sábado, 9 de julio de 2011

Murió Sánchez Vázquez, forjador de generaciones de pensadores críticos

Pilar de la UNAM, contagió la esperanza de luchar por la dignidad y la justicia



Periódico La Jornada
Sábado 9 de julio de 2011, p. 2
Filósofo, humanista, poeta, hombre honesto y congruente con su crítica a las injusticias de la sociedad, la política y la economía capitalistas, y autor de aportaciones fundamentales a la utópica construcción de un socialismo humano, libre y democrático, Adolfo Sánchez Vázquez falleció ayer a los 95 años a causa de una neumonía.

Su hijo Enrique Sánchez Rebolledo informó que la neumonía le fue diagnosticada hace unas semanas al filósofo, que enseguida fue hospitalizado y que hace unos días fue trasladado a su casa, donde murió a las 10:40 de la mañana. Sus restos son velados en la funeraria Gayosso Félix Cuevas y serán cremados a las 14 horas de este sábado.

Sánchez Vázquez, considerado uno de los filósofos más relevantes de los países de habla hispana, nació en Algeciras, Cádiz, España, el 17 de septiembre de 1915, y llegó a México en 1939 a bordo del legendario buque francés Sinaia, al igual que miles de refugiados españoles en esa época, después de la caída de la Segunda República y de una cruenta guerra civil en la que participó.

Ha sido considerado incluso un clásico de la filosofía mundial del siglo XX, además de un defensor del marxismo crítico y un convencido de la necesidad de la autocrítica en la izquierda, la cual, llegó a decir, debe asumir de verdad valores como la libertad, la democracia, la solidaridad, la igualdad y los derechos humanos.

Con ello Sánchez Vázquez marcaba distancia del llamado socialismo realmente existente, encabezado por la extinta Unión Soviética, y se acercaba más bien a los movimientos sociales, como el estudiantil de 1968 o el zapatista que estalló en 1994.

Más allá del eurocentrismo

Autor de libros como La filosofía de la praxis, Ética, Estética y marxismo y Ética y política, este filósofo con alma de poeta estudió filosofía en la Universidad de Madrid y luego un doctorado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que sería, como para muchos refugiados españoles y de otras naciones, la sede principal de su actividad humanística y científica.

Se constituyó como uno de los pilares de la máxima casa de estudios, pues en la UNAM cumplió una brillante carrera como forjador de varias generaciones de pensadores críticos.

Luego de la primera etapa de su vida y de los años difíciles de la guerra contra los golpistas encabezados por Francisco Franco, un joven Adolfo de 23 años, todavía más poeta que filósofo, acompañado de los escritores Pedro Garfias y Juan Rejano, llegó el 13 de junio de 1939 a Veracruz, un puerto que les obsequió un recibimiento festivo que en mucho paliaba las tribulaciones del exilio.

Cincuenta años después, en 1989, un Sánchez Vázquez de 73 años escribiría al recordarse como pasajero común y corriente del Sinaia:

“En verdad, la del Sinaia fue la primera expedición colectiva de exiliados, a la que siguieron poco después las del Ipanema y el Mexique. Las tres, a diferencia de la del grupo de eminentes intelectuales que las había precedido, no respondían a una rigurosa selectividad intelectual y reflejaban en su composición la diversidad social, ideológica, política y profesional del pueblo que había hecho la guerra. Fue pues, propiamente terminada la guerra, la llegada del Sinaia a Veracruz la que marcó el comienzo de la larga marcha del exilio en México.”

En años recientes se publicaron libros de y sobre Adolfo Sánchez Vázquez. En septiembre de 2007 Stefan Gandler, filósofo austriaco radicado en el país, presentó Marxismo crítico en México: Adolfo Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría (FCE), en el que aborda la biografía intelectual de ambos, hace la crítica de su obra y explora sus coincidencias y divergencias. Bolívar Echeverría (1941-2010), intelectual de origen ecuatoriano, radicó en México, donde murió hace un año.

Gandler dijo en aquella ocasión que Sánchez Vázquez y Echeverría son dos de los pensadores más importantes de América Latina y a escala mundial. El investigador reivindica las aportaciones de ambos desde un punto de vista contrario al eurocentrismo imperante en los estudios filosóficos. En esa ocasión Sánchez Vázquez, a quien Gandler considera un clásico, no pudo estar presente por problemas de salud.

En marzo de 2008 se presentó una redición más del clásico de Sánchez Vázquez Ética y política (UNAM), el cual busca reivindicar la política como una preocupación por el bien común y conocimiento sobre lo que sucede en el mundo. El volumen, que se ha editado cerca de 50 veces, explora desde la ética la congruencia entre el decir y el hacer en la actividad política.
La amante secreta

El filósofo Federico Álvarez, amigo de Sánchez Vázquez, señaló que el tema de las relaciones entre ética y política, aunque no es nuevo, es de gran actualidad por la concepción cada vez más extendida de que no se puede andar metido en la política y ser una persona decente al mismo tiempo.

En febrero de 2009 se presentaron dos libros en homenaje a Sánchez Vázquez y Ramón Xirau, otro importante filósofo del exilio. Editado por la UNAM, Vida y obra: homenaje a Adolfo Sánchez Vázquez reúne textos diversos recopilados para celebrar sus 90 años. Griselda Gutiérrez Castañeda dijo esa vez:

(Varias generaciones) hemos tenido en Sánchez Vázquez al guía y al interlocutor para dar cauce a la crítica, al debate, a la indignación, como también a la propuesta y a la utopía, porque nuestro maestro es un joven de 90 y pico de años que siempre se ha atrevido a ser un pensador insumiso, un idealista, que no iluso, capaz de concebir utopías posibles, empeñar su vida y energía y contagiarnos de esperanza sobre el sentido de luchar por la dignidad y la justicia.

La amante secreta de Sánchez Vázquez fue retomada en septiembre de 2005, con motivo del lanzamiento del libro Poesía (FCE-Centro Cultural de la Generación del 27, Málaga, España), que reúne su trabajo poético antes disperso en diversas publicaciones, además de su libro El pulso ardiendo, publicado por primera vez en 1942.

En esa ocasión Sánchez Vázquez, quien se refirió a sí mismo en tercera persona, dijo en entrevista con La Jornada: Es un diálogo con el tiempo o, más exactamente, con los tiempos que tan intensamente le tocó vivir al autor: el incierto y convulso, esperanzador y frustrado, de la Segunda República española; el de la Guerra Civil, desatada al ser (aquélla) agredida brutalmente desde dentro y desde fuera por el fascismo nacional y extranjero, y, por último, el del exilio en México.

De ese tercer tiempo o parte del libro, que abarca los poemas de 1940 a 1954, comentó esa vez: “Recoge los poemas escritos en los años más duros, nostálgicos e ilusionados a la vez del exilio en México, de un exilio vivido –no obstante la generosa acogida del gobierno y del pueblo mexicanos– como el desgarrón más doloroso de la patria perdida, con la obsesión constante y esperanzada de una vuelta que no se cumplió y que, cuando pudo cumplirse, el destierro ya se había convertido, para los supervivientes, en ‘trastierro’”.

En el poema Romance de la ley de fugas, escrito en Málaga en 1933, se lee en las dos primeras estrofas: El sol se enreda en las cumbres/ de la tarde agonizante./ La luz se quiebra rojiza/ en los trigos y olivares.// Eran cinco los que iban/ al agonizar la tarde./ Cinco obreros esposados/ por el camino adelante.

En febrero de 2007 se dio a conocer el libro Adolfo Sánchez Vázquez: una trayectoria intelectual comprometida (UNAM), que recoge cinco conferencias del filósofo español y mexicano en las que aborda las vicisitudes de su pensamiento a través de sus obras fundamentales.

El filósofo Ambrosio Velasco dijo en esa ocasión que la principal aportación de Sánchez Vázquez es su filosofía de la praxis, y el rasgo distintivo de ésta es la congruencia entre el pensar y el hacer, entre teoría y práctica, en los campos de la estética, la ética y la filosofía.

Velasco dijo del trabajo creativo de Sánchez Vázquez que se trata de una poesía maravillosamente trágica. Después, agregó, su voz poética decae para dar entrada a su voz filosófica, la cual desarrolló sobre todo en México. Por eso es, comentó, un filósofo con alma de poeta, cuyo compromiso fundamental ha sido el trabajo intelectual para transformar la realidad, en busca de un mundo más justo.

En abril de 2010 se presentó el libro Incursiones literarias (UNAM), el cual ofrece una idea más clara de la diversidad de intereses creativos del filósofo y poeta. En él Sánchez Vázquez aborda desde asuntos como la decadencia del héroe, la novela picaresca y la utopía de don Quijote, hasta escritores como Octavio Paz, José Revueltas, Garcilaso, Sor Juana, Federico García Lorca, Miguel Hernández, Pablo Neruda, León Felipe y Dámaso Alonso, además de Marx, Engels y Lenin.

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