La Jornada
11-Agosto-2011
México, DF. El Banco de México (BdeM) redujo la previsión de crecimiento económico para este año y el siguiente, a la vez que anticipó la creación de menos empleos de los previstos hasta ahora, como consecuencia inmediata de la crisis financiera y de un menor ritmo de actividad en Estados Unidos.
"Existen diversos riesgos sobre el escenario de crecimiento", planteó este miércoles Agustín Carstens Carstens, gobernador del banco central. "El mayor está relacionado con un menor crecimiento en Estados Unidos", acotó, al presentar el Informe sobre la inflación abril-junio 2011, elaborado por el banco central.
El entorno externo va a afectar el crecimiento de México y la generación de empleos, "pero esto se va a dar dentro de un límite y en términos generales la perspectiva de la economía sería mantener un crecimiento razonable con inflación bajo control", dijo el gobernador Carstens.
La nueva previsión del Banco de México sitúa la expectativa de crecimiento del producto interno bruto de este año entre 3.8 y 4.89 por ciento, dos décimas de punto menos que la previsión anterior y menor al registrado en 2010, que fue de 5.4 por ciento. Para 2012, año de elecciones presidenciales, la economía avanzará entre 3.5 y 4.5 por ciento, tres décimas de punto abajo del cálculo previo.
A consecuencia de la disminución en el ritmo de actividad económica también se afectará la generación de empleo, de acuerdo con las cifras ofrecidas por Carstens este miércoles.
Este año serán generados entre 575 mil y 675 mil empleos, añadió el gobernador del banco central. La cifra implica, dijo, una disminución de 25 mil plazas, respecto del cálculo hecho en el trimestre pasado. Para 2012 la cantidad será todavía menor: los puestos de trabajo en el sector formal de la economía crecerán entre 570 y 670 mil, prácticamente la mitad de la demanda generada por la población que se incorpora cada año al mercado de trabajo, que es de un millón 300 mil jóvenes.
Carstens aseguró que la situación de crisis externa constituye un llamado a redoblar esfuerzos en la aprobación de reformas que mejoren la productividad de la economía mexicana.
–¿La actual crisis también es un catarrito? –se le interrogó.
–Ya aprendí que me debo limitar, en mi calidad de doctor en economía, a hacer comentarios sobre economía y no de catarros –contestó.
El 7 de febrero de 2008, cuando la economía mundial se encaminaba hacia una crisis, Carstens, entonces secretario de Hacienda, aseguró que México sólo tendría un "catarrito". En 2009, el producto interno bruto del país se desplomó 6.2 por ciento, la segunda baja más pronunciada en ocho décadas.
No habrá recesión en EU
Carstens refirió que la economía de Estados Unidos enfrenta "problemas estructurales" que afectan su crecimiento. Este es un hecho con consecuencias directas sobre México, cuya actividad manufacturera está estrechamente vinculada con el sector industrial estadunidense. Aquel país es destino de 8 de cada 10 dólares de las exportaciones nacionales.
De hecho, el ajuste a la baja en el pronóstico de crecimiento de México en este año y el siguiente tiene que ver con la menor actividad esperada para Estados Unidos, más que con una eventual afectación directa al país por la crisis financiera y de deuda pública en países de Europa.
El crecimiento poco dinámico de Estados Unidos, explicó Carstens, obedece a factores estructurales como un débil comportamiento de las ventas de casas e indicadores de construcción de vivienda históricamente bajos. Una duda que ronda a la economía estadunidense es la manera en que las medidas de estímulo fiscal adoptadas en el pasado reciente y el acuerdo para elevar la deuda pública de la semana pasada afectarán el crecimiento económico, planteó. Sin embargo, aseguró, si bien habrá una desaceleración en el ritmo de crecimiento de Estados Unidos, no se anticipa una recesión.
Se mantiene crecimiento
El gobernador del banco central aseguró que en el segundo trimestre de este año los indicadores generales de la economía mexicana "continúan señalando que la actividad sigue creciendo con relativo buen ritmo". Tanto la producción industrial, como los servicios siguen mostrando un ritmo de crecimiento favorable. Esto se ha debido a que en parte las exportaciones manufactureras continúan con tasa de crecimiento bastante acelerado, tanto las que tienen como destino Estados Unidos como las enviadas a otros mercados, aseguró. En cambio, dijo, el gasto en consumo ha evolucionado a menor ritmo.
"La economía mexicana ha seguido manteniendo un ritmo positivo de crecimiento y habrá que ver hacia delante cómo la impactará la situación externa. Si bien Estados Unidos se va a desacelerar, por el momento no se anticipa una recesión en el vecino del norte", anticipó.
Expuso que, por ahora, el mayor riesgo asociado a la actividad económica en México es que el crecimiento de Estados Unidos sea menor a lo que se espera. Para aquel país, pronósticos elaborados por analistas privados calculan un aumento del PIB de entre 1.8 y 2.1 por ciento.
Pero, expuso Carstens, hay la probabilidad de que sea incluso menor de lo previsto por los analistas privados, "y si es el caso tendría un impacto negativo en nuestra economía". Tampoco se puede descartar que en Europa se genera mayor "turbulencia financiera" y que, por esa causa, el crecimiento de las economías en aquella región sea menor "y se retroalimente en menor crecimiento para México", abundó.
Otro riesgo está en la eventualidad de que la incertidumbre en los mercados financieros internacionales lleve a una reversión en los flujos de capitales hacia el país, cuyos montos en el último año alcanzan 400 mil millones de pesos, según cifras del propio banco central, "y esto a la postre pudiera tener un cierto impacto sobre el crecimiento del PIB" nacional.
En México "no sufrimos debilidades estructurales" que afectan a las economías más avanzadas y a la economía global. Las finanzas publicas, dijo, se han conducido muy bien y se espera una caída en el monto de la deuda respecto del producto interno bruto. Hacienda ha aprovechado para ampliar los plazos de vencimiento de la deuda y el sistema financiero sigue sano y capitalizado.
"Esto no quiere decir que el entorno externo no vaya a afectar el crecimiento del país, las variables financieras, pero esto se va a dar dentro de un límite y, en términos generales, la perspectiva de la economía será mantener crecimiento razonable con inflación bajo control. Eso no exenta que vaya a haber turbulencia y volatilidades, sobre todo en variables financieras y eso reduzca el crecimiento. Pero no se anticipa que entremos en un periodo recesionario en México", sostuvo.
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