lunes, 31 de agosto de 2020

Guerreros, 2-1 a Gallos en duelo de alta temperatura


 
Periódico La Jornada
Lunes 31 de agosto de 2020, p. 3

Sin conformismo, Santos Laguna venció 2-1 al Querétaro en el estadio TSM en Torreón, en una noche caliente –alrededor de 35 grados– que encendió también la temperatura del juego. Ambos equipos venían de derrotas, y la victoria supone un subidón en la tabla.

Los Guerreros tienen ocho puntos para acercarse a los 10 mejores del torneo Guardianes 2020, mientras los Gallos Blancos continúan en la media tabla con siete unidades. Los goles laguneros fueron de Josecarlos Van Rankin, al 14, y Octavio Rivero, al 67. Por los visitantes anotó Hugo Silveira, de penal, al 45.

Santos tenía acorralado al Querétaro. Si no abría el marcador era gracias a la estupenda actuación del portero Gil Alcalá. Pero ante el ataque sin tregua, el gol no tardó.

No fue una jugada fabricada a ras de pasto, ni por el tejido fino de los atacantes, sino un desplante de astucia. Adrián Lozano vio a su compañero Josecarlos Van Rankin y le cedió la pelota. Aún estaban afuera del área, lejos como para atreverse a un disparo, pero el lateral de Santos la prendió con fuerza descomunal y Alcalá no pudo hacer nada, salvo maldecir.

Los Guerreros parecían enrachados, pues poco después Julio Furch tuvo el segundo tanto con un remate de cabeza, pero se fue cerca. Y más adelante intentó algo parecido Octavio Rivero, aunque la asombrosa reacción de Alcalá salvó la portería del Querétaro.

Como sucede en las ironías de la pelota, cuando el gol parecía cerca a favor de los laguneros, llegó el empate. Poco antes del medio tiempo, los visitantes despertaron y se fueron con todo al frente. Gonzalo Montes se metió al área de Santos y recibió un pase a dos metros de la portería, se giraba para disparar y David Andrade no encontró mejor recurso que recargar el cuerpo, con lo cual regaló un penal. El tiro lo cobró Hugo Silveira y se fueron al descanso con los cartones igualados.

Al volver iniciaba todo de nuevo. Los albiverdes estaban enfadados por el empate. Por eso salieron corajudos, malencarados a recuperar lo que ya tenían en el puño. Bryan Garnica afinó la máquina de servir centros y funcionó con uno impecable, que remató como un dardo envenenado Rivero para que Santos consiguiera otra vez la ventaja.

No hay comentarios: