Carolina Gómez Mena/La Jornada
Héctor González Martínez, arzobispo de Durango, se manifestó contra la violencia, la inseguridad y el narcotráfico. Advirtió sobre las luchas entre grupos de criminales por territorio y mercado, que se traducen en enfrentamientos en poblados e hizo un reconocimiento a la lucha que realizan elementos policiacos en contra de estas organizaciones criminales.
Héctor González Martínez, arzobispo de Durango, se manifestó contra la violencia, la inseguridad y el narcotráfico. Advirtió sobre las luchas entre grupos de criminales por territorio y mercado, que se traducen en enfrentamientos en poblados e hizo un reconocimiento a la lucha que realizan elementos policiacos en contra de estas organizaciones criminales.
Al encabezar la 116 peregrinación de su arquidiócesis a la Basílica de Guadalupe, el prelado acotó que “la lucha por el control del narcotráfico es un fenómeno cada vez más violento” que se expresa en “formas cada vez más crudas”.
Durante la homilía, González Martínez dijo que estos grupos delictivos presentan un “enfermizo afán de ser más que otros, peleando los puestos de mando en los pueblos” y refirió un hecho violento ocurrido en Durango esta semana en donde se enfrentaron sicarios.
Consideró que ante este violento panorama, lo que queda es pedir a la Guadalupana que “no nos desampare”.
El 17 de abril pasado el arzopispo aseguró que Joaquín El Chapo Guzmán vivía cerca de Guanaceví. El 20 de abril en la misa de apertura de la asamblea general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y tras la polémica que desató con sus declaraciones, rechazó hablar con la prensa y sólo dijo que estaba “sordo y mudo”.
El arzobispo también tocó el tema de las elecciones y deploró la promoción del abstencionismo, el voto en blanco o nulo. “Santa María ven en apoyo nuestro para alentar a los ciudadanos a cumplir su deber cívico, pues entre más escasa sea la votación menor será la esperanza de adelanto democrático”, sostuvo.
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