Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Abril 7 del 2015
Las campañas electorales se iniciaron “mochas”, es decir, sin que el INE concluyera la fiscalización de los gastos de precampaña en la mayoría de las entidades federativas, se hizo solamente en 3 estados por lo que es muy probable que aún candidatos que ya hayan obtenido su registro sean eliminados de las contiendas a media campaña.
Independientemente de esa contingencia, la contienda para diputados federales se prolongará por 60 días; es una elección inédita por el número de cargos en competencia, contienden 4 mil 496 candidatos a diputados federales, de los que 2 mil 248 son mujeres; 2 mil 694 se registran por el principio de mayoría relativa y mil 852 por el principio de representación proporcional, también destaca porque es dirigida por primera vez por el INE con retos y riesgos igualmente inéditos, ya que con el TEPJF y los Organismos Públicos Locales Electorales (Oples) están en un punto de baja de credibilidad, los partidos las miran con recelo y los ciudadanos, con desconfianza. Otro reto es que esta elección es concurrente con 17 procesos electorales locales.
Una de las novedades más importante en la elección del 7 de junio es la participación de 22 candidatos independientes en una contienda federal, un buen número de estos candidatos son en realidad políticos reciclados porque han estado relacionados con diversos partidos políticos, predominan expriistas y expanistas. ¿Una nueva forma de simular?
Los 10 partidos políticos gastarán, en los próximos dos meses, mil 172 millones 863 mil 740 pesos que les asignó el INE para renovar 500 curules. Es decir, al día cada instituto político dispondrá de 19.5 millones de pesos, una democracia bastante cara para un país con 53.3 millones de pobres, pero eso no importa.
Con la inauguración de las campañas, que formalmente arrancaron el domingo 5, pero que en realidad parecía que habían iniciado mucho antes, los contendientes se están tirando bazucaos en lo que comenzó como una guerra, dando y dando: al PRI, el PAN le echó en cara la corrupción de Cesar Camacho, su presidente, exhibiendo lujosos relojes de más de 2 millones de pesos, el PRI respondió ostentando las parrandas y los moches de los diputados del albiazul; en los dos casos la Comisión de quejas del INE ordenó que esos “spots” fueran eliminados por no propiciar el debate democrático, habría que agregar que, en todo caso, las dos acusaciones son ciertas, así que tan malo el pinto como el colorado; ambos se acusan de enriquecimiento ilícito y corrupción y es probable que veamos crecer el ataque frontal, pueden echarse en cara los más graves ataques de corrupción, pero todos los delitos son arrastrados por la impunidad.
Por otra parte, la guerra de las encuestas también arrecia. La del Grupo Reforma, levantada el mes pasado le da al PRI un 32 por ciento de las preferencias electorales, al PAN un 22, al PRD un 14 a Morena un 8, al Verde un 7, a Encuentro Social y el PANAL un 4, al Movimiento Ciudadano un 3, al PT y al Humanista un 2 por ciento. En la encuesta de Ulises Beltrán el PRI va con el 36 por ciento de las preferencias, el PAN con 22, el PRD con 15, el Verde y Morena con 8 y 7por ciento respectivamente, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza alcanzan el 3, el PT, el Partido Humanista y Encuentro Social obtienen 2 por ciento, con lo que quedan en riesgo de no alcanzar su registro o perderlo en el caso del PT, aunque el voto de los indecisos podría darles respiración artificial.
El partido Verde ha sido en extremo arrogante, ha burlado las leyes y prefiere pagar las escuetas multas impuestas por las autoridades electorales y es posible que pierda la mitad del electorado que tenía hace algunas semanas.
Lo que se percibe es un deterioro muy marcado en la autoridad electoral, estamos muy lejos de aquel IFE de 1996-2003, porque a partir de ahí ha venido una degradación recurrente en la cual al árbitro electoral federal y ahora los locales nadie les hace caso y esto apenas comienza.
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