El Universal
02/12/2011 - 08:57 AM
Londres, Ing.- "¿Usted tiene un smartphone? ¿Usa el correo electrónico? Entonces, tiene un problema”. El fundador de la plataforma de Internet WikiLeaks, Julian Assange, lo dijo claramente: quien posee un teléfono móvil moderno o arregla sus asuntos usando el correo electrónico, ya no está seguro ante el espionaje y la vigilancia.
Según nuevas revelaciones de WikiLeaks, la venta de este tipo de tecnología de espionaje alcanzó una magnitud tal, que el mundo se acerca a un “Estado de vigilancia totalitario” y global. Lo que hace una década era un “industria encubierta, secreta y pequeña”, se ha convertido actualmente en una industria internacional, indicó ayer Assange en Londres. Uno de los muchos problemas al respecto es que empresas de Occidente venden esta tecnología también a dictaduras. Éstas, a su vez, la usan para perseguir a las personas o hasta asesinarlas.
“Suena como si fuera algo de Hollywood, pero a partir a ahora, los sistemas de intercepción masiva, creados por empresas de inteligencia occidentales, son una realidad”, añadió As sange. En los últimos meses, el nombre WikiLeaks se escuchaba ante todo en relación con Assange y su proceso de extradición de Reino Unido a Suecia, donde debe ser interrogado por sospecha de abuso sexual. Ahora, por primera vez desde hace mucho tiempo, WikiLeaks publicó nuevos documentos que prueban que empresas en Occidente ganan dinero con la tecnología de vigilancia, que entre otros es usada por dictadores en países árabes.
Los programas pueden servir para hacer escuchas, conseguir acceso a datos y correos electrónicos y hasta sacar fotografías con teléfonos móviles. Las víctimas ni se darían cuenta de que fue instalado software en su móvil. En la lista se mencionan empresas grandes y conocidas de Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia y otros países, que crean estos sistemas y los venden a “dictadores y democracias por igual”.
Son 160 compañías en 25 países y en los próximos meses se difundirán nuevos detalles. En la presentación en Londres, los activistas mostraron uno de los muchos programas: una empresa grande, francesa, vendió hace algunos años tecnología al ahora extinto líder libio Muammar Gaddafi.
Otros productos emplean actualizaciones falsas para iTunes y otros programas populares para hacerse con el control de las computadoras personales, precisó en una nota el diario The Washington Post, citado por EFE.
“El 11 de septiembre de 2001 le otorgó a Estados Unidos o a países en Europa una licencia para desarrollar sistemas de espionaje, que nos afectan a todos”, dijo Assange, de 40 años. Con frecuencia, este tipo de tecnología o software está prohibido en los países de origen, pero su venta al exterior no está claramente reglamentada. “La ganancia es con frecuencia más importante que la vida de los seres humanos”, dijo el activista Jacob Appelbaum.
Pero con sólo medidas legales ya no se puede enfrentar al espionaje masivo, sostuvo Assange. “Creo que esta guerra no la ganamos con legislación. El Estado vigilante totalitario y global sólo puede ser frenado con un software que bloquee los programas” .
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