Pide monitorear la situación en América Central, donde los cárteles luchan por mantener plazas
*Colombia produce 50% del total del enervante, señala el Informe Mundial sobre las Drogas 2009
*Declina el consumo de opiáceos y mariguana; en países en desarrollo proliferan estimulantes sintéticos
Dpa y Afp
Washington, 24 de junio. El mercado mundial de la cocaína, con un descenso “asombroso” de su producción en países como Colombia, está sufriendo cambios de “magnitud sísmica” que, entre otros efectos, causa el “horrible recrudecimiento de la violencia” en naciones como México, según el Informe Mundial sobre las Drogas, de la Organización de Naciones Unidas (ONU) publicado hoy.
*Colombia produce 50% del total del enervante, señala el Informe Mundial sobre las Drogas 2009
*Declina el consumo de opiáceos y mariguana; en países en desarrollo proliferan estimulantes sintéticos
Dpa y Afp
Washington, 24 de junio. El mercado mundial de la cocaína, con un descenso “asombroso” de su producción en países como Colombia, está sufriendo cambios de “magnitud sísmica” que, entre otros efectos, causa el “horrible recrudecimiento de la violencia” en naciones como México, según el Informe Mundial sobre las Drogas, de la Organización de Naciones Unidas (ONU) publicado hoy.
“El mercado mundial de la cocaína, que mueve 50 mil millones de dólares, está sufriendo cambios de magnitud sísmica”, sostuvo el director de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), Antonio María Costa, en declaraciones que acompañaron la presentación hoy aquí del informe correspondiente a 2009.
“Han disminuido los niveles de pureza y el número de incautaciones en los principales países consumidores, lo que ha aumentado los precios y ha hecho que fluctúen las pautas de consumo”, añadió. Esta situación podría explicar “el horrible recrudecimiento de la violencia en países como México”, dijo.
El jefe de la UNODC también llamó a monitorear la situación en América Central, donde, advirtió, “los cárteles están luchando por un mercado que cada vez se hace más pequeño”.
De acuerdo con el reporte, Colombia, el país que produce la mitad de la cocaína a escala mundial, vio bajar 18 por ciento el cultivo de coca durante 2008, lo que supone un “asombroso descenso” de 28 por ciento en relación con el año anterior.
“Con 845 toneladas, la producción mundial de coca se encuentra en el punto más bajo de los últimos cinco años”, agrega el informe. Sin embargo, señala que su cultivo ha aumentado en Perú y Bolivia.
De acuerdo con la UNODC, más de 99 por ciento de los laboratorios de procesamiento de dicho enervante están ubicados en los “tres grandes productores”: Colombia, Perú y Bolivia.
Incautaciones en 2007
En 2007, la mayoría de las incautaciones de cocaína en el mundo tuvieron lugar en América (88 por ciento), seguida de Europa (11 por ciento). Concretamente, América del Sur fue responsable de 45 por ciento del total de decomisos y, dentro de esta región, más de 60 por ciento se hizo en Colombia.
Sin embargo, el reporte advierte sobre el incremento de incautaciones (de 10 toneladas en 2000 a 38 en 2007) en naciones del cono sur, lo que “indica el creciente aumento de la importancia de esos países para el tráfico de cocaína”.
El organismo de la ONU destaca asimismo que la tendencia del consumo de cocaína en Sudamérica “contrasta” negativamente con la de las otras grandes regiones consumidoras.
Si bien en Norteamérica el consumo de esta droga disminuyó y en Europa se estabilizó, en la región sudamericana “todavía parece estar en crecimiento”; Dentro de esta última zona, la tasa más alta de prevalencia es Argentina, que pasó de 1.9 por ciento en 1999 a 2.6 por ciento en 2006-2007 entre la población de 12 a 65 años, lo que la hace el segundo mercado de cocaína de Sudamérica en números absolutos, por detrás de Brasil.
América Latina también fue a contracorriente en los últimos años en materia de consumo de cannabis (mariguana), ya que, mientras que en Norteamérica la tendencia es a la baja, la otra mitad del hemisferio reportó un aumento, especialmente en 2007.
Sobre la producción y el consumo de heroína, señala que tiende a reducirse a escala internacional, mientras el éxtasis y las drogas sintéticas proliferan en los países en vías de desarrollo.
“Los mercados mundiales de cocaína, opiáceos y cannabis están estabilizados o en declive, pero se teme un alza de la producción y de la utilización de drogas sintéticas en los países en desarrollo”, señala la UNODC, cuya sede está en Viena. En lo relativo a la cannabis, el estupefaciente más consumido en el mundo, la producción y el consumo se estabilizaron, pero crece la concentración de THC, su sustancia activa.
En tanto, el cultivo de opio cayó el año pasado al nivel de 2006, gracias a un retroceso de 19 por ciento de las superficies sembradas en Afganistán, país que produce 93 por ciento del total mundial, lo que se tradujo, a causa de un aumento del rendimiento, en una baja de 6 por ciento de la producción, la cual fue de 7.7 millones de toneladas.
Pero lo más preocupante, señala el informe, es que la elaboración de drogas sintéticas entró en un nivel industrial en la región del Mekong, en el sureste asiático, de cuyos laboratorios salen “cantidades masivas de metanfetaminas, cristal meth y otras sustancias como la ketamina”.
La agencia calcula en 41 por ciento el volumen de cocaína decomisada en el mundo, contra 19 por ciento de opiáceos. A la cabeza se sitúa Irán, importante país de tránsito, con 84 por ciento de incautaciones de opio y 28 por ciento de heroína, en 2007, según las últimas cifras publicadas por la UNODC.
Al reconocer que la acentuación de la represión del mercado de la droga “ha generado un mercado ilícito de amplitud macroeconómica que recurre a la violencia y alimenta la corrupción”, Antonio María Costa se manifestó contra toda legalización de estas sustancias, considerando que sería “un error histórico. Las drogas representan un peligro para la salud. Por ese motivo, están y deben seguir estando prohibidas”, subrayó. Agregó que hay que luchar en primer lugar contra los narcotraficantes, no contra los consumidores.
“Las personas que consumen droga necesitan ayuda médica, no tratamiento penal”, declaró Antonio María Costa, quien precisó que la encarcelación de los toxicómanos representa, para la policía “un derroche de dinero”, en detrimento de la lucha contra los traficantes.
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