CANSADOS Y HARTOS DE LA VERBORREA DEMAGÓGICA
‘Veo a un presidente rebasado’, confiesa el poeta Javier Sicilia luego de comer en privado con Felipe Calderón después del encuentro de seis horas que el Movimiento por la Paz tuvo con el mandatario y sus colaboradores en Chapultepec
Sunday, October 16, 2011
JOSÉ GIL OLMOS
MÉXICO, DF (APRO).- Esta vez no hubo besos, abrazos ni escapularios. Fue una reunión más bien ríspida, a veces sorda, que duró seis horas y en la que chocaron dos visiones del país: la de un México militarizado, con más de 50 mil muertos, un Estado fragmentado y corrupto, con una violencia sin freno y grupos paramilitares procreados por la estrategia de guerra, descrito por el movimiento por la paz; y la de un México que para el presidente Felipe Calderón avanza en la justicia, los derechos humanos y el combate al crimen organizado.
Por segunda vez —quizá la última, porque ya no se habló de otro encuentro— el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que encabeza el poeta Javier Sicilia se reunió el viernes 14 con Felipe Calderón y algunos miembros de su gabinete en el Castillo de Chapultepec.
"Fue sumamente frustrante, se lograron pocas cosas, hubo más disensos que consensos. Vi a un Presidente muy bajo de energía, cansado y debilitado. Creo que ya no habrá más diálogos a menos que ocurra algo extraordinario; nuestro discurso fue de cierre de una etapa", dice Javier Sicilia a Proceso horas después del encuentro.
Luego de asistir a una comida privada en Los Pinos a la que lo invitó Calderón, el dirigente del movimiento ciudadano manifiesta que percibió al jefe del Ejecutivo plenamente rebasado por un problema estructural: la fractura del Estado.
JUGANDO A LA DEMOCRACIA
"Se lo hemos dicho: no estamos contra la persecución de los delincuentes, pero sacó al Ejército con unas estructuras podridas, con un Estado fracturado, no fallido, sino con una fractura que viene desde el priísmo y que lo vemos con los gobernadores corruptos, indolentes ante el problema del narcotráfico.
"El presidente está impotente para resolver este problema de fondo y que se complica por la idiotez de los partidos políticos que no han entendido la emergencia nacional, que siguen jugando a la democracia cuando el país está hecho pedazos y la delincuencia se ha empoderado ante el propio Estado.
"Es tremendamente frustrante lo que vemos porque las víctimas siguen esperando justicia, desde nuestro dolor exigimos que nos atiendan y la clase política sigue sin escuchar y sin entender."
—¿Cómo vio a Calderón en este segundo diálogo?, ¿sigue siendo el Presidente empecinado que no escucha?
—Creo que algo se movió en él. Personalmente me dijo en la comida: ‘Ustedes me dieron un sentido de las víctimas que no conocía y la propuesta de la recomposición del tejido social apenas la empiezo a entender’.
"Me parece que eso es bueno. Pero lo veo como un Presidente ya cansado, rebasado, que ya empieza a perder el poder porque sabemos que es su último año y todos comienzan a irse para acomodarse en otros lugares. Veo a un Presidente debilitado y cansado".
PODRÍA FORTALECERSE
Sin embargo, Sicilia considera que los 14 meses que le restan Calderón podría aprovecharlos para trabajar en la recomposición del tejido social, fortaleciendo su política hacia la sociedad en lugar de su estrategia de guerra contra el crimen organizado, cambiando aspectos de fondo de la procuraduría para las víctimas y dejar a un lado los intereses políticos de este año electoral.
"Creo que si estos 14 meses que le quedan —que pueden ser pocos si se ven como su salida en un año electoral pero que para las víctimas es mucho tiempo— los orienta a rescatar a las víctimas, fortaleciendo la Procuraduría Social de Atención a Víctimas y una Ley de Víctimas, cambiando de estrategia, podrá terminar mejor su gobierno y acabar más fortalecido.
"Si no lo hace se lo van a cobrar todo y acabará como el presidente de la guerra, de la violencia, de los 60 mil muertos y miles de desaparecidos.
"Esperamos que no le gane el interés electoral, esperamos que se venga de este lado, del lado de las víctimas; si lo hace va a tener aliados importantes porque lo único que desean es justicia y paz, como todo el país. Si toma ese camino podría terminar el sexenio con cierta altura".
Pero insiste: "Si no lo hace va a empeorar la situación del país. De hecho ya la están empeorando los partidos políticos porque conforme avanzan las elecciones, crece la violencia".
LOS DESACUERDOS
El segundo encuentro en Chapultepec entre Calderón y el movimiento de las víctimas empezó mal y terminó peor. Mientras los invitados de la Presidencia entraron al castillo sin problemas, las miembros del movimiento por la paz tuvieron que pasar los filtros de detector de metales que les impuso el Estado Mayor Presidencial y además pelear para que no les quitaran las fotos de sus muertos y desaparecidos.
Además las principales propuestas del movimiento ciudadano —la Ley de Víctimas, la Comisión de la Verdad, el Padrón Nacional de Víctimas, el fondo de ayuda para las familias afectadas por la violencia o la preservación de la memoria de los muertos y desaparecidos— fueron rechazadas por el gobierno. Sólo avanzó la creación de la Procuraduría Social de Atención de Víctimas del Delito, pero es un ente que carece de presupuesto, estructura, recursos humanos y reglamentación.
Esta vez el encuentro duró seis horas —tres más que el primero, el pasado 23 de junio— en las que Calderón fue quien más habló. En una de las dos ocasiones en que tomó el micrófono habló más de una hora para defender su estrategia militar aduciendo que de no hacerle frente al crimen organizado éste ya se habría apoderado del país.
Con actitud displicente —"como si sólo estuviera registrando los hechos", comenta Sicilia— Calderón rechazó las acusaciones de los integrantes del movimiento de que su gobierno es autoritario.
"Honestamente —dijo Calderón— este no es un Estado autoritario. Si fuese un Estado autoritario créanme que no estaríamos dialogando aquí; si este fuera un Estado que oculta la verdad, créanme que no estaríamos poniendo y abriendo oficinas y las puertas del gobierno para que se conozcan esos casos, ni hubiéramos revelado, como hemos revelado, el número de víctimas y el esfuerzo por encontrar sus circunstancias y sus nombres".
A LA DEFENSIVA
El panista se defendió en cada una de sus intervenciones sin reconocer que ha actuado fuera de la ley al usar al Ejército en el combate al crimen organizado, como lo aseguró el sacerdote Miguel Concha Malo, presidente del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria:
"El artículo 89 de la Constitución dice que se puede usar a las fuerzas armadas para proteger la seguridad del país ante amenazas internas o externas", manifestó Calderón en tono autoritario exigiéndole a Concha citar correctamente las leyes.
Pero no sólo él se defendió. También lo hicieron sus invitados, especialmente Isabel Miranda de Wallace, quien fue sentada estratégicamente a un lado de Javier Sicilia para responder a las acusaciones de que el Ejecutivo se equivocó en su estrategia militar y generó más violencia y muertes.
Casi al terminar la primera parte del encuentro Sicilia amenazó con dejar su lugar en la mesa principal e instalarse en la tribuna donde estaban las demás víctimas del movimiento. El secretario de Gobernación, Francisco Blake, le pidió que no lo hiciera porque no estaba en el acuerdo del formato del encuentro.
Finalmente el poeta cedió convencido por el secretario del presidente, Roberto Gil Zuarth y se quedó a escuchar a Miranda, presidenta de la organización Alto al Secuestro, quien reconoció la apertura de Calderón al diálogo con la sociedad y culpó a los gobernadores del aumento del poder del crimen organizado, ante el beneplácito de Blake.
También participaron como invitados del gobierno Alejandro Martí, de México SOS, quien demandó al Congreso actuar con rapidez ante la emergencia nacional para aprobar las reformas necesarias en materia de seguridad pública y Graciela García Bringas, de la agrupación Causa Común, quien también se dedicó a reconocer la labor de Calderón.
DESILUSIONADO
"Me siento desilusionado. Las instituciones terminan por convertir en demagogia los problemas mientras la realidad siempre está contradiciendo el discurso oficial. Me fastidia esto, la burocracia, las juntas donde hay demasiados discursos pero no se aterriza nada", dice Sicilia al terminar el encuentro.
Para llegar al segundo encuentro en Chapultepec pasaron tres meses en los cuales hubo 16 reuniones previas entre el movimiento ciudadano y la Secretaría de Gobernación sin que hubiera avances significativos.
Apenas la noche del miércoles 12 Gobernación respondió a las propuestas hechas por el movimiento por la paz en estos meses. Su respuesta cupo en cuatro hojas. "Es una respuesta que llegó muy tarde y que es muy pobre para responder a la situación de emergencia nacional que vivimos. Que la opinión pública lo juzgue", dice Emilio Álvarez Icaza.
El documento oficial apenas esboza el seguimiento que ha hecho la PGR a los 34 casos que el movimiento denunció en el primer encuentro.
Señala la creación de la Procuraduría Social de Atención a Víctimas de los Delitos y menciona la aprobación del protocolo para el levantamiento de cadáveres, la reforma constitucional de derechos humanos y el proyecto de Ley de Víctimas, la iniciativa de Ley de Lavado de Dinero y la propuesta de reforma política.
"Fue un resumen, quizá lo mejor sea que haya una reunión con la Secretaría de Gobernación para ver todos los acuerdos que hubo", justificó Calderón en el encuentro cuando se le hizo notar el magro contenido del documento entregado por Blake.
NUEVA ETAPA
Con el cansancio plasmado en el rostro y la sonrisa desdibujada, Javier Sicilia insiste en que Calderón sigue sin entender que la prioridad de su estrategia de lucha contra el narcotráfico no debe ser la violencia sino la reconstrucción del tejido social y crear una ley de seguridad que sea humana y ciudadana.
Durante el encuentro en Chapultepec y burlando el protocolo, Yolanda Morán, integrante del Frente Unido de Desaparecidos de Coahuila, se le plantó a Calderón para reclamarle que el secretario de Gobernación y la PGR sólo habían recibido a las familias de 206 desaparecidos para darles trámite pero sin escucharlas.
Tras las seis horas del encuentro el ánimo de los integrantes del movimiento no era entusiasta.
—¿Le hizo falta más fuerza al movimiento en este encuentro?
—Creo que fue natural lo que pasó. En el primero era novedad la situación de las víctimas que no se habían visibilizado, en esa ocasión surge el problema de las víctimas y el presidente se ve impactado. Ahora vienen los procesos digestivos en las mesas de diálogo, con lo que se pierde espectacularidad pero se gana en profundidad. Aunque siempre es decepcionante porque esa profundidad termina por diluirse en un diálogo de sordos —considera el poeta.
—Ahora no hubo besos, escapularios y otros símbolos…
—No. Ahora es tiempo de contenidos porque los símbolos poéticos se han leído mal. Es algo terrible en la sociedad que el lenguaje poético se vuelva motivo de discusión y haga perder de vista lo sustancial, que son las víctimas, la ley de seguridad nacional.
Javier Sicilia ve que después de este encuentro el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad entrará en otra fase. Pero también él mismo tendrá otro papel, menos protagónico.
"Estoy cansado de volverme un personaje mediático a partir de mis actos poéticos. Hay que darle el paso a las víctimas, a los contenidos que hemos estado manejando en nuestras propuestas."
—¿Entra en otra fase el movimiento?
—Creo que sí. Estamos en el cierre de una fase para entrar a otra nueva. Hay que trabajar más en la movilización, al fortalecimiento social, porque vienen las elecciones y los partidos no están atendiendo la situación de emergencia nacional.
Sicilia convocó a una movilización nacional a partir de la noche del próximo lunes 31 y, aprovechando la noche de muertos, recordar en plazas, panteones y casas a todas las víctimas de esta guerra.
"No tenemos poder ni lo buscamos", dice el escritor.
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