Se registra una caída de 70% en la industria, afirman
(Lunes 25 de julio de 2011
Corresponsalía | El Universal
DURANGO
La inseguridad que se vive en el estado de Durango por la actividad del crimen organizado impactó a la industria forestal que en los últimos tres años registró una caída de 70%, principalmente en las regiones madereras de San Dimas y Santiago Papasquiaro, al noroeste del estado, revelaron fuentes del sector.
Hasta hace tres años el factor más importante que afectaba la producción forestal era la lluvia, ya que durante la temporada, que se inicia en la segunda quincena de junio, se paralizaba debido al mal estado de los caminos en las zonas serranas y la explotación de los recursos forestales era prácticamente imposible.
Pero el panorama cambió por la inseguridad, indicó el secretario general de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), Cuauhtémoc Ibarra Gómez, al señalar que en las regiones madereras de San Dimas y Santiago Papasquiaro, trabajadores y empresarios que se dedican a la explotación forestal han sido blanco de agresiones, por lo que temen ir a esos lugares.
El dirigente aseguró que ha estado en riesgo su seguridad y la de su familia, “como consecuencia de la inestabilidad económica que ha permitido que se haya integrado grupos que agreden al ciudadano común como un mecanismo de supervivencia”.
“Lamentablemente, esto representa una degradación de la sociedad que requiere de decisiones fuertes para poder retener este fenómeno que lacera gravemente a los ciudadanos y que sucede tanto en Durango como el país”, agregó Ibarra Gómez.
Para Ibarra Gómez, para abatir a la delincuencia en esas regiones del estado “se requiere generar oportunidades de empleo en estas zonas”, donde se registra el éxodo de la población rural hacia las zonas urbanas.
Urge establecer el orden
El dirigente agrario consideró urgente que las autoridades estatales y federales trabajen para restablecer el orden y de nueva cuenta se reactive la industria forestal.
De acuerdo con el dirigente de la CROC, varios pueblos fueron abandonados por sus pobladores, y entre ellos están el de San Miguel de Cruces y Río Miravalles, municipio de San Dimas, y varias comunidades del municipio de Mezquital, al norte de Durango, limítrofe con Zacatecas y Nayarit.
Ibarra Gómez indicó que los productores forestales viven bajo amenazas y son extorsionados por hombres armados que operan en las zonas serranas y a lo que han tenido que entregar combustibles y víveres para poder transitar por esas regiones.
Funcionarios estatales del Medio Ambiente admitieron que algunas actividades de ese sector, como la cacería deportiva de algunas especies disminuyó de manera sensible por la ola delictiva que azota las zona serranas.
Asentamiento de delincuentes
Para el diputado local por el PRD, Sergio Duarte Sonora, la industria forestal en Durango está frenada porque los delincuentes se han asentado en las zonas madereras.
Duarte Sonora dijo que algunos maestros de la comunidad de Llano Grande de Milpillas, municipio de Pueblo Nuevo, decidieron salir de la región antes de que terminara el pasado ciclo escolar luego de que cerca del lugar se registraron varios enfrentamientos con armas de alto poder.
El legislador admitió que la crisis de ese sector data de varios años, pero por diversos problemas, ya que además de la inseguridad está el conflicto por el control que mantienen tres grupos de industriales madereros.
En Durango, que cuenta con la principal reserva forestal del país, los productores tienen permisos de extracción por 2 millones 200 mil metros cúbicos de madera, cantidad que no ha sido explotada según el presidente de los Silvicultores en Durango, Raúl Barraza Amstrong, quien atribuyó la baja al mal estado de los caminos.
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