viernes, 1 de noviembre de 2013

Deleita El Cigala al público mexicano con un concierto dedicado a García Márquez

 


El escritor colombiano y su esposa Mercedes presenciaron el recital en el Auditorio Nacional.

Jorge Caballero
Publicado: 01/11/2013 12:57

Una parte del arsenal musical iberoamericano sirvió a Diego El Cigala para hacer un continuo deleite de 120 minutos en su concierto de la noche del jueves en el Auditorio Nacional, ante un atento y tripero público que se reunió para presenciar el debut en México del reciente disco de Ramón Jiménez Salazar, o sea, Diego El Cigala, titulado Romance de la Luna Tucumana y de paso gozar con algunos éxitos ya probados en el estilo del cantaor español.
Concierto con dedicatoria especial a Gabriel García Márquez y su esposa Mercedes, en palabras del cantante: "Estoy muy contento de estar en esta tierra a la que tanto amo, como saben. Quiero agradecer la presencia de dos personas que están en la concurrencia: Gabriel García Márquez y su esposa Mercedes".
Antes de que El Cigala saliera a escena lo antecedió una introducción musical/vital de ocho minutos lo que preludiaba la noche con la guitarra omnipresente de Diego García, las variadas formas de las percusiones de Isidro Suárez; el ubicuo/golpeante contrabajo de Yelsy Heredia y el galopante piano de Jaime Calabuch.
Después El Cigala vistiendo de negro, con un gesto de evidente felicidad y con un enorme aplauso salió al escenario del Auditorio Nacional para comenzar a lo alto con Canción de las simples cosas, con la cual aojó inmediatamente al público y para completar la fascinación inmediata siguió con Naranjo en flor, que penetró más allá de la epidermis del público; además estos temas contrarrestaron la gélida noche que se aproximaba y terminaron por templarla, dándole un poco de calor.
Entre el intervalo se escucha un grito proveniente de la parte de arriba del inmueble: “Guaaaapo”, “Te amamos Diego”, “Mucho Diego” y hasta un “Olééé”, los que le arrancaron una franca sonrisa a El Cigala, quien continuó con Los mareados, además aprovechó para dar la bienvenida al público y a sus dos invitados especiales y agregó: “Los amo, hoy vamos a cantar algunos temas del nuevo disco y después algunos otros temas”; promesa/bienvenida que fue recompensada con una gran cantidad de aplausos y vítores.
Siguió Milonga de Martín Fierro y dos temas más, con las cuales el gozo del público hasta el momento se contuvo pero cuando el respetable reconoció las primeras notas de Historia de un amor y El Cigala entonó las primeras estrofas de la canción, el gozo se manifestó con coros para acompañar al cantaor a lo largo de todo el tema.
Por una cabeza, Niebla del riachuelo y Canción para un niño en la calle, tres temas de Romance de la Luna Tucumana, fueron hilvanados por Diego mientras el respetable no dejaba de pedir su tema preferido en cada uno de los espacios entre canción y canción. Al término de esta triada fue a abrazar a sus guitarristas, mientras se escucha el grito. “El Aranjuez Cigalaaa”.
Ya habían pasado 70 minutos del inicio del concierto pero se fueron rápidamente. La segunda parte del concierto comenzó con Nostalgia, seguida de Inolvidable y Veinte años, tres temas que desempolvaron la memoria musical del público y prolongaron el arrobo nocturno que Diego El Cigala les había asestado esa noche.
Al cantar Corazón loco, Diego nuevamente interpeló al público para: “Quiero pedir un fuerte aplauso para Bebo Valdés”; para que luego Diego casi para sus adentros susurró: “Te amo. Te quiero”. Claro el aplauso fue ensordecedor.
El tema Soledad llenó de una energía casi hipnótica con un aplauso estruendoso como colofón del estado de ánimo que había subyugado la canción original del argentino Enrique Fabregat Jodar.
Se acercaba el final y manteniendo el nivel musical de la noche Diego se discutió con Vete de mí, Lágrimas negras que protagonizó exactamente y únicamente para ser precisos el mejor momento de la noche; llegó una versión extendida de Bien pagá con la cual se despidió: “Gracias México que Dios me los guarde muchos años”, el público de las primeras filas se agolpó frente al escenario para tomar la foto con sus celulares al momento que El Cigala y sus músicos se despidieron. Mientras que el resto del auditorio pedía otra. El Cigala complació el pedimento y soltó Dos gardenias para ti.

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