Ariane Díaz
Periódico La Jornada
Lunes 29 de agosto de 2011, p. 5
La ludopatía en mujeres, desde un enfoque de género, puede explicarse por la necesidad de evasión ante realidades como el maltrato familiar o la falta de un proyecto de vida propio, más allá del ejercicio de la maternidad, señalaron especialistas.
Alejandra Buggs, directora del Centro de Salud Mental y Género de México AC, apuntó que estudios internacionales refieren una conexión entre ludopatía y violencia familiar.
La especialista en atención sicoterapéutica con enfoque de género y de diversidad sexual expuso que el sistema patriarcal imperante ha llevado a la mujer a responder a tres ejes fundamentales: cumplir con la maternidad, el cuidado del hogar e hijos y el de la pareja.
“Cuando la mujer se da cuenta de que no tiene un proyecto de vida propio, más allá de estos tres ejes toca una sensación de vacío, lo que la lleva a utilizar un mecanismo de defensa, que es la evasión que encuentra en estos centros de entretenimiento”.
Además, aseveró, históricamente las mujeres han sido relegadas al espacio privado, lo que explica que “al ir a esos establecimientos, la mujer sienta que participa de la esfera pública”.
La terapeuta describió que mientras los hombres encuentran en el juego y las apuestas excitación y emoción, las mujeres lo buscan para evitar sentir tristeza, dolor, abandono y soledad.
Sin tratamiento
Refirió que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la ludopatía es un trastorno mental que podría afectar a dos millones de personas en México y lamentó que no sea tratado por el sistema de salud.
Matilde Matuk, de la Sociedad Psicoanalítica de México, apuntó que el padecimiento es frecuente en mujeres cuyos hijos ya no dependen de ellas, por lo que la sensación de vacío una vez cumplidas las expectativas sociales de contraer matrimonio y tener hijos las lleva a encontrar en los juegos una válvula de escape.
Alejandra Sepúlveda, de la agrupación de mujeres Pan y Rosas, lamentó que lo ocurrido en el casino Royale, donde la mayoría de las víctimas eran mujeres, sea una muestra de la falta de espacios para que ellas puedan desarrollarse plenamente, pues no existe una oferta cultural o académica específica.
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