegalmente durante más de ocho décadas, la dirigencia priísta duranguense y su gobernador tozudo, Jorge Herrera Caldera, en vez de trabajar profesionalmente y dejar de saquear las arcas públicas, se han dado a la tarea de cooptar a diversos personajes carentes de honorabilidad para afiliarlos a su partido ya gangrenado y envenenar aún más la atmósfera sulfurosa que se respira en Durango. Así, los alcaldes de los municipios de Otáez y Santa Clara, Jaime Estrada Corral y Juan Guangorena Cruz, acaban de hacer pública su afiliación “voluntaria” al PRI luego de haber ganado sus posiciones políticas gracias a que el pueblo duranguense votó por ellos en el pasado proceso electoral de 2012 como integrantes de la Coalición Durango Nos Une, integrada por los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Convergencia.
Otro par de políticos que al parecer también han sido cooptados o “convencidos” por el priísmo y el gobierno estatal son los diputados locales Manuel Ibarra Mirano y Judith Murguía Corral, quienes también llegaron a sus curules a través del voto que los ciudadanos duranguenses les dieron como representantes de la Coalición Durango Nos Une. Ambos, en el colmo del cinismo, han declarado que “jamás dejaron de ser priistas”, y sin ningún empacho cobran sus más que generosas dietas que disfrutan gracias a que los ciudadanos duranguenses votaron por ellos cruzando las boletas electorales con los logotipos del PAN, PRD y Convergencia.
Este es el panorama hediondo, con olor a cadáveres putrefactos, que el priismo y sus dos últimos gobiernos en Durango están dejando, con la complicidad directa del gobierno federal panista en cuanto al genocidio evidenciado en las fosas clandestinas encontradas hasta la fecha, y el otro hedor que se percibe es la pestilencia política que dejan estos actos de cooptación vergonzantes que representan una auténtica burla para los electores.
A todo esto se suma el silencio cómplice de una “oposición” de derecha (PAN) y de “izquierda”(PRD, PT, “Movimiento Ciudadano”) muy acomodaticia a los intereses de la mafia priista que detenta el poder en la entidad ya que hasta el momento ninguno de sus representantes ha levantado la voz enérgicamente para condenar estos hechos de incongruencia política descarada, así como el deleznable genocidio del que estamos siendo testigos y los abusivos saqueos al erario que específicamente han enriquecido de manera ofensiva a este gremio delincuencial priísta que ha gobernado Durango los últimos 7 años.
Por lo anterior, hoy más que nunca ya está cobrando una fuerza inusitada en esta entidad norteña la opción del voto diferenciado para presidente de la República y para diputados federales, y el voto masivo para el ciudadano Aispuro, para senador de la República, en la inteligencia de que este personaje harto conocido por los duranguenses, poco o nada tiene que ver ya con ningún partido político.
Así las cosas, con un adversario como Ismael Hernández Deras, más propenso a ocupar una celda en algún CERESO del país que a llegar a sentarse en una curul en el Senado de la República, a José Rosas Aispuro Torres, el ciudadano Aispuro, podría considerársele ya como virtual senador por Durango y próximo gobernador.
De la ciudadanía duranguense depende terminar ya, de una vez por todas, con esta era de oscurantismo, terror, corrupción y muerte que es idéntica o peor a la que se vivió en el año 1900, en la antesala de la Revolución Mexicana, en este estado norteño, cuna de notables personajes y héroes, que si hoy vivieran, seguramente se morirían de vergüenza.
fermis9@hotmail.com
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