martes, 23 de junio de 2009

La luz de Sak Tzevul, primer grupo de rock en tzotzil, iluminó Zinacantán

En su pueblo natal dio a conocer su disco Xch’ulel balamil (El espíritu de la tierra)

*Eugenia León comentó: la agrupación encontró su tradición y la similitud con otros ritmos, la música de su comunidad para su propia expresión

*México y el mundo lo deben conocer, dijo

Javier Molina
Corresponsal

San Cristóbal de Las Casas, Chis., 22 de junio. La luz de Sak Tzevul (Relámpago Blanco) iluminó la comunidad de Zinacantán, cuando este grupo, primero que se animó a cantar rock en tzotzil, a partir de la música tradicional de los antiguos pueblos mayas de Chiapas, presentado por Eugenia León, dio a conocer su disco Xch’ulel balamil (El espíritu de la tierra) en su pueblo natal.

Damián Martínez (compositor, guitarra y voz del grupo) sintió “muy favorable e inesperada” la respuesta del público. “No porque estemos cerrados, sino porque creo que ni ellos ni nosotros esperábamos un resultado tan bueno, pues el rock es a veces contestatario, inesperado. La gente joven respondió sin pensarlo. Ser joven es hacer lo que quieres, lo que sueñas. Lo inesperado, lo espontáneo es lo que nos hace vivir.”

–¿Cómo se podría definir el espíritu de la Tierra?

“Para mí –explicó Damián– no es algo de lo que pueda hablar fácilmente. Decir la palabra espíritu implica la posibilidad de poder ser transparente, tener responsabilidad de lo que se dice y se hace. Es ver, escuchar lo que la tierra pide: ser natural, que sea el propio corazón, escuchar qué dicen el viento, los pájaros, la lluvia... y qué dice también la contaminación: es también escuchar el llanto de la tierra.”

Para Eugenia León los integrantes de Sak Tzevul “encontraron su tradición y la similitud con otros ritmos, la música de su pueblo para hacer su propia expresión”.

La cantante se encuentra en Chiapas para grabar programas de la emisión de Canal 22 titulada Tocando tierra con Eugenia León, que será presentada el 3 de agosto en el Auditorio Nacional, y que saldrá al aire el 11 de agosto. “No venimos de visita, sino a integrarnos a cada comunidad”, comentó.

En relación con Sak Tzevul, dijo: “Es un grupo de muchísimo nivel musical que México y el mundo deben conocer. Hay un resurgimiento de la tradición musical del país; desde otra óptica, el programa nos ha hecho mirar e integrarnos a la experiencia de la música, pero sobre todo a la experiencia humana de ese arte: la música y su entorno, la construcción de sus instrumentos, la formación de quienes expresan hoy la tradición, cómo se despliegan. Nos estamos llenando de una experiencia, de sentimiento, de cortesía, de la vitalidad poderosa de nuestra tradición que, por otra parte, también está en peligro de extinción; es en la que vemos esta revitalización de los jóvenes.

“Siempre se encontrará gente que ha hecho una labor titánica y de muchos años, pero hoy día no es suficiente, porque es demasiado trabajo el que hay por hacer, como el reconocimiento de todas estas regiones que requieren de apoyo y de difusión de sus tradiciones y de su música, que no es de museo, no es la artesanía para los turistas ni la danza indígena para los restaurantes; es algo mucho más profundo: es un hecho humano, cultural y social”, concluyó Eugenia León.

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