Desde el poder, reforma para el poder
Frente a los arreglos del calderonismo con el peñismo y de éste con los coordinadores de las bancadas del PRI en el Congreso, los hubo también entre el PRD y el PAN cuyas cúpulas anunciaron que formarán un ‘bloque legislativo’ no sólo para el tema de la reforma laboral, sino ‘para todo el sexenio’ entrante
Al PAN le interesa especialmente la alianza en materia de anticorrupción, mientras que el PRD buscará incidir para frenar una reforma energética, tal como la ha planteado el equipo de Peña Nieto.
domingo, 04 de noviembre de 2012
MÉXICO, DF.- En medio de la disputa entre las dos cámaras del Congreso de la Unión por las modificaciones a la reforma laboral y las diferencias que afloraron entre los coordinadores de las bancadas priístas, el diputado Manlio Fabio Beltrones y el senador Emilio Gamboa Patrón, los equipos de transición de Enrique Peña Nieto y del presidente saliente Felipe Calderón llegaron a un arreglo para evitar que la iniciativa se "enfriara" en San Lázaro y a fin de que se apruebe y promulgue antes de que termine el sexenio.
Los equipos de Peña Nieto y de Calderón se reunieron para aclarar que más de 90% de la reforma se había aprobado y debía ser promulgada, al tiempo que el responsable del equipo de transición para la reforma laboral, Alfonso Navarrete Prida, negoció y operó con los coordinadores Beltrones y Gamboa Patrón para aclarar que Peña Nieto "no tiene pensado presentar una iniciativa distinta" al asumir la Presidencia de la República.
Entrevistado por Proceso, Navarrete Prida confirma que se reunió con ambos coordinadores el 30 de octubre y que desde el equipo peñista la posición es que "lo aprobado en ambas cámaras satisface las prioridades" de una reforma laboral.
"Esta reforma contribuirá al crecimiento económico del país, generará mayores empleos formales y plantea un equilibrio entre los distintos factores de la producción: empresarios, autoridades y trabajadores", señala Navarrete al enumerar las "prioridades y expectativas" de la reforma.
—¿ Peña Nieto va a enviar otra iniciativa de reforma laboral? —se le pregunta.
—El presidente electo no tiene pensado enviar una iniciativa distinta. Peña Nieto tiene interés en que se concrete la reforma laboral, que se discuta en ambas cámaras bajo el principio de respeto al Artículo 123 Constitucional y que no se haga una reforma por lucro, vanidad o cálculo político.
—¿Aunque haya perdido su carácter de iniciativa preferente?
—Para el presidente electo ese no es un tema a discusión. La parte que está aprobada en ambas cámaras es más del 90% de la iniciativa. Lo importante es que se publique, al margen de que se llame preferente o no.
BLOQUE OPOSITOR
Alentados por el resultado de la alianza que concretaron en el Senado para incorporar cuatro cambios a la minuta proveniente de la Cámara de Diputados (lo consiguieron por 66 votos contra 62 del bloque PRI-PVEM), los panistas y los perredistas comunicaron que ahora "no hay una fuerza dueña del país, de modo que los acuerdos tendrán que ser asumidos por las distintas organizaciones políticas, no una sola".
Ambas fuerzas acordaron que el bloque legislativo tendrá como objetivo "ser un contrapeso contra excesos de autoritarismo que pretendan una regresión a prácticas absolutistas" y que no sólo será para el tema de la reforma laboral, sino "para todo el siguiente sexenio", según Gustavo Madero, dirigente nacional panista.
Entrevistados por Proceso, algunos de los asistentes consideraron que es importante la formación de esta alianza porque "al PAN ya no lo condenan como partido a estar adherido a Peña Nieto, a pesar de los acuerdos con Calderón", mientras que "el PRD ya no se limitará a ser una oposición testimonial y podrá incidir en las iniciativas legislativas".
Al PAN le interesa especialmente la alianza en materia de anticorrupción, mientras que el PRD buscará incidir para frenar una reforma energética, tal como la ha planteado el equipo de Peña Nieto.
La formación de ese bloque se gestó en el Senado cuando la ex asambleísta capitalina Alejandra Barrales y el ex secretario del Trabajo calderonista Javier Lozano, ambos secretarios en la Comisión del Trabajo presidida por el priísta Ernesto Gándara Camou, comenzaron una serie de negociaciones para cambiar la minuta de la reforma laboral proveniente de la Cámara de Diputados.
Al PAN le interesaba incorporar los temas de transparencia y democracia sindical que fueron eliminados en la votación de San Lázaro, mientras el bloque de legisladores de izquierda, si bien votaron en contra de la reforma, en lo general acordaron impulsar los temas de Acción Nacional, a cambio de que se aprobara el artículo 388 bis.
El bloque opositor provocó que fracasara la operación política planeada por Emilio Gamboa Patrón, coordinador de los senadores del PRI, para que la minuta se aprobara "en sus términos", sin ninguna modificación.
Distintos legisladores y testigos de la negociación confirmaron a Proceso que Gamboa se concentró en convencer, mediante dinero y prebendas como el reparto de comisiones, a los senadores del PT y a otros legisladores para que no se unieran al bloque PAN-PRD. Fueron cuatro votos clave que modificaron la correlación de fuerzas en el Senado.
La alianza también generó inconformidad entre los representantes empresariales. Una semana antes de que se votara en el Senado, el dirigente del CCE, Gerardo Gutiérrez Candiani, y el abogado empresarial Tomás Natividad, presionaron a los legisladores del PRD y del PAN para que aprobaran la minuta proveniente de la Cámara de Diputados "sin modificar una sola coma".
DESDE OTRO LUGAR MÁS CÓMODO
Desde el equipo calderonista, las presiones surgieron cuando el líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, aseguró que Felipe Calderón vería aprobada la reforma laboral "desde otro lugar mucho más tranquilo y más cómodo".
Beltrones afirmó que a quien más le interesa la reforma laboral es a Enrique Peña Nieto y, sin precisar la fecha, señaló que se haría una reforma "que sea sensata, que sea equilibrada y que no perjudique a nadie".
Añadió que la iniciativa de Calderón había perdido su carácter preferente al ser enviada por el panista Ernesto Cordero, presidente de la Mesa Directiva del Senado, en los términos del Artículo 72 Constitucional, fracción E, y que la incorporación de un artículo nuevo, el 388 bis propuesto por la perredista Alejandra Barrales y apoyada por el bloque PAN-PRD tenía visos de anticonstitucionalidad y generaba una "subasta de contratos colectivos".
En el oficio DGPL 62-II-7-95, enviado el 25 de octubre a la Cámara de Diputados, Cordero afirma que "para los efectos del Artículo 72 Constitucional" se envía el proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo.
El equipo jurídico de Beltrones argumentó que, en lugar de citar el Artículo 71 Constitucional, reformado recientemente para permitir que el Ejecutivo federal presente dos iniciativas preferentes al inicio de cada período ordinario de sesiones al Congreso, Cordero citó el Artículo 72.
En respuesta, el ex secretario de Hacienda calderonista negó que hubiera cometido alguna pifia, error o confusión en la fundamentación legal para enviar la minuta de la reforma laboral a la Cámara de Diputados.
ARTÍCULOS EN DISCORDIA
Versiones del equipo negociador, recogidas por Proceso, prevén que el estira y afloja se concentre en dos artículos: el 371, relacionado con la democracia y la transparencia sindicales, y el 388 bis, sobre los contratos colectivos de trabajo.
A propuesta del PAN en el Senado se aprobó la siguiente redacción en ese artículo, al establecer que para elegir a sus dirigentes, los estatutos de los sindicatos contendrán: "IX. (…) número de miembros de la directiva y procedimiento para su elección que deberá ser mediante voto libre, directo y secreto".
Las centrales sindicales priístas han presionado para que, en lugar de la última frase, se establezca que "deberán ser mediante voto libre y/o directo y secreto". De tal manera, se respetarían otras formas de elección indirectas, argumentan.
Las diferencias principales se centran en el artículo 388 bis, descalificado por el PRI y algunos sectores empresariales por considerar que generará inestabilidad laboral al poner a consulta los contratos colectivos de trabajo. PAN y PRD han argumentado que existe un "candado" legislativo para evitar que se genere una "subasta" de contratos.
Dicho candado establece que el sindicato que negocie el contrato colectivo de trabajo debe garantizar un mínimo de las dos terceras partes de los agremiados. Así se establece en los incisos e) y g) del artículo que no venía originalmente en la iniciativa de Calderón:
e) La decisión de los trabajadores a favor de alguno de los sindicatos solicitantes deberá adoptarse por el voto de la mayoría relativa de participantes con derecho a voto, siempre que la suma de votos a favor del o los sindicatos solicitantes represente la tercera parte o más del total de los trabajadores al servicio del patrón…
g) La decisión de los trabajadores en contra de la celebración de un contrato colectivo deberá adoptarse por el voto de cuando menos las dos terceras partes de los trabajadores con derecho a voto.
El punto medular de la diferencia en este artículo está en el inciso a):
"Mediante el voto libre, directo y secreto los trabajadores podrán elegir entre los sindicatos solicitantes o manifestar su oposición a la celebración de contratos colectivos de trabajo".
En cualquier caso, si la Cámara de Diputados modifica o rechaza alguno de estos dos artículos, tendrá que regresar al Senado. El PRI sumó su voto a favor de los cambios en cuatro artículos: 364 bis, 365 bis, 391 bis y 424 bis. Falta saber si ratifican este voto en San Lázaro.
Por Jenaro Villamil / APRO
Los equipos de Peña Nieto y de Calderón se reunieron para aclarar que más de 90% de la reforma se había aprobado y debía ser promulgada, al tiempo que el responsable del equipo de transición para la reforma laboral, Alfonso Navarrete Prida, negoció y operó con los coordinadores Beltrones y Gamboa Patrón para aclarar que Peña Nieto "no tiene pensado presentar una iniciativa distinta" al asumir la Presidencia de la República.
Entrevistado por Proceso, Navarrete Prida confirma que se reunió con ambos coordinadores el 30 de octubre y que desde el equipo peñista la posición es que "lo aprobado en ambas cámaras satisface las prioridades" de una reforma laboral.
"Esta reforma contribuirá al crecimiento económico del país, generará mayores empleos formales y plantea un equilibrio entre los distintos factores de la producción: empresarios, autoridades y trabajadores", señala Navarrete al enumerar las "prioridades y expectativas" de la reforma.
—¿ Peña Nieto va a enviar otra iniciativa de reforma laboral? —se le pregunta.
—El presidente electo no tiene pensado enviar una iniciativa distinta. Peña Nieto tiene interés en que se concrete la reforma laboral, que se discuta en ambas cámaras bajo el principio de respeto al Artículo 123 Constitucional y que no se haga una reforma por lucro, vanidad o cálculo político.
—¿Aunque haya perdido su carácter de iniciativa preferente?
—Para el presidente electo ese no es un tema a discusión. La parte que está aprobada en ambas cámaras es más del 90% de la iniciativa. Lo importante es que se publique, al margen de que se llame preferente o no.
BLOQUE OPOSITOR
Alentados por el resultado de la alianza que concretaron en el Senado para incorporar cuatro cambios a la minuta proveniente de la Cámara de Diputados (lo consiguieron por 66 votos contra 62 del bloque PRI-PVEM), los panistas y los perredistas comunicaron que ahora "no hay una fuerza dueña del país, de modo que los acuerdos tendrán que ser asumidos por las distintas organizaciones políticas, no una sola".
Ambas fuerzas acordaron que el bloque legislativo tendrá como objetivo "ser un contrapeso contra excesos de autoritarismo que pretendan una regresión a prácticas absolutistas" y que no sólo será para el tema de la reforma laboral, sino "para todo el siguiente sexenio", según Gustavo Madero, dirigente nacional panista.
Entrevistados por Proceso, algunos de los asistentes consideraron que es importante la formación de esta alianza porque "al PAN ya no lo condenan como partido a estar adherido a Peña Nieto, a pesar de los acuerdos con Calderón", mientras que "el PRD ya no se limitará a ser una oposición testimonial y podrá incidir en las iniciativas legislativas".
Al PAN le interesa especialmente la alianza en materia de anticorrupción, mientras que el PRD buscará incidir para frenar una reforma energética, tal como la ha planteado el equipo de Peña Nieto.
La formación de ese bloque se gestó en el Senado cuando la ex asambleísta capitalina Alejandra Barrales y el ex secretario del Trabajo calderonista Javier Lozano, ambos secretarios en la Comisión del Trabajo presidida por el priísta Ernesto Gándara Camou, comenzaron una serie de negociaciones para cambiar la minuta de la reforma laboral proveniente de la Cámara de Diputados.
Al PAN le interesaba incorporar los temas de transparencia y democracia sindical que fueron eliminados en la votación de San Lázaro, mientras el bloque de legisladores de izquierda, si bien votaron en contra de la reforma, en lo general acordaron impulsar los temas de Acción Nacional, a cambio de que se aprobara el artículo 388 bis.
El bloque opositor provocó que fracasara la operación política planeada por Emilio Gamboa Patrón, coordinador de los senadores del PRI, para que la minuta se aprobara "en sus términos", sin ninguna modificación.
Distintos legisladores y testigos de la negociación confirmaron a Proceso que Gamboa se concentró en convencer, mediante dinero y prebendas como el reparto de comisiones, a los senadores del PT y a otros legisladores para que no se unieran al bloque PAN-PRD. Fueron cuatro votos clave que modificaron la correlación de fuerzas en el Senado.
La alianza también generó inconformidad entre los representantes empresariales. Una semana antes de que se votara en el Senado, el dirigente del CCE, Gerardo Gutiérrez Candiani, y el abogado empresarial Tomás Natividad, presionaron a los legisladores del PRD y del PAN para que aprobaran la minuta proveniente de la Cámara de Diputados "sin modificar una sola coma".
DESDE OTRO LUGAR MÁS CÓMODO
Desde el equipo calderonista, las presiones surgieron cuando el líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, aseguró que Felipe Calderón vería aprobada la reforma laboral "desde otro lugar mucho más tranquilo y más cómodo".
Beltrones afirmó que a quien más le interesa la reforma laboral es a Enrique Peña Nieto y, sin precisar la fecha, señaló que se haría una reforma "que sea sensata, que sea equilibrada y que no perjudique a nadie".
Añadió que la iniciativa de Calderón había perdido su carácter preferente al ser enviada por el panista Ernesto Cordero, presidente de la Mesa Directiva del Senado, en los términos del Artículo 72 Constitucional, fracción E, y que la incorporación de un artículo nuevo, el 388 bis propuesto por la perredista Alejandra Barrales y apoyada por el bloque PAN-PRD tenía visos de anticonstitucionalidad y generaba una "subasta de contratos colectivos".
En el oficio DGPL 62-II-7-95, enviado el 25 de octubre a la Cámara de Diputados, Cordero afirma que "para los efectos del Artículo 72 Constitucional" se envía el proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo.
El equipo jurídico de Beltrones argumentó que, en lugar de citar el Artículo 71 Constitucional, reformado recientemente para permitir que el Ejecutivo federal presente dos iniciativas preferentes al inicio de cada período ordinario de sesiones al Congreso, Cordero citó el Artículo 72.
En respuesta, el ex secretario de Hacienda calderonista negó que hubiera cometido alguna pifia, error o confusión en la fundamentación legal para enviar la minuta de la reforma laboral a la Cámara de Diputados.
ARTÍCULOS EN DISCORDIA
Versiones del equipo negociador, recogidas por Proceso, prevén que el estira y afloja se concentre en dos artículos: el 371, relacionado con la democracia y la transparencia sindicales, y el 388 bis, sobre los contratos colectivos de trabajo.
A propuesta del PAN en el Senado se aprobó la siguiente redacción en ese artículo, al establecer que para elegir a sus dirigentes, los estatutos de los sindicatos contendrán: "IX. (…) número de miembros de la directiva y procedimiento para su elección que deberá ser mediante voto libre, directo y secreto".
Las centrales sindicales priístas han presionado para que, en lugar de la última frase, se establezca que "deberán ser mediante voto libre y/o directo y secreto". De tal manera, se respetarían otras formas de elección indirectas, argumentan.
Las diferencias principales se centran en el artículo 388 bis, descalificado por el PRI y algunos sectores empresariales por considerar que generará inestabilidad laboral al poner a consulta los contratos colectivos de trabajo. PAN y PRD han argumentado que existe un "candado" legislativo para evitar que se genere una "subasta" de contratos.
Dicho candado establece que el sindicato que negocie el contrato colectivo de trabajo debe garantizar un mínimo de las dos terceras partes de los agremiados. Así se establece en los incisos e) y g) del artículo que no venía originalmente en la iniciativa de Calderón:
e) La decisión de los trabajadores a favor de alguno de los sindicatos solicitantes deberá adoptarse por el voto de la mayoría relativa de participantes con derecho a voto, siempre que la suma de votos a favor del o los sindicatos solicitantes represente la tercera parte o más del total de los trabajadores al servicio del patrón…
g) La decisión de los trabajadores en contra de la celebración de un contrato colectivo deberá adoptarse por el voto de cuando menos las dos terceras partes de los trabajadores con derecho a voto.
El punto medular de la diferencia en este artículo está en el inciso a):
"Mediante el voto libre, directo y secreto los trabajadores podrán elegir entre los sindicatos solicitantes o manifestar su oposición a la celebración de contratos colectivos de trabajo".
En cualquier caso, si la Cámara de Diputados modifica o rechaza alguno de estos dos artículos, tendrá que regresar al Senado. El PRI sumó su voto a favor de los cambios en cuatro artículos: 364 bis, 365 bis, 391 bis y 424 bis. Falta saber si ratifican este voto en San Lázaro.
Por Jenaro Villamil / APRO
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