domingo, 17 de enero de 2010

Contacto en Colombia

ESTUVO EN UNA DISCRETA FIESTA DE BAUTISMO
• SOCIO DE LA CONTRAGUERRILLA COLOMBIANA

CUERNAVACA, MOR.- Desde su centro de operaciones construido en Morelos, el poderoso capo Arturo Beltrán Leyva tuvo como socio al colombiano Vicente Castaño Gil, alias "El Profe", identificado como el comandante de la organización paramilitar Águilas Negras y fundador del desaparecido grupo armado de extrema derecha Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
La Procuraduría General de la República (PGR) cuenta con información oficial de organismos internacionales y un testimonio del testigo protegido con la clave César, quien detalló los nexos del recientemente fallecido "Jefe de Jefes" con una de las figuras representativas en el movimiento armado contrainsurgente de Colombia, desde la década de los noventa.
La información sobre la relación entre Vicente Castaño Gil y Arturo Beltrán Leyva forma parte de una investigación de la PGR (SIEDO/UEIDC/166/2009) sobre la red de servidores públicos que sirvieron de escudo para que los hermanos Beltrán Leyva edificaran en Morelos su principal refugio y, sobre todo, su centro de operaciones durante los últimos tres años.
Que los hermanos Beltrán Leyva –una escisión del cártel de Sinaloa– tenían socios en Colombia para el suministro de cocaína, era de dominio público. Lo que no se sabía era que uno de esos contactos era Vicente Castaño Gil, "El Profe", cuyo paradero desconocen las autoridades colombianas.
Desde los años ochenta, grupos de empresarios colombianos trataron de defenderse de la guerrilla agrupada primero en el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y luego en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), financiando a las AUC. Al paso del tiempo ambos extremos –derecha e izquierda– terminaron involucrados en el narcotráfico.

EL NEGOCIO

La investigación de la Subprocuraduría de Investigación en Delincuencia Organizada (SIEDO) contra los ex funcionarios morelenses consta de 12 volúmenes. Si se apilan uno sobre otro, levantarían una columna de dos metros. Los acusados están en la prisión de Nayarit, algunos tratando de defenderse y otros presuntamente ampliando sus declaraciones sobre los tentáculos del cártel de los hermanos Beltrán Leyva.
En el tomo seis, la PGR ha incluido el testimonio de César. Su nombre real –según algunos diarios editados en la Ciudad de México– es Javier Bargueo Urías, un empresario de Culiacán, quien ha aportado información a las autoridades en México y a una corte de Los Ángeles, California, mediante videoconferencias, desde hace por lo menos nueve años.
No se trata de un testigo protegido cualquiera. Fue él quien reveló los primeros detalles sobre el dinero que Arturo Beltrán Leyva suministraba a Joaquín "El Chapo" Guzmán –líder del cártel de Sinaloa– mientras estuvo preso entre 1993 y 2001 en el penal de alta seguridad de La Palma, hasta su fuga.
César ha participado en al menos 12 juicios contra 31 personas pertenecientes a la banda que aún comandan "El Chapo" Guzmán y Héctor "El Güero Palma", otro de los míticos capos mexicanos.
Mientras "El Chapo" estuvo preso, Arturo Beltrán Leyva manejó parte de los negocios. Una de sus tareas era atender a su socio y líder de la contrainsurgencia colombiana. En los expedientes a los que tuvo acceso este semanario, César reveló que conoció a Arturo Beltrán Leyva entre 1997 y 1998 –cuando "El Chapo" estaba preso– en una fiesta organizada en una casa de seguridad ubicada en Querétaro, estado gobernado en ese entonces por Ignacio Loyola Vera, del PAN, criticado por percibir el sueldo más elevado del país para ese cargo: 214 mil pesos mensuales. Hasta el momento, no existe información en el sentido de éste haya sido investigado por la presencia del narcotráfico en su entidad.
Sin precisar la fecha, César contó que Felipe de Jesús Mendívil y su esposa Olga Gastélum Escobar pasaron por él a un hotel. La pareja fue designada por el "Jefe de Jefes" para llevarlo a una reunión que se prolongó hasta poco después de las 2 de la madrugada.
César comentó que tardaron entre 20 y 30 minutos en llegar a un fraccionamiento en "la zona de las lomas fraccionadas". Ahí estaba refugiado en ese momento Beltrán Leyva, rodeado de gente armada. Uno de los encargados de coordinar la seguridad era Rafael Jaime, quien presuntamente pertenecía a la Policía Judicial Federal.
En la reunión había no menos de 20 personas, todos hombres. Arturo Beltrán Leyva estaba en un privado. Aun cuando había fiesta, el capo se daba tiempo para ir atendiendo citas. El informante tuvo que esperar sentado en pequeño recibidor para verlo.

DETIENEN A PAREJA

Jesús Mendívil y Olga Patricia Gastélum fueron detenidos por la PGR el 16 de enero del 2001 en Monterrey, Nuevo León, acusados de limpiar dinero para el narcotráfico. Al ser capturados tenían en su poder 6 millones 785 mil dólares y un lote de joyas valuado por las autoridades en 75 millones de pesos. El dinero y las joyas –ocultos en maletas y bolsas del plástico– pesaron 170 kilogramos.
Desde 1997, y hasta su detención durante el gobierno del panista Fernando Canales Clariond, esta pareja habría efectuado 12 transacciones inmobiliarias en Nuevo León, según publicó entonces el diario El Norte. El arresto fue por casualidad: vecinos de la colonia Hacienda El Rosario, municipio de San Pedro Garza García, reportaron disparos en una vivienda. Los atraparon cuando trataban de huir.
No era la primera vez que los vecinos reportaban a las autoridades movimientos extraños en ese lugar; con frecuencia veían camionetas con cristales oscuros y placas de otros estados, pero nunca les hicieron caso. Incluso la policía ya había entrado una vez a esa casa para rescatar a un policía, Gabriel Vargas Aguilar, supuestamente secuestrado, pero las autoridades atribuyeron el incidente a una borrachera.
Así, la familia completa –con dos hijos menores de edad, uno de ellos armado con una pistola– cayó en manos de la PGR por un pleito familiar. Patricia Mendívil Gastélum, hija de los lavadores de dinero, estudiaba en el Tec de Monterrey y asistía al mismo salón de clase que Mariana Canales Stelzer, hija del entonces gobernador.
Durante el gobierno del presidente Vicente Fox, el que fuera el principal socio de El Chapo Guzmán controló lo estados de Guerrero, Chiapas, Veracruz, Colima, Sonora y Sinaloa.
El testimonio del testigo protegido César narra los movimientos de Arturo Beltrán Leyva en Querétaro y Nuevo León para cobrar una deuda de 7 millones de dólares a nombre del líder de la contrainsurgencia colombiana Vicente Castaño Gil.

LA DEUDA MORTAL

En aquella fiesta de Querétaro, César notó que Beltrán Leyva mandaba a Felipe de Jesús Mendívil para que le llevara algún teléfono móvil o a decirles a las personas que hacían antesala que aguardaran un momento más.
César era uno de sus hombres de confianza. Por eso fue que esa misma noche, entre risas y copas, el capo le asignó una tarea especial: en los siguientes días debía ubicar al empresario Raúl Ángel Ibarra Celis para reunirse en privado, en algún lugar donde pudieran moverse.
El asunto era urgente. El Jefe de Jefes debía cobrar una deuda por 7 millones de dólares que ese empresario y otros dos, de apellidos Gómez de Castillo y Sánchez Castro, tenían con el líder de la contrainsurgencia colombiana, Vicente Castaño Gil.
Los tres empresarios vivían en Los Mochis, Sinaloa. No obstante, César sólo se encargaría de Ibarra Celis. Los demás serían buscados por otros miembros del cártel.
Tiempo después, el hoy informante de la PGR logró contactar a Raúl Ángel Ibarra Celis y le pasó el mensaje: el socio colombiano, "El Profe", estaba exigiendo su dinero, y el encargado de cobrarlo era Arturo Beltrán Leyva.
La entrevista entre el capo y el empresario se pactó para un mes después en Monterrey, Nuevo León, justo donde operaba Felipe de Jesús Mendívil Ibarra.
César e Ibarra Celis viajaron juntos desde Sinaloa hasta Monterrey. La entrevista se realizó "en un hotel que antes había sido hospital para leprosos, el cual se encuentra sobre una loma o un cerro", según describe el testigo protegido en el expediente consultado por Proceso.
Arturo Beltrán Leyva llegó escoltado por hombres armados; entre ellos iba Mendívil Ibarra, quien fue encargado de seleccionar el sitio más seguro.
Pero además de cobrar el dinero de su socio colombiano, el "Jefe de Jefes" aprovechó la ocasión para que uno de los proveedores del cártel le mostrara un lote de joyas. Para ello rentaron dos habitaciones, una para negociar y otra para comprar. Arturo Beltrán Leyva le ordenó a Felipe de Jesús Mendívil que le pagara al joyero 150 mil dólares. El lote le había gustado. "Están muy bonitas", comentó al verlas.
Beltrán Leyva le exigió al empresario sinaloense que pagara 3 millones de dólares, menos de la mitad de la deuda. Raúl Ibarra Celis dijo que no disponía de esa cantidad en efectivo y ofreció en garantía su maquinaria pesada para la construcción.
El capo no aceptó. En lugar de la maquinaria le propuso platicar de nuevo con "El Profe" para que enviara más cocaína a México. Sólo que esta vez las ganancias se repartirían así: 50% para cubrir la deuda con su socio colombiano, 40% para Beltrán Leyva y el restante 10% para gastos de operación. El empresario no obtendría ni un dólar para él. Ante la presión del Jefe de Jefes, Ibarra Celis aceptó el trato.
Otro de los deudores, Gómez del Castillo, alias "El Ronco", fue asesinado casi inmediatamente después de aquella reunión en Monterrey por evadir la renegociación de la deuda. Era el sello de la casa.
Los días de Ibarra Celis también estaban contados. En su afanosa necesidad de recuperar dinero, el empresario habría tratado de traer a México más cocaína, pero de otro cártel colombiano. Al enterarse de esto, "El Profe" pidió a su socio mexicano que lo ejecutaran. El empresario fue acribillado en Los Mochis, Sinaloa. (APRO)

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