Falta de empleos y más controles migratorios, las causas
*Se acumulan 12 meses consecutivos de caídas anuales en los envíos
*Se acumulan 12 meses consecutivos de caídas anuales en los envíos
Juan Antonio Zúñiga
Las remesas de divisas de los trabajadores mexicanos en el exterior tuvieron un desplome histórico de 19 por ciento en abril de este año, atribuible a la recesión de la actividad económica en Estados Unidos y su afectación en los sectores de la construcción y manufacturas, en los que hay mayor presencia relativa de trabajadores migrantes mexicanos, así como por la presencia de controles migratorios más estrictos de las autoridades estadunidenses, informó el Banco de México (BdeM).
Con esto se acumulan 12 meses consecutivos de caídas anuales en el monto de los envíos que desde el exterior mandan los trabajadores mexicanos a sus familiares en el país. Pero la de abril ha sido la más drástica reducción desde enero de 1996, cuando empezó el registro sistemático de las remesas.
El pasado abril, cuando las disposiciones sanitarias paralizaron las actividades económicas del país durante una semana por el brote de influenza A/H1N1, ingresaron mil 780 millones de dólares como remesas, unos 408.5 millones menos que en abril de 2008.
En promedio cada envío fue de 323.60 dólares durante abril de este año, lo que implicó una reducción de 26 dólares respecto a marzo, por lo que cada familia receptora de este dinero dejó de contar, en moneda nacional, con unos 351 pesos en un ingreso que en promedio se destina en 86 por ciento al consumo de alimentos, según estudios realizados por el banco central.
En términos anuales, en abril de este año la percepción de remesas por hogar disminuyó en 30.5 dólares, comparada con el ingreso que por este concepto tuvieron las familias en el mismo mes de 2008.
La debilidad en el ingreso de divisas procedente de las remesas familiares coincide con el comportamiento de la recesión económica de Estados Unidos, y el impacto que esta crisis ha tenido en la situación de los migrantes mexicanos que trabajan, o han perdido su empleo, en aquel país. El impacto del desplome de las remesas no sólo alcanza las grandes cuentas macroeconómicas en cuanto a su registro como transferencias en la balanza de pagos del país. Tiene, sobre todo, un efecto relevante en la economía de las familias receptoras y en las localidades donde residen en México.
De acuerdo con informes del banco central, 20 de las 32 entidades federativas de la República Mexicana resintieron caídas en el monto de las remesas familiares; pero en el primer trimestre de 2009 los descensos abarcaron hogares localizados en comunidades de 26 de los 32 estados del país.
La pérdida de fortaleza en el ingreso de remesas, apuntó el Banco de México, es atribuible a que “la recesión de la actividad económica en Estados Unidos ha impactado adversamente las oportunidades de empleo en ese país y, en consecuencia, las de los migrantes mexicanos”. La crisis estadunidense, dijo, se ha sentido con mayor fuerza en los sectores con mayor presencia de trabajadores mexicanos, tales como el de la industria de la construcción y la de manufacturas.
Además, puntualizó el Banco de México, “hay que agregar que la presencia de controles oficiales más estrictos por parte de las autoridades de Estados Unidos, en los lugares de trabajo y zonas residenciales de ese país, así como una búsqueda más intensa de trabajadores indocumentados mexicanos, ha implicado que éstos encaren mayores dificultades para encontrar ocupación”.
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