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04 Diciembre 2011
En los últimos años varios activistas fueron asesinados por el crimen organizado y otros doce han abandonado el país. Foto: Vanguardia/ Archivo
México.- Andrade es madre de Lilia Alejandra García Andrade, quien fue asesinada en febrero de 2001. También es madre de la directora del grupo "Nuestras hijas de regreso a casa", Malú García, quien se encuentra refugiada en Ciudad de México por amenazas del narcotráfico.
Fue atacada a tiros en la peligrosa Ciudad Juárez cuando abordaba su camioneta para trasladarse al trabajo en compañía de sus dos nietos menores. Un comando se acercó y le disparó en cinco ocasiones, "hiriéndola en el torso, el hombro derecho y la mano derecha", dijo en un comunicado la organización civil "Nuestras hijas de regreso a casa", una ONG en la que Andrade trabajaba. El presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, José Luis Armendáriz, indicó que "afortunadamente" Andrade "parece que se encuentra estable".
En principio, la Fiscalía General de Chihuahua, región del norte de México donde se encuentra Ciudad Juárez, atribuyó el ataque a un intento de robo del vehículo. Sin embargo, la Fiscalía anunció este sábado 2 de diciembre que el intento de homicidio "es una línea de investigación" después de que se supiera que la defensora de los derechos humanos había recibido amenazas de muerte durante ese mismo día.
Varios compañeros de trabajo de la escuela primaria donde Andrade es maestra dijeron a EFE que la mañana del viernes 1 un hombre llamó por teléfono y preguntó por la activista y su horario de trabajo. "El personal se negó a proporcionar información sobre su horario y el hombre advirtió que la estarían esperando a la salida", dijo un profesor quien pidió el anonimato.
Por petición de la CEDH, la clínica donde se encuentra Andrade es custodiada por agentes de la Policía Municipal y Estatal. El organismo pidió a las autoridades mayor atención para evitar que la activista sea víctima de un nuevo atentado, y solicitó que se garantice la protección para ella y sus familiares.
En los últimos años varios activistas fueron asesinados por el crimen organizado y otros doce han abandonado el país. El caso más reciente es el de Nepomuceno Moreno Núñez, compañero de lucha del poeta Javier Sicilia, que fue asesinado en el estado de Sonora este miércoles 29 de noviembre. El activista recibió al menos cinco impactos en la cabeza y el costado izquierdo, al ser agredido por un hombre que se acercó a su vehículo.
Otro antecedente es el de Susana Chávez, poeta y activista, creadora del lema "Ni Una Más" para protestar contra los asesinatos de mujeres en la urbe, más de medio millar desde 1993, la gran mayoría impunes. Chávez fue violada, mutilada y asesinada el 11 de enero de este año por tres personas.
Un mes antes perdió la vida Marisela Escobedo frente a la sede del Gobierno de Chihuahua cuando pedía justicia por el homicidio de su hija, cuyo asesino confeso fue liberado por los jueces.
Otro asesinato que sacudió a Ciudad Juárez fue el de Josefina Reyes, ex funconaria izquierdista de un municipio aledaño a Ciudad Juárez y luchadora social durante más de dos décadas, acribillada por un grupo de hombres sobre la carretera rumbo a Valle de Juárez.
En noviembre del 2010, la activista Flor Alicia Gómez, de Justicia para "Nuestras Hijas" y del "Centro Derechos Humanos de las Mujeres", fue violada y asesinada. Finalmente, en septiembre del 2009 Paz Rodríguez Ortiz, fundador de una asociación pro derechos humanos, fue tiroteado mortalmente frente a su esposa.
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