domingo, 21 de julio de 2013

Y ahora… la batalla por Nuevo Laredo

ESPERAN RESURJA LA VIOLENCIA
 

 


domingo, 21 de julio de 2013
Contra lo que afirma el gobierno de Peña Nieto, el vacío que deja la detención de Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, sólo augura más violencia. Y aun cuando algunos sicarios de Los Zetas se apresuran a declarar al Z-42 –hermano del detenido– como nuevo jefe, no dejan de advertir la necesidad de mantener la unidad en la organización, sobre todo ahora que los cárteles rivales preparan la toma de la estratégica plaza de Nuevo Laredo
JORGE CARRASCO ARAIZAGA Y JUAN ALBERTO CEDILLO
MÉXICO, DF (Apro).- En el cambiante mapa del narcotráfico en México la próxima batalla estratégica será por Nuevo Laredo, el bastión de Los Zetas dominado por Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, hasta su detención el lunes 15. Sus antiguos aliados del Cártel del Golfo (CDG), en asociación con Joaquín El Chapo Guzmán, se preparan para el asalto de esa plaza.
Defender Nuevo Laredo será la principal prueba para Óscar Omar Treviño Morales, Z-42, llamado a suceder a su hermano mayor en el liderazgo de la organización más violenta de la delincuencia organizada en el país y con presencia trasnacional, al grado que Estados Unidos la incluyó en su lista de "terroristas".
La historia de Los Zetas no se acaba con la detención del jefe que apenas el año pasado se impuso sobre las demás bandas a base del terror y la división. Su consolidación fue paulatina, después de separarse del CDG.
Pocos se metían con Miguel Ángel Treviño. Ni siquiera se atrevió Genaro García Luna cuando estuvo al frente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). Uno de los fundadores de la organización, Jesús Enrique Rejón Aguilar, El Z-7 o El Mamito, declaró el pasado 29 de abril ante la Corte federal de Estados Unidos en Austin, Texas, que al Z-40 lo dejaron crecer durante los gobiernos del PAN.
SÓLO LO FOTOGRAFIARON
De acuerdo con El Mamito, el gobierno de Felipe Calderón recibió información de un testigo protegido de la agencia antidrogas estadunidense (DEA) sobre los movimientos de Miguel Ángel Treviño, a quien le lavaba dinero en Estados Unidos.
Ramiro Villarreal Guajardo, El Gordo, comenzó a trabajar para el Z-40 en 2009. Empezó comprando caballos cuarto de milla para su patrón, luego se hizo cargo de la administración de otros negocios en Estados Unidos. En septiembre de 2010 fue detenido por la DEA y decidió convertirse en informante cuando las autoridades estadunidenses le ofrecieron quitarle cargos y reducir su condena.
Durante casi un año cooperó con esa agencia y el Buró Federal de Investigación, cuyos agentes grabaron todas sus conversaciones con los hermanos Miguel Ángel y Óscar Omar Treviño Morales. En una ocasión alertó a la DEA que el Z-40 estaría en una carrera clandestina de caballos en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
La DEA informó a las autoridades de México sobre la ubicación del narcotraficante. Los oficiales mexicanos enviados a capturarlo sólo le tomaron fotografías. Su detención habría desatado una balacera, arguyeron. Además, el capo se movía con una escolta de más de 20 pistoleros.
ARRIESGÓ SU VIDA
El Gordo, de 38 años, puso su vida en juego al delatar a su jefe. En marzo de 2011 su cuerpo apareció calcinado en el interior de un automóvil en Nuevo Laredo.
"Miguel Ángel Treviño ordenó la muerte del Gordo, pero hizo que pareciera un accidente", declaró El Mamito ante la Corte de Austin, en el juicio que se le sigue al Z-40 y a sus hermanos Óscar Omar y José, así como a otros sicarios de la organización y a empresas implicadas en operaciones de lavado de dinero de Los Zetas a través de la compra de caballos cuarto de milla.
Rejón Aguilar, quien era el tercero en el mando en la organización y uno de los militares de Fuerzas Especiales del Ejército que formaron Los Zetas, precisó que la orden para asesinar a Ramiro Villarreal no fue dada porque se supiera que era informante de la DEA, sino porque "conocía todos los negocios del Z-40".
El Mamito contó durante varias horas cómo se fundó la organización, primero como brazo armado del CDG y del papel del Z-40 en la consolidación de Los Zetas como cártel independiente, y, luego, la división interna que sufrió.
En 2004, refirió, el Cártel de Sinaloa intentó adueñarse de Nuevo Laredo. Según dijo, El Chapo envió a Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, a la zona con alrededor de 500 sicarios. Se desató la guerra. "Participé en unas 10 batallas contra los de Sinaloa", narró El Mamito.
DELACIONES Y REACOMODOS
Es posible que la detención del Z-40 sea aprovechada por el Cártel de Sinaloa para incursionar en la llamada frontera chica, en los límites con Texas, donde se realiza el mayor intercambio de mercancías entre México y Estados Unidos.
Luego de desplazar al Cártel de Juárez de la frontera con El Paso, Texas, El Chapo puede ir por el control de Nuevo Laredo, crucial para el trasiego de drogas y armas. Entre Nuevo Laredo, Tamaulipas, y Laredo, Texas, circulan de 10 a 12 mil tráileres cada día.
Es probable que el CDG y sus aliados del Cártel de Sinaloa –quienes buscan el control de la plaza desde 2010– se enfrenten a la resistencia zeta, apoyada por los hermanos Carrillo Fuentes, del Cártel de Juárez, y los Beltrán Leyva; ambos grupos, ex socios del Chapo.
En 2012 se registraron 288 homicidios dolosos en esa ciudad, lo que equivale a 72.85 asesinatos por cada 100 mil habitantes, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal. Esas cifras colocan a Nuevo Laredo como la octava ciudad más violenta del mundo.
Además de ese reto, Z-42 deberá enfrentar las pugnas intestinas en su organización, desatadas a partir de octubre de 2012, cuando murió Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca.
A principios de ese año se manifestó la división zeta en mantas colocadas en diversas entidades; incluso el gobierno federal confirmó esa escisión. A desaparecer El Lazca, un grupo de sicarios creó Los Legionarios para enfrentar al Z-40, a quien acusaron de traición por la muerte de Lazcano y la detención de otros jefes de Los Zetas.
De acuerdo con un ex oficial de fuerzas especiales de la IV Región Militar, con sede en Monterrey, varios jefes de plaza se oponen a que la familia Treviño Morales continúe al frente de Los Zetas.
El ex militar, quien habló bajo la condición de omitir su nombre, asegura que los inconformes acusan a los Treviño de manejar el dinero de la organización para sus negocios personales, como quedó demostrado en el juicio en Texas contra José Treviño Morales, quien gastaba alrededor de 2 millones de dólares al mes en caballos de carreras para sus hermanos.
HABRÍA MÁS VIOLENCIA
Cuando El Z-40 estuvo varios meses al frente del grupo no pudo consolidar su liderazgo, dice el declarante; incluso perdió varios municipios estratégicos de la zona metropolitana de Monterrey que ahora están en manos del CDG.
Y advierte: la imposición de Omar Treviño profundizará la división del grupo y generará más violencia en las plazas que controlan en el noreste (Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León) y el Golfo de México, así como Veracruz y Tabasco, e incluso la península de Yucatán.
Ante el posible recrudecimiento de la violencia, esas entidades se mantienen en alerta máxima. Los gobernadores reforzaron sus escoltas personales. Entre tanto tropas de la Marina y el Ejército, además de policías federales, aumentaron la vigilancia en las principales carreteras fronterizas que unen el noreste del país con Texas.
La fragmentación del grupo delictivo también podría ser aprovechada por otras pandillas o grupos que, con el nombre de Los Zetas, comenzarán a extorsionar o secuestrar. Todo depende de quién quede al frente de la organización y de su habilidad para mantener la unidad, según los rígidos códigos y disciplina militar que le dieron origen.
Rejón Aguilar, Arturo Guzmán Decena, Heriberto Lazcano y 11 militares del antiguo Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) fueron reclutados a finales de los noventa por el expolicía Aurelio Cano Flores para trabajar primero como escoltas del narcotraficante Gilberto García Mena, El June, y su lugarteniente Zeferino Peña Cuéllar, Don Zefe, todos ellos del CDG.
EL JUICIO DE AUSTIN
Durante las diligencias realizadas en la Corte federal de Austin salió a relucir que Los Zetas crecieron cuando Osiel Cárdenas Guillén llamó a los gafes para defender Nuevo Laredo de los primeros embates del Cártel de Sinaloa en esa plaza.
En esa época Miguel Ángel Treviño Morales se sumó a la organización paramilitar que modificó la manera de operar de los cárteles. Se le asignó un número –el 40– seguido por una clave militar, la letra Z, la que usaban los gafes cuando llegaron a Reynosa, Tamaulipas.
Durante un tiempo el Z-40 se quedó al mando de Nuevo Laredo. Escaló en la organización cuando fue enviado por los líderes del CDG a encabezar un grupo de sicarios a Veracruz. Años después, ya bajo el liderazgo del Lazca, se fue a Centroamérica; en Guatemala fue señalado como el responsable de la masacre de marzo de 2008 en Zacapa, en la cual murió el capo Juan León, Juancho.
Después de su ruptura con el CDG, en marzo de 2010, Los Zetas conformaron un triunvirato: "Nos veíamos todos los días en ranchos de Miguel Alemán, en Nuevo Laredo, y en Veracruz". En él participaba Lazcano, dijo El Mamito ante la justicia de Estados Unidos el pasado 29 de abril.
En esa época Los Zetas obtenían 350 millones de dólares de ingresos al año. Entre sus actividades delictivas incluyeron el robo de gasolina a gran escala en los ductos de Pemex, así como los secuestros, la piratería, el cobro de piso, la extorsión y el control de giros negros, entre otras.
"Buena parte de esos ingresos se gastaba en la guerra contra el CDG", especificó Rejón Aguilar.
El Mamito se encargaba de supervisar todas las plazas controladas por Los Zetas. Su caída comenzó a mediados de febrero de 2011, cuando un grupo de sicarios asesinó a Jaime Zapata, agente especial de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en una carretera de San Luis Potosí.
El sicario fue capturado por la Policía Federal en un departamento de Atizapán, Estado de México, el 4 de julio de ese año. Dos meses después fue extraditado a Estados Unidos, donde actualmente tiene un proceso judicial en Washington.

No hay comentarios: