Gustavo Leal F. *
En el transcurso del operativo federal que atendió la emergencia desatada por la epidemia de influenza A, los funcionarios designados por Felipe Calderón al frente de las instituciones sanitarias brillaron por su alta precisión “financiera”.
Exactamente lo mismo aconteció cuando “atendieron” la tragedia en la guardería subrogada ABC en Hermosillo, Sonora: la peor tragedia de que se tenga registro.
Influencia A: Salomón Chertorivski, comisionado de Protección Social en Salud (Seguro Popular), después de que el doctor Córdova comunicó (1º de mayo) que se había liberado 1.6 millones de pesos del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos del Seguro Popular –con los que se compraron equipos para analizar las muestras de casos sospechosos, antivirales, cubrebocas y gel antibacterial– el 23 de mayo de 2009 Chertorivski declaró que los recursos tomados del fondo para “atender” la contingencia sumaron 720 millones de pesos y que ella “no afectó” los planes para la incorporación de nuevas enfermedades cubiertas por ese fondo. En su opinión “el fondo goza de buena salud”.
Tal vez por esa “salud”, el 20 de marzo de 2009 Calderón puso al frente del Seguro Popular a Chertorisvski y el secretario Córdova trató de justificar el curioso nombramiento pretextando que “al tratarse de un seguro médico se requiere una persona que tenga un perfil profesional enfocado a la economía” (¿?) Todavía agregó: “porque es un seguro, y de abajo está soportado por toda la parte técnico-médica” (¿?) ¿Pero quién y cómo “soporta” al “de arriba”: a Chertorisvski?
Daniel Karam, director del IMSS, el 15 de mayo aseguró que las finanzas del organismo “no han sido afectadas”. La reserva financiera, sostuvo, asciende a 146 mil millones de pesos y por la contingencia se erogaron 600 millones de pesos para comprar antivirales, equipos, material de curación y tiempo extra laborado los fines de semana.
El 29 de mayo, Karam admitió que la capacidad de respuesta del instituto “se ha mermado”. Según sus indicadores: mientras en 1981 se contaba con 1.83 camas por cada mil derechohabientes, a la fecha sólo se dispone de 0.83. Esto obedece, agregó “a que la inversión en infraestructura ha sido deficiente. El reto para esta administración es terminar, al menos, con 0.95 por cada mil derechohabiente”.
Tragedia en la guardería subrogada ABC: Daniel Karam, director del IMSS, aún sin haberse cumplido 24 horas de la tragedia, el 6 de junio, comunicó desde Hermosillo que “ya había contactado” con cuatro funerarias locales para que reciban a los pequeños “sin costo para los padres”.
Cuatro días después, el 10 de junio, dijo que el IMSS otorgaría 14.3 millones de pesos a las 78 familias de los infantes lesionados y fallecidos por el incendio de la guardería.
Los recursos, agregó, se utilizarían para apoyar los gastos funerarios y atención médica adicional, así como los traslados que requieran los padres de las víctimas.
Se entregarán 155 mil 519 pesos por familia con hijos fallecidos y 234 para las que los tienen hospitalizados.
Para los que resultaron “afectados”, la atención médica será “vitalicia”. Para ello se dispuso una bolsa por 50 millones de pesos que cubrirá traslados, viáticos y hospedaje de los padres. También se edificará un área de atención de quemados en Hermosillo.
Eso es todo. Porque para todo lo demás, Karam sólo se comprometió a realizar –como antes Juan Molinar Horcasitas y Santiago Levy– un “diagnóstico” sobre las condiciones en que operan las mil 568 guarderías del IMSS y “se suspenderán las que no cumplan con las condiciones mínimas de seguridad”.
Terceta de tecnócratas de la alternancia: La visión financiera de la tecnocracia sanitaria calderonista cuenta con un representativo grupo de voces igualmente autorizadas que los han antecedido en la “misión”.
Julio Frenk, desde la Secretaría de Salud del foxismo, gustaba repetir, casi hasta el hartazgo: no sólo más dinero para la salud, ¡también más salud para el dinero!
Molinar Horcasitas, como antecesor de Karam en el IMSS del calderonismo, disfrutó afirmar frente a la Canifarma (agosto 2008) que “un derechohabiente del Seguro Social, conforme a la cobertura de servicio que le da el propio instituto, podrá ir al sector privado para recibir la atención si así lo desea, y será el IMSS el que le pague al prestador privado”, porque, agregó, un “mercado interinstitucional de servicios de salud” es la mejor manera de poner fin “a los monopolios perezosos y a la ineficiencia de las instituciones de salud pública”.
Santiago Levy, como director foxista del IMSS, no se podía quedar atrás. Aparentemente muy seguro de sí mismo, en la reunión del consejo técnico, celebrada el 23 de enero de 2002, aseveró: “vamos a tener un recorte en servicios generales de 22 por ciento, en conservación de 9 por ciento, con lo cual desafortunadamente el deterioro va a continuar”. Todo, porque la meta que se había establecido era ¡acumular reservas! por 10 mil 364 millones de pesos.
En el año previo, 2001, el IMSS de Levy había adjudicado directamente la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, que se incendió el 5 de junio de 2009, dejando un saldo fatal de 45 infantes muertos.
Junto con Miguel Ángel Yunes desde el ISSSTE, ¿alguna vez podrán los responsables designados por Calderón, Salomón Chertorivski y Daniel Karam, intentar atender la materia sanitaria propiamente dicha?
*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
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