Jorge Torres López adquirió el estatus de prófugo de la justicia estadounidense y Javier Villarreal Hernández acumuló una orden más de búsqueda en su contra
jueves, 28 de noviembre del 2013
Los funcionarios del Gobierno de Coahuila se esfuerzan en negarlo; los responsables de perseguir delitos en Texas afirman tener pruebas al respecto; ayer se escribió un episodio trascendental en esta historia de versiones contradictorias: se conoció la existencia de órdenes de aprehensión -en Estados Unidos- contra Jorge Torres López y Javier Villarreal Hernández.
El exgobernador Interino de Coahuila y el ex todo poderoso funcionario de la administración de Humberto Moreira Valdés han sido señalados reiteradamente como parte de una “red de lavado de dinero” que habría utilizado el sistema bancario de los Estados Unidos para “blanquear” dinero sustraído de las arcas de nuestra entidad.
En el imaginario popular existen pocas dudas respecto de la posibilidad de que ambos -además de otros ex y actuales funcionarios- sean responsables de las conductas que se les imputan.
Y es que los elementos que apuntan hacia la existencia de un monumental fraude en contra de las arcas coahuilenses son muchísimas. Los único que parecen no tenerlo claro son los actuales responsables de las finanzas estatales, quienes se encargan sistemáticamente de negar que un sólo centavo hubiera sido extraído ilegalmente de las cuentas bancarias del Estado.
Falsificación de decretos para contratar deuda, ocultamiento sistemático del endeudamiento estatal, “regularización” del endeudamiento contratado ilegalmente, enriquecimiento inexplicable de funcionarios, acusaciones reiteradas por parte de autoridades estadounidenses y un largo etcétera constituyen el alud de evidencias que apuntan en la dirección de un gigantesco atraco a las arcas de Coahuila.
El alud alcanzó ayer un punto crítico: Jorge Torres López adquirió el estatus de prófugo de la justicia estadounidense y Javier Villarreal Hernández acumuló una orden más de búsqueda en su contra. Por primera ocasión se les ha señalado a ambos de manera formal como presuntos cómplices en una conspiración para lavar dinero.
La pregunta es, una vez más, ¿de dónde sacaron los millones de dólares de las cuentas que les han sido congeladas y que, según las autoridades estadounidenses, tiene una procedencia ilegal?
Para la fiscalía estadounidense, que persigue a ambos exfuncionarios, no existe duda al respecto: “Torres López diseñó un esquema para defraudar a JP Morgan Chase Bank... Torres López mintió sobre la fuente de ingresos en relación con los movimientos de dinero desde México hacia Estados Unidos”, se afirma en la acusación enderezada con el exmandatario estatal.
Si el dinero tiene procedencia ilegal, si la única actividad realizada por Torres y Villarreal -durante la época en la cual se hicieron del mismo- fue el servicio público, las opciones para explicar el origen del mismo se reducen mucho.
¿Seguirá sosteniéndose aquí la versión de que, pese a todos los actos ilegales cometidos para endeudar a los coahuilenses, los responsables de las finanzas estatales actuaron con una pulcritud que haría sonrojar a un santo?
El exgobernador Interino de Coahuila y el ex todo poderoso funcionario de la administración de Humberto Moreira Valdés han sido señalados reiteradamente como parte de una “red de lavado de dinero” que habría utilizado el sistema bancario de los Estados Unidos para “blanquear” dinero sustraído de las arcas de nuestra entidad.
En el imaginario popular existen pocas dudas respecto de la posibilidad de que ambos -además de otros ex y actuales funcionarios- sean responsables de las conductas que se les imputan.
Y es que los elementos que apuntan hacia la existencia de un monumental fraude en contra de las arcas coahuilenses son muchísimas. Los único que parecen no tenerlo claro son los actuales responsables de las finanzas estatales, quienes se encargan sistemáticamente de negar que un sólo centavo hubiera sido extraído ilegalmente de las cuentas bancarias del Estado.
Falsificación de decretos para contratar deuda, ocultamiento sistemático del endeudamiento estatal, “regularización” del endeudamiento contratado ilegalmente, enriquecimiento inexplicable de funcionarios, acusaciones reiteradas por parte de autoridades estadounidenses y un largo etcétera constituyen el alud de evidencias que apuntan en la dirección de un gigantesco atraco a las arcas de Coahuila.
El alud alcanzó ayer un punto crítico: Jorge Torres López adquirió el estatus de prófugo de la justicia estadounidense y Javier Villarreal Hernández acumuló una orden más de búsqueda en su contra. Por primera ocasión se les ha señalado a ambos de manera formal como presuntos cómplices en una conspiración para lavar dinero.
La pregunta es, una vez más, ¿de dónde sacaron los millones de dólares de las cuentas que les han sido congeladas y que, según las autoridades estadounidenses, tiene una procedencia ilegal?
Para la fiscalía estadounidense, que persigue a ambos exfuncionarios, no existe duda al respecto: “Torres López diseñó un esquema para defraudar a JP Morgan Chase Bank... Torres López mintió sobre la fuente de ingresos en relación con los movimientos de dinero desde México hacia Estados Unidos”, se afirma en la acusación enderezada con el exmandatario estatal.
Si el dinero tiene procedencia ilegal, si la única actividad realizada por Torres y Villarreal -durante la época en la cual se hicieron del mismo- fue el servicio público, las opciones para explicar el origen del mismo se reducen mucho.
¿Seguirá sosteniéndose aquí la versión de que, pese a todos los actos ilegales cometidos para endeudar a los coahuilenses, los responsables de las finanzas estatales actuaron con una pulcritud que haría sonrojar a un santo?