martes, 15 de diciembre de 2009

Van por negocios 'Zetas' en frontera

Los investigadores y autoridades de EU señalaron que el grupo criminal aumenta su presencia

Alfredo Corchado/The Dallas Morning News

Nuevo Laredo, México (15 diciembre 2009).- Los "Zetas" amplían su papel como hombres de negocios en la frontera entre Texas y México, pasando de las actividades criminales tradicionales como extorsión y narcotráfico, a la de compra de negocios legales, afirman funcionarios de impartición de justicia estadounidenses y mexicanos.
El grupo, que de acuerdo con las autoridades opera un centro de distribución de armas y drogas en el norte de Texas, ahora se hace llamar "La Compañía" y en el transcurso del último año ha evolucionado de extorsionar a negocios grandes y pequeños a apropiarse de ellos por completo, mencionan los funcionarios.
"Son dueños de lotes de autos usados en ambos lados de la frontera, restaurantes, discotecas, licorerías", dijo Robert García, detective del Departamento de Policía de Laredo y experto en los Zetas.
"Básicamente, cualquier cosa en cualquier lugar que pase de un lado al otro de la frontera, y cualquier cosa en cualquier lugar con lo que puedan lavar grandes cantidades de dinero, los 'Zetas' tienen su mano en eso. Incluso tienen un galgódromo".
Aparte del lavado de dinero, los "Zetas" buscan la legitimidad de aquellos a quienes han aterrorizado a través de los años, usando métodos como decapitaciones y quemar vivos a sus rivales.
Investigadores y líderes cívicos dicen que los "Zetas" están intentando posicionarse para convertirse en gente influyente, incluso participar en la política, en comunidades en las que tienen una presencia importante.
Las autoridades dicen que sus baluartes incluyen Ciudad Acuña, Piedras Negras, Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, su mayor base de operaciones. Las cinco ciudades hacen frontera con Texas.
"Los podemos ver postulándose para alcaldes, incluso gobernadores, en el futuro", comentó un líder cívico en Nuevo Laredo.
Quizá operar negocios legítimos sea nuevo para los "Zetas", pero aterrorizar a México sigue siendo su principal ocupación.
El 4 de diciembre, dos tiroteos entre tropas mexicanas y gatilleros dejaron a 13 personas muertas en Monterrey. Funcionarios mencionaron que la mayoría de los asesinados eran gatilleros que trabajaban para los"Zetas", y reportes noticiosos dijeron que uno era un líder importante de los "Zetas", Ricardo Almanza Morales "El Gori". Un transeúnte estaba entre los asesinados.
Horas después, un grupo de hombres armados que se cree que eran "Zetas" irrumpió en un edificio de la policía en Monterrey, mató a dos policías federales, y liberó a 23 prisioneros, de acuerdo con los reportes.
El mes pasado en García, el nuevo jefe de policía, el General Brigadier retirado Juan Arturo Esparza, fue ejecutado en un ataque de alrededor de 30 agresores que se cree que son miembros de los "Zetas". Cinco guardaespaldas también fueron asesinados. Almanza Morales había sido acusado de ese ataque.
En Ciudad Juárez, más de dos mil 400 personas han sido asesinadas este año en hechos ligados al crimen organizado, algunos atribuidos a los "Zetas". Como mercenarios de La Línea, sicarios del Cartel de Juárez, los Zetas ayudan a entrenar a los nuevos reclutas en campamentos clandestinos en el estado de Chihuahua, de acuerdo con un funcionario de alto rango en la Administración Federal Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés).
Fuentes de inteligencia mexicanas, citadas en el periódico REFORMA, afirmaron que los "Zetas" y otros grupos criminales organizados están conspirando con insurgentes de Chiapas para crear caos durante la celebración del bicentenario de la independencia el año próximo.
"Los 'Zetas', por mucho, siguen siendo la mayor amenaza a la seguridad mexicana", afirmó otro funcionario de impartición de justicia estadounidense. "Son extremadamente peligrosos, sofisticados y organizados".
Para este momento, la reputación de los "Zetas" es material de leyendas. Entre sus fundadores había comandos entrenados por los gobiernos de Estados Unidos y México para trabajar como soldados de élite en la batalla contra los cárteles de drogas. En lugar de eso desertaron y se convirtieron en miembros del poderoso Cártel del Golfo.
Se han vuelto tan poderosos que ahora son considerados un cártel separado, incluso superando a sus jefes anteriores en un tiroteo reciente en Reynosa.
La organización, incluyendo al personal de apoyo, ahora cuenta con más de cuatro mil miembros en todo el país, de acuerdo con fuentes de inteligencia estadounidenses y mexicanas. Operan en células pequeñas a través del país, de Cancún a Sonora, para limitar su exposición y proteger sus secretos.
Sin embargo, los líderes continúan siendo un grupo muy unido, se dice que encabezado por Heriberto Lazcano y Miguel Treviño, conocido como El Cuarenta. Se ofrecen grandes recompensas por ambos -cinco millones de dólares por el Gobierno estadounidense y más de 2.5 millones por el Gobierno mexicano-.
Otra fuente de preocupación para los funcionarios de impartición de justicia estadounidenses son los esfuerzos de los "Zetas" para corromper a las autoridades estadounidenses. En Laredo, autoridades federales han iniciado una investigación de dos policías de Laredo para determinar si estaban en la narconómina.
Además de sus negocios legítimos, los "Zetas" continúan buscando nuevas líneas de trabajo criminal. En Nuevo Laredo, han advertido a las compañías de agua y luz que no le cobren a las compañías que extorsionan o que están bajo su control, señalan investigadores estadounidenses y mexicanos. También han robado gasolina de camiones de Pemex para vendérsela a sus propios clientes, incluyendo a texanos.
"Han evolucionado a diversas líneas de negocios, desde importadores de drogas a México, incluyendo cocaína, hasta la actividad tradicional de crimen organizado, como la mafia estadounidense: extorsión, secuestro, hasta robar petróleo", afirmó el funcionario de la DEA. "Han evolucionado hasta convertirse en una organización criminal multidimensional. Hacen todo tipo de cosas más allá de lo que hace un cartel común".
También parece que han tomado medidas para proteger su nombre de imitadores u oportunistas.
Una banda de secuestradores que se identificaba falsamente como "Zetas" para pedir rescates en Nuevo Laredo fue llevada a la cárcel en otoño. Fueron asesinados tras las rejas. Una investigación está en proceso, pero un funcionario municipal dijo acerca de los asesinatos que "lo más probable es que hayan sido realizados por órdenes de los 'Zetas'".
"A los 'Zetas' no les gusta que su nombre sea usado en vano, y además quieren decirle a la sociedad, -hemos cambiado. No somos secuestradores o extorsionistas. Somos como ustedes'", afirmó el líder cívico.
El funcionario de impartición de justicia estadounidense se burló de la idea de que los "Zetas" hubieran cambiado, insistiendo, "no son nada más que unos matones, asesinos a sangre fría".
Sin embargo, algunos residentes de Nuevo Laredo han llegado a aceptar la idea de que compartir una ciudad con matones es menos sangriento que intentar combatirlos.
"Coexistimos, pero con cero tolerancia por sus crímenes", afirmó Ramón Garza, Alcalde de Nuevo Laredo. "No tenemos a la gente o la responsabilidad para ir tras ellos. Ese es trabajo del Gobierno federal. Así que nuestra actitud es, ustedes hagan lo suyo, pero déjenos cuidar nuestra ciudad para que ésta pueda crecer, prosperar y sanar de la violencia del pasado".
Sin embargo, coexistir con los "Zetas" implica riesgos.
"Como hombres de negocios tienen una ventaja injusta sobre el hombre pequeño que intenta ganarse la vida siguiendo las reglas del juego", comentó Jack Suneson, comerciante de Nuevo Laredo. Él recientemente abrió una tienda con artesanías en San Antonio para dar servicio a texanos que temen cruzar la frontera.
García, el detective de Laredo, mencionó esta advertencia: "uno sólo puede jugar con la serpiente un par de veces antes que lo ataque".

Enfrentan a Familia en Michoacán

MORELIA.- Presuntos sicarios de Los Zetas, brazo armado del Cártel del Golfo, escenificaron ayer un intenso tiroteo contra sus rivales del Cártel de La Familia, con los que disputan el control del territorio en Michoacán.
En la batalla, registrada a las 14:26 horas en la zona urbana de Uruapan, salieron a relucir armas de alto poder y granadas de fragmentación.
La Procuraduría de Justicia del Estado (PGJ) informó que al menos cuatro granadas fueron detonadas por los gatilleros, dejando un saldo de al menos un muerto.
Algunas versiones señalaban que la balacera había dejado dos personas fallecidas y daños en la sede de la Subprocuraduría de Justicia del Estado, lo cual fue desmentido más tarde por autoridades estatales.
"Esta Procuraduría precisa que no hubo ninguna agresión o atentado en contra de las instalaciones (de PGJ en Uruapan) ni de ninguno de los elementos policiacos", aclaró en un comunicado.
La PGJ señaló que el enfrentamiento armado se desarrolló cerca de las instalaciones de esa corporación al sur de Uruapan, lo que hizo suponer en un inicio que se trataba de un ataque directo contra esas oficinas.
De acuerdo con las autoridades, el enfrentamiento se registró en las calles de Violeta y Héroes de Nacozari, en el Fraccionamiento Jardines del Pedregal.
Al parecer en ese lugar había una casa de seguridad al servicio de uno de los cárteles, inmueble que fue atacado por sicarios rivales.
El ataque fue repelido desde el interior de la casa marcada con el número 90 de la calle Violeta, iniciando un enfrentamiento que se prolongó por más de media hora.
Los reportes revelan que cuatro granadas de fragmentación estallaron en la azotea del inmueble, como parte del fuego cruzado.
La violencia provocó la movilización de elementos del Ejército y de fuerzas policiacas, sin que se confirmara la detención de personas.
En el interior de la casa número 90, la Procuraduría confirmó el hallazgo de un presunto sicario ya sin vida, abatido a balazos.
Reforma15/12/2009

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