París. 19 de noviembre. La OCDE prevé que la economía de México se recupere en 2014 y 2015, tras el parón sufrido en la primera mitad de este año, gracias a la mejora prevista de la coyuntura internacional y el incremento de las inversiones del gobierno de Enrique Peña Nieto.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prevé un crecimiento del PIB mexicano del 1.2 por ciento este año, muy inferior al 3.4 por ciento que preveía en mayo pasado; pero anuncia un repunte al 3.8 por ciento en 2014 (una décima por encima de sus previsiones de mayo) y del 4.2 por ciento para 2015.
El informe sobre Perspectivas Económicas de la OCDE, divulgado este martes en París, alerta no obstante de que persisten “riesgos sustanciales” para el crecimiento.
Sobre todo, advierte, la “proyectada recuperación podría atrasarse” en caso de que el gobierno mexicano no consiga sacar adelante las reformas energética y fiscal.
Aunque las recientes reformas estructurales, que han contribuido a mejorar la competitividad en el sector de los negocios, podrían avivar el potencial de crecimiento más de lo que se cree y contribuir a una expansión más sólida mediante mayores inversiones y productividad.
El informe advierte que la incertidumbre sobre el debate del presupuesto en Estados Unidos a medida que se acerca el plazo para resolverlo podría ser un obstáculo para las inversiones.
Asimismo, un cambio de la política monetaria estadunidense podría provocar inestabilidad en el mercado y afectar a México, empujando al alza los tipos de interés.
A medida que se vaya recuperando la confianza, quizá sea necesario inyectar excepcionalmente dinero en la economía y regular las condiciones monetarias para que tengan en cuenta la retirada de las medidas excepcionales y el mayor potencial de crecimiento por las recientes reformas, dice el informe.
Cuando la demanda estadunidense se recupere y los estímulos mexicanos surtan efecto, la demanda externa e interna empezará a crecer y absorber el exceso de capacidad surgido en 2013, dice el informe.
La débil demanda ha contribuido a la caída de la inflación, pese a unas condiciones climatológicas muy adversas que han incidido en los suministros, dice el informe.
Con estos niveles de inflación, las autoridades monetarias mexicanas tienen todavía campo para reducir más los tipos de interés, que están en un nivel históricamente bajo desde octubre (3.5 por ciento), para apuntalar la demanda en caso de que aparezcan riesgos.
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