sábado, 15 de septiembre de 2012
Dictamen para elevar a Torreón a Ciudad
DR. SERGIO ANTONIO CORONA PÁEZ
SIGLOS DE HISTORIA
El 17 de junio de 1907, el Gobernador del Estado de Coahuila, el ciudadano Miguel Cárdenas de los Santos, propuso al Congreso del Estado la elevación de la Villa del Torreón al rango de Ciudad. Su iniciativa se apoyaba en los muchos méritos que había logrado acumular su población en tan corto tiempo. Esta iniciativa pasó a la Comisión de Gobernación del mismo Congreso para que dictaminara sobre el asunto. El resultado fue favorable. El dictamen de dicha Comisión se dio a conocer en la sesión del 12 de julio, bajo la presidencia del ciudadano Encarnación Dávila. Se argumentaron las razones por las cuales Torreón merecía ser dignificada con el título de ciudad, y se propusieron, para su aprobación, los dos artículos siguientes: "Se erige en Ciudad, con la denominación de Torreón, la Villa de ese nombre del Distrito de Viesca" y "La promulgación de este decreto tendrá lugar el día 15 de Septiembre próximo" (1907).
Una vez leído el dictamen y propuestos los dos artículos, la iniciativa se sometió al debate, sin que lo hubiera, pues fue aprobada por unanimidad. Torreón sería elevado al rango de ciudad el 15 de septiembre de 1907, fecha con connotaciones festivas y políticas, por ser el aniversario del "Grito de Dolores" y el cumpleaños del presidente Porfirio Díaz, entonces primer mandatario de la Nación Mexicana. Esta resolución se publicó en el Diario Oficial del Estado de Coahuila.
El dictamen de la Comisión de Gobernación del Congreso del Estado es muy interesante, ya que muestra con toda claridad cuáles eran los logros y los méritos de los torreonenses, un caso sin precedentes en la historia de las poblaciones de Coahuila, como bien lo menciona el texto de dicho documento. Se transcribe a continuación:
Periódico Oficial del Estado de Coahuila. Congreso del Estado de Coahuila. Sesión del día 12 de julio de 1907. Presidencia del C. Encarnación Dávila. "…En seguida se dio cuenta con un dictamen de la Comisión de Gobernación, que dice:"
"Señor:- Con agrado se ha visto en la Cámara la iniciativa del Ejecutivo del Estado, fechada el 17 de junio último, en que propone, fundándose en razonamientos concluyentes, se eleve al rango de Ciudad la floreciente y progresista Villa de Torreón; y la Comisión de Gobernación que suscribe, no ha tenido inconveniente alguno en considerar procedente la iniciativa referida, y en proponer a la Cámara un dictamen en este sentido, encomendando al Presidente de dicha Comisión la redacción de dicho dictamen, en el que se harán constar algunos puntos y noticias que se relacionan con el mismo dictamen.
Es en un asunto tan interesante como éste en que no se hace necesario el debate, porque los elementos poderosos de aquella naciente Población. que ha venido engrandeciéndose de un modo tan rápido , le conviene tener el rango de Ciudad, y no tendría la Comisión que decir nada a la Cámara para acreditar la expedición del decreto respectivo, ni al Pueblo Coahuilense, para darle conocimiento de que bajo sus auspicios se eleva a la categoría de Ciudad, una Villa tan progresista como la que nos ocupa; pero siguiendo la costumbre reglamentaria interior del Congreso, nos sugiere la idea de traer a referencia cuando menos las épocas en que las seis ciudades del Estado se han elevado a esa categoría, comenzando por la Capital, que mediante los arreglos de uno de los Urdiñolas con los Indios Huachichiles y Borrados, y después de un período de tiempo que se puede contar desde el año de 1554, hasta el 25 de Julio de 1575, en que mediante estos arreglos, fundó ese día con el nombre y denominación de Villa de Santiago del Saltillo, la que es ahora Ciudad y Capital del Estado, con las formalidades que se acostumbraban en aquella época para la erección de Poblaciones, y esa jura, esa solemnidad, y tal declaración de Villa, tuvo su verificativo la mañana del 25 de Julio de 1575 ya referido, en el mismo lugar en que actualmente se encuentra erigida la Capilla del Santo Cristo, frente a la Plaza de la Independencia, y conservó la denominación de Villa hasta el 15 de Noviembre de 1827 en que por decreto del Congreso, se elevó al rango de Ciudad, con el nombre de Leona Vicario y conservó esa denominación hasta el año de 1869, que conforme a la Constitución Política del Estado quedó reconocida como Ciudad del Saltillo de Ramos Arizpe, y Capital del Estado de Coahuila de Zaragoza.
Más afortunada fue Monclova, que el día 8 de Diciembre de 1674 se fundó con el título de Ciudad desde luego, y con el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe, que a poco tiempo fue destruida por las invasiones de los indios, y se repobló nuevamente, levantándose acta de erección el 13 de Agosto de 1689 con la misma denominación de Ciudad y con el nombre de Santiago de la Monclova, cuyo rango conserva hasta la fecha adicionado por la Constitución. Y como cabecera de uno de los Distritos del Estado con el nombre de Monclova de Múzquiz.
La población que el 18 de febrero de 1592 [sic] y con el nombre de Villa [sic] de Santa María de las Parras fundaron el Capitán Don Antonio Martín de Zapata y el Religioso Fray [sic] Agustín de Espinosa, conservó esa denominación de Villa hasta el 10 de Enero de 1868, en que por decreto de número 15 de esa fecha, y para perpetuar la memoria del Lic. Don Juan Antonio de la Fuente, que el mismo decreto declaró que merecía bien del Estado ese ilustre Ciudadano, la Villa de Parras, se elevó al rango de Ciudad desde esa fecha con el nombre de Parras de la Fuente.
La Ciudad de Zaragoza, que desde el primero de Febrero de 1753 conservó la denominación de Villa de San Fernando de Austria, hasta el 27 de Febrero de 1868, en que para honrar la memoria del invicto General Ignacio Zaragoza, se elevó al rango de Ciudad con el nombre que actualmente lleva, así como el Distrito de Río Grande de que forma parte, el mismo decreto dispuso llevase la denominación de Zaragoza.
En dicho Distrito se había fundado desde el año de 1849 la Villa de Piedras Negras, por decreto del Gobierno Federal que expidió el Presidente Arista por conducto del Ministro de Fomento; comisionando para la erección de esa Villa, al Inspector General de Colonias Don Antonio María de Jáuregui, y el Estado de Coahuila por medio de su Legislatura, según decreto de 29 de Noviembre de 1888, le dio el rango de Ciudad con el nombre de Porfirio Díaz, para perpetuar la memoria de nuestro Presidente actual de la República.
Desde el año de 1693 y con el nombre de La Candela, se erigió en Villa la Congregación allí establecida, reuniéndosele también la de Santiago de Valladares, hasta el 15 de Julio de 1890, en que por decreto de la Legislatura del Estado, número 336, y para conservar la memoria de un hombre eminente del Estado, la elevó al rango de Ciudad con el nombre de Romero Rubio.
Hemos hecho la relación de cómo llegaron al rango de Ciudades las Poblaciones de nuestro Estado a que nos hemos referido; y como se ve, siempre hubo como fundamento algún recuerdo histórico, el cumplimiento de un deber de civismo, para perpetuar la memoria de algún grande hombre, aunque no siempre los elementos de esas Poblaciones correspondieron a los preceptos de muestra Constitución Local que previene ciertos requisitos para que mayor número de Ciudadanos las administren en su régimen municipal, y puedan considerarse con el rango de Ciudades, y eso después de muchos años de haberse fundado; pero Torreón está en distintas condiciones para obtener la preeminencia que se ha iniciado, que difiere absolutamente de las causas que motivaron la erección de las seis Ciudades que hemos mencionado, pues en un período de tiempo relativamente corto que data del año de 1887 en que se consideraba como una Congregación, hasta el 24 de Febrero de 1893 fue considerada como Villa y ha sido la cabecera del Distrito, hasta que con justicia se ha iniciado conferirle el nombre de Ciudad sin tener necesidad de recurrir a un período histórico político que acreditara el nombre de un Caudillo para que se le diera su nombre a la Ciudad de Torreón, y por otra parte, no ha necesitado el acontecimiento histórico político , ni esperar el tiempo que otras Poblaciones de nuestro Estado, para elevarse al rango de Ciudad, sino que con sus propios elementos, su posición geográfica y el conjunto de hombres de actividad dedicados al trabajo en sus distintas manifestaciones, le han dado los elementos de progreso que la hacen acreedora al rango de Ciudad, y a pasar vertiginosamente a esta categoría desde Congregación en 1887 y Villa en 1893.
Así se explica como en un tiempo relativamente corto ha podido una población cuya estadística en el ramo de correo es notable; y en Ferrocarriles, la tercera de la República que despacha el mayor número de carros, tener importancia tan notable en la agricultura y en las diversas industrias allí establecidas, así como en las rentas públicas del Municipio y del Estado; pues considerando el constante progreso de aquella Población, se sostienen y desarrollan las teorías que los economistas indican para el progreso de los Pueblos, porque si son las de la Población, están suficientemente sostenidas con la subsistencia, el capital y sus productos relacionados perfectamente con la oferta y la demanda, pudiendo asegurarse que todas esas teorías han tenido su aplicación y desarrollo en Torreón, y aún se adelantan porque es constante en materias de terrenos para fincar, con la perspectiva de buenas rentas, la solicitud siempre se antepone a la oferta.
Si pues Torreón, ha llegado a ser una de las primeras Poblaciones del Estado y de la frontera Norte de México por su agricultura, por sus Bancos, por su comercio y sus Ferrocarriles, no es menos importante por su Administración Política Municipal, por sus sistema de Drenaje que mejorara muy directamente al concluirse, la higiene y salubridad de aquélla región, así como por sus edificios públicos ya construidos, y los proyectados, por su sistema de tranvías eléctricos y de alumbrado, por la pavimentación proyectada y su alineamiento de calles que la hacen realmente una Población moderna, así como por la inmigración de pobladores que no llevan otro aliciente al radicarse en Torreón, que el trabajo y el bienestar personal y colectivo. Con todos estos elementos era ya indispensable que se le concediera el rango de Ciudad, lo que tiene la honra de consultar esta Comisión a la Cámara en el siguiente proyecto de decreto, indicando que éste sea promulgado en aquella localidad el 15 de Septiembre próximo, y para cuyo proyecto se solicita la dispensa de todo trámite con objeto de que se ponga desde luego a discusión:
"Artículo Primero. Se erige en Ciudad, con la denominación de Torreón, la Villa de ese nombre del Distrito de Viesca.
Artículo segundo. La promulgación de este decreto tendrá lugar el día 15 de Septiembre próximo".
Sala de Comisiones. Saltillo., Julio 12 de 1907. -E. Dávila. -J. Cabello y Siller. -E.A. Rodríguez.
Dispensado de los trámites de reglamento, se puso al debate y sin él se aprobó por unanimidad".
Por otra parte, en su parte histórica, el dictamen presenta muchas lagunas e inexactitudes. De alguna manera nos demuestra que la mayoría de los políticos no son buenos historiadores, salvo honrosas excepciones.
Este documento tenía un objetivo político-administrativo: la elevación de Torreón a ciudad, el 15 de septiembre de 1907. Y así se hizo. No era el interés primario de este documento, hacer historia académica. Bajo ese entendido, señalamos algunos de los errores del conocimiento histórico sobre Coahuila en 1907.
Se menciona que Saltillo fue fundado por "uno de los Urdiñolas". Aún se pensaba que habían existido dos Franciscos de Urdñola: "el Viejo" y "el Mozo". Sabemos que el fundador real fue el capitán portugués Alberto del Canto.
Por lo que se refiere a Parras, se dice que la población se fundó el 18 de febrero de 1592, cuando en realidad fue en el año de 1598. Dice que el estatus de la población era de "villa" (de españoles) cuando en realidad era un "pueblo" (de indios). Dice que el fundador religioso de Parras fue "Fray" Agustín de Espinosa, cuando en realidad el "Fray" lo usan los franciscanos, pero nunca los jesuitas.
Omito otras aclaraciones por no hacer más largo este texto. Pero da gusto saber que el conocimiento histórico avanza, y que las dudas y errores se esclarecen a través de la investigación.
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