Alberto Witvrun.-Poseedor de la franquicia de Aeroméxico que incursiona como constructor tras perder el control de la Cámara Nacional del Comercio en Pequeño (Canacope), Norberto Ollin Barquin, que se dice con protección política intenta amedrentar a este columnista “por publicar cosas en contra de su padre –el fallecido Nahúm Ollin Zavaleta- y de él” al amenazar la mañana del pasado jueves 21: “si es personal te parto la madre”.
Revisando archivos concluyo que el empresario refiere publicaciones efectuadas hace dos años en este espacio que consignaron que la directiva de Canacope, presidida por Jesús Gutiérrez González, retiró una pensión vitalicia a +Nahúm Ollin y dejó de rentarle el inmueble sede del organismo.
Antes suspendió a Norberto Ollin los ingresos que percibía de la cámara y el manejo de las cuotas de afiliación y del Sistema Información Empresarial (SIEM); es decir tendría que preguntarle a Jesús Gutiérrez si las medidas tuvieron tintes personales e incluso legales no a un periodista.
Ante la “advertencia” de Norberto Ollin mi respuesta fue que lo publicado ha sido, es y será profesional a lo que él insistió en que de no ser así “nos agarraríamos a madrazos” de lo que está enterada una persona de quien me reservo el nombre porque en todo caso el mencionado tal vez no sabe que utiliza su nombre para amedrentar periodistas.
En 34 años de reportero principio elemental ha sido no rebasar la línea entre lo público y lo privado, y el caso Canacope-Ollin no es la excepción, lo que causa extrañeza es que el “reclamo” sucede dos años después y a menos de 24 horas en que coincidimos en mesas distintas en un restaurante.
Por ello antes de hacer público este intento de amedrentarme procedí a levantar un acta por hechos posiblemente constitutivos de delito AC/12/R/I/2134/2013 ante la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), porque no se trata de victimizarse porque si un periodista abusa de la libertad de expresión hay cauces legales no la amenaza bajo el argumento de tener “protección política”.
En 34 años de reportero principio elemental ha sido no rebasar la línea entre lo público y lo privado, y el caso Canacope-Ollin no es la excepción, lo que causa extrañeza es que el “reclamo” sucede dos años después y a menos de 24 horas en que coincidimos en mesas distintas en un restaurante.
Por ello antes de hacer público este intento de amedrentarme procedí a levantar un acta por hechos posiblemente constitutivos de delito AC/12/R/I/2134/2013 ante la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), porque no se trata de victimizarse porque si un periodista abusa de la libertad de expresión hay cauces legales no la amenaza bajo el argumento de tener “protección política”.
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