El autor murió antes de ver publicado el primer tomo de la trilogía
Ericka Montaño Garfias
Periódico La JornadaMiércoles 6 de enero de 2010, p. 3
Uno de los fenómenos literarios más importantes del 2009, en el panorama mundial, fue la publicación de la serie Millenium, del escritor sueco Stieg Larsson, cuya historia personal ya lo ha convertido en una leyenda: murió a los 50 años, de un paro cardiaco, unos días después de entregar a su editor la tercera parte de la saga y antes de que se publicara siquiera el primer volumen.
La crítica literaria ha considerado la obra de Larsson (Skelleftehamm 1954-Estocolmo, 2004) una reinvención de la novela negra mediante la construcción de dos personajes: Lisbeth Salander, una inadaptada social en cuyo pasado existe un secreto que la pondrá en la mira de los malos del cuento, y Mikael Blomkvist, periodista de investigación y directivo de la revista Millenium, que pone en jaque al poder de los servicios secretos y después al sistema financiero al querer ayudar a Salander.
Retrata la Suecia de la posguerra, el mundo del espionaje y de los hackers, la violencia contra las mujeres, el poder de las instituciones financieras, la corrupción en todos los niveles, el control que ejercen los medios de comunicación, todo contado de tal forma que una vez que comienza es imposible dejar de leer.
Son tres volúmenes: Los hombres que no amaban a las mujeres (665 páginas), La chica que soñaba con un cerillo y un galón de gasolina (749 páginas) y La reina en el palacio de las corrientes de aire (854 páginas).
De acuerdo con la leyenda, Larsson estaba escribiendo la cuarta entrega de la serie y el borrador se encuentra en su computadora personal, que está en poder de su pareja sentimental, la arquitecta Eva Gabrielsson, con quien compartió 32 años de su vida. Sin embargo no es Eva quien maneja su legado, que económicamente representa unos 24 millones de euros. Los derechos de la obra los tienen el padre y el hermano del autor, quienes ya los han vendido para que la serie sea llevada a la pantalla grande.
Gabrielsson, quien ha escrito un libro acerca de su experiencia tras la muerte de Larsson, no ha recibido un centavo de las regalías, y ha rechazado ofertas económicas hechas por la familia de su pareja, por considerar que es ella quien debe manejar el legado, toda vez que Larsson vivía apartado de sus parientes.
En numerosas entrevistas, Eva Gabrielsson ha señalado la causa de esta batalla: nunca se casaron, ya que Larsson estaba amenazado por grupos de extrema derecha y por cuestiones de seguridad no debía figurar en ningún registro público.
Esta medida la ha apartado de los beneficios económicos que ni siquiera Larsson llegó a ver. La última oferta de los familiares del escritor fueron casi dos millones de euros y una tercera parte de los derechos de autor. Eva Gabrielsson la rechazó mientras los libros siguen vendiéndose en todo el mundo (unos 20 millones de ejemplares tan solo en Europa, y en México supera los 100 mil).
El fenómeno de ventas ha sido más radical en tanto es el boca a boca lo que lleva al lector a buscarlo en las librerías. El libro, mejor dicho los libros, se venden solos.
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