miércoles, 12 de octubre de 2011

Reyes, antídoto contra la desesperación y la violencia: JEP

El poeta recibe mañana el Premio Alfonso Reyes 2011, otorgado por El Colegio de México, pero antes habla con MILENIO de su primer acercamiento al escritor regiomontano y sobre la vigencia de su obra.

2011-10-12•Cultura


En los últimos años, la figura de José Emilio Pacheco (Ciudad de México, 1939) se ha engrandecido no sólo con su obra, sino con la recepción de diversos galardones y reconocimientos que han contribuido a ponerlo en el centro de atención, tales como los premios Cervantes y Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, otorgados en 2009.

A esos galardones se suma el Premio Alfonso Reyes 2011, que mañana le entregará El Colegio de México, el cual surgió el año pasado con motivo de su programa de actividades para conmemorar su 70 aniversario, en reconocimiento a su “trayectoria literaria, así como por su invaluable aportación a las humanidades y la cultura hispanoamericana”.

Miembro de El Colegio Nacional y de la Academia Mexicana de la Lengua, José Emilio Pacheco, autor de Las batallas en el desierto, El principio del placer, El reposo del fuego o La edad de las tinieblas, habla en entrevista con MILENIO de los diferentes elementos que lo unen a la obra de Alfonso Reyes, cuya prosa “nos permite pensar por cuenta propia y ya no depender de la sumisión al modelo madrileño”.

¿Cómo fue su primer acercamiento a Alfonso Reyes?

Muy niño leí dos poemas canónicos del joven Reyes. Ahora me sorprenden porque cien años después hablan sin quererlo de las drogas: “Amapolita morada/ de los llanos de Tepic” y “Flor de las adormideras/ engáñame y no me quieras”. No creo haberlos entendido pero me sedujo su musicalidad.

Tardé en llegar a don Alfonso. Fui víctima de todos los prejuicios antirreyes: “Escribe muy bien pero no dice nada”, “Sólo se ocupa de Grecia”. Yo fui radicalmente guzmaniano y vasconceliano. Mi padre era amigo de don Martín y de don José. Gracias a ello Carlos Monsiváis y yo pudimos visitarlos. Y escucharlos. Sería presuntuoso decir que conversamos.

Sergio Pitol y Monsiváis me llevaron a la Librería Zaplana de San Juan de Letrán. Libros que estaban en una bodega surgieron en la mesa de a peso. Leí Calendario, Reloj de sol, Tren de ondas. Quedé fascinado y convencido de la estupidez automutiladora de los prejuicios.

Otro ejemplo: pensaba que Novo era un señor que salía en televisión (presentaba, eso sí, magníficas obras de teatro) y daba recetas de cocina en sus crónicas. Monterroso me dijo: “No seas estúpido. Es un gran escritor. Ve a Zaplana y cómprate por un peso Continente vacío”. Así fue.

¿Por qué Alfonso Reyes “siempre resulta grata compañía”, como escribe en uno de sus textos dedicado al regiomontano?

Por favor léelo y verás.

¿Qué le debe la cultura mexicana a Reyes?

La elaboración de una gran prosa española mexicana que nos permite pensar por cuenta propia y ya no depender de la sumisión al modelo madrileño. Fue un proceso muy largo y una batalla que ganó Reyes para todos los mexicanos.

¿Cuáles serían sus principales aportaciones?

La anterior, en primer lugar, y en segundo hacer nuestras muchas cosas, por ejemplo la tradición grecolatina y la literatura del Siglo de Oro, tan nuestra como de los nacidos en Salamanca o en Granada.

Te dejo una sola frase para que la pensemos todos. Reyes dice en los treinta que trabaja a fin de que el porvenir “no quede librado a la desesperación ni a la violencia”. ¿Y qué vivimos en el México de 2011?: la desesperación y la violencia. Reyes bien puede ser un antídoto.

Se le acusó de ocuparse mucho de Grecia y menos de México, ¿qué tanto de cierto hay en esa aseveración?

Así como Reyes se ocupó de Grecia en cinco o seis de sus cien libros,
hubiera sido muy bueno para nosotros que alguien se hubiera ocupado en México de Shakespeare o de la gran novela francesa. Además, Grecia había quedado hasta cierto punto fuera gracias a la hegemonía del latín, al mismo tiempo lengua del imperio y de la Iglesia.

¿Alfonso Reyes se ha convertido en el Cervantes mexicano: muy nombrado, pero poco leído?

Cervantes es muy leído, Reyes no, por desgracia. La lectura no puede imponerse por decreto. Nadie está obligado a leer a Reyes, pero si lo
hace puedes estar seguro de que saldrá beneficiado.

En tiempos de barbarie, ¿qué libro recomendaría de la amplia bibliografía de Reyes?

Junta de sombras. Está en la Colección Popular del Fondo de Cultura Económica.

La entrega del premio va a servir para la evocación de una de sus obras emblemáticas, ¿qué piensa de Las batallas en el desierto a 30 años de su publicación?

Perdóname, no puedo adelantar lo que diré el jueves en El Colegio de México. Además sólo voy a saberlo cuando me ponga a escribirlo. No pienso si no pongo los dedos en el teclado y después en la pluma que revisa.
México. Jesús Alejo

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