*Gastos millonarios en la protesta demagógica de los gobernadores de Coahuila
Juan Monrreal López
Mayo 31 del 2010
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El sábado 1 de mayo, la estructura del gobierno de los Moreira operó a fondo. El reto era superar todas las marchas de beligerancia demagógica precedentes, organizadas por el presidente del PRI coahuilense, “el hermano mayor” de Humberto Moreira.
Con dinero y recursos públicos, los gobernadores de Coahuila, dispusieron de programas gubernamentales como ganchos del acarreo de la miseria, manipulando la pobreza patrimonial que se ha extendido en la entidad.
También explotaron el control que mantienen sobre los alcaldes priistas de la Comarca Lagunera de Coahuila, presidentes municipales con antecedentes delincuenciales sin juzgamiento y, con fortunas imposibles de explicar en términos legales.
El 1 de mayo, Rubén y Humberto Moreira, no se detuvieron por nada. Dispusieron hasta de la policía estatal, quienes vestidos de gris (al igual que las camisas pardas mussolinianas) y armados con rifles de alto poder, levantaron barricadas en las carreteras de acceso a San Pedro de las Colonias.
También, patrullas de la policía del estado, como la 2705 PE dependiente de la Fiscalía Especial de Coahuila, se dieron a la tarea de escoltar a priistas “de primer nivel”.
Asimismo, la “oposición” se hizo presente.
El camaleónico, Jesús Contreras Pacheco, coordinador de los “diputado locales de oposición” de la UDC, ya en pleno concubinato con el moreirismo, también acarreó gente a la bulla bufa desde Matamoros, Coahuila.
Los ganchos roñosos del acarreo
A las 8 de la mañana, de ese 1 de mayo, desconcertados, los choferes torreonenses depositaron a los acarreados en distintos puntos de la ciudad, especialmente en la plaza de armas, justo enfrente de la presidencia municipal.
La gente trasladada desde Torreón, se echó a andar las 6 cuadras que los separaban de la calle Constancia entre las avenidas Degollado e Hidalgo, una especio de ratonera, sin salidas.
Lo mismo aconteció con distintos autobuses llegados de otras partes del estado, llenos de personas esperanzadas en conseguir “los apoyos del Gobierno de la Gente”, como paquetes de materiales, leche y sopas de la gente, más otros ofrecimientos.
Ancianos y niños, fueron los primeros en comenzar a ocupar los espacios, justo enfrente del templete donde, el heredero del trono de Coahuila, Rubén Moreira, los engatusó con la promesa de entregarles “La Tarjetas de la Gente”, “Las becas de la Gente”.
A las 10 de la mañana, personas de la Colonia Pancho Villa, de San Pedro, dicen a Demócrata Norte de México, que en el evento se entregarán los vales para cemento, para la leche.
Creen que en la llamada “madre de todas las manifestaciones”, como la llamó Rubén, - en franca copia a Saddam Hussein -, les entregarán el cebo, consistente en cupones para pastas, pinturas e impermeabilizantes, con los que fueron enganchados en las puertas de su casa.
La Banda Acuario, se esfuerza haciendo ruido y gritando vivas al PRI y Rubén Moreira, pretendiendo calmar la desesperación de los acarreados, víctimas de las altas temperaturas, el sol cayendo a plomo, el hambre, la sed y las ganas de ir al baño.
El evento citado a las 10 de la mañana, sigue sin iniciar.
De hecho, Rubén Moreira, arribaría hasta las 11 y 47 minutos de la mañana. Mientras tanto, personas de la tercera edad, y niños, buscan espacios en los solares aledaños para hacer sus necesidades fisiológicas. Los 7 baños portátiles, instalados sobre la avenida Degollado, son insuficientes.
Señoras piden de favor a los vecinos de las calles colindantes que les faciliten sus baños, que les regalen agua, mientras la Banda Acuario, sigue lanzando vivas a Rubén Moreira.
Según las propias fuentes del PRI, los acarreados llegaron en cuando menos 500 camiones, aunque algunos dirigentes del Movimiento territorial aseguran que hubo 800 autobuses, cargados a la estructura del PRI a nivel municipal.
“Los alimentos no fueron tan costosos”. El lonche fue pan francés con jamón o salchicha, un refresco o agua. El asunto es que varias camionetas de 3 toneladas se estacionaron en la gasolinera del Ejido 20 de noviembre, con alimentos en platos desechables que entregaban a los miles de acarreados de Torreón. De la misma manera, el PRI operó en la carretera con rumbo a Monclova y Saltillo.
Una estimación somera del costo del refrigerio habría sumado cerca de un millón de pesos, sin contar el dinero contante y sonante que se entregó a los operadores de los seccionales.
Con gafetes contados, con control férreo sobre las identificaciones que permitan acceder a la zona de privilegio, justo en la tarima en que Rubén lanzará las arengas en contra de Felipe Calderón, por el llamado “gasolinazo”.
Con las fichas de filiación controladas, el ex alcalde de Torreón, Carlos Román Cepeda González, pugna en las vallas de acceso con los encargados de cuidarlas. Desea que lo dejen pasar.
Deambulando por allí, también se encuentra el ex senador Francisco “Paco” Dávila, quien contendiera por la alcaldía de Torreón bajo las siglas del PRD.
El templete se encuentra atiborrado. Se topan allí los diputados locales Verónica Boreque, Raúl Onofre Contreras, Román Alberto Cepeda, Fernando de las Fuentes “El Diablito Light”, Francisco Saracho Navarro, Verónica Martínez, el “socio” de Humberto Moreira en Nicaragua, Salomón Juan Marcos Issa, entre otros. También sobre la tarima se encuentran el diputado federal, Miguel Riquelme Solís, quien durante todo el evento, incluso cuando Rubén Moreira hablaba, se la pasa riendo con Eduardo Olmos y Verónica Martínez, cuando Lalo, soba el antebrazo de Riquelme.
Todos pelean un pequeño espacio, buscando que Rubén los mire. El ex gobernador Elíseo Mendoza Berrueto, “pinches coahuilenses cerriles, Berrueto dixit”, Ramón Verduzco, Tereso Medina, líder estatal de la CTM, Noé Garza, ex montemayorista subido al plan del moreirismo. También se encuentra allí, el enriquecido David Aguillón Rosales, director de medios del gobierno de Coahuila.
Sin tapujos, los alcaldes de los municipios laguneros se hacen notar, tanto como sus historiales negros e increíbles fortunas.
Guillermo del Real, presidente de Matamoros, quien en menos de 10 años ha levantado un imperio comercial e inmobiliario, siendo obrero y después comerciante que inició con una caja de verduras y un triciclo.
Luego se ha beneficiado con los programas del “Gobierno de la Gente” coyoteando el monedero de la Gente, entre otras muchas irregularidades cometidas en agravio de los recursos públicos.
Jorge Abdala Serna, alcalde de San Pedro de las Colonias, hijo de Jorge Abdala Dabdoub, único alcalde defenestrado en la historia municipal, luego de amenazar y perseguir a los periodistas del Demócrata de San Pedro.
Sobre la familia Abdala, pesan sus presuntas relaciones con el Grupo Aztlán, la careta legal del capo Juan García Chapa. Algunos empresarios sampetrinos denunciaron en las páginas del Demócrata de San Pedro, luego a Demócrata Norte de México, acerca de la maquinaria de construcción usada por los Abdala en la Constructora ABSER, de su propiedad, situación que fue documentada en El Demócrata de San Pedro.
Ni que decir de esta familia, quien usando el poder que detentaba Jorge Abdala, cuando fue alcalde, sustraía el agua potable para regar sus nogaleras, aunque en la ciudad y ejidos sampetrinos no llegase el vital líquido.
Por su parte, el alcalde de Viesca, Javier Escobedo, quien apuntaló a Humberto Moreira, en el fraude de los recursos del Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA), punto de origen de la acumulación de capital de Humberto Moreira, hoy nuevo millonario coahuilense.
Eduardo Olmos, fue miembro de la llamada “Burbuja”, que dirigió el ex secretario de gobierno y anti moreirista declarado, Raúl Sifuentes Guerrero. Luego, Lalo Olmos, se sumó a la campaña de Humberto Moreira, inyectando dinero; luego recibió de pago la secretaría de Obras Públicas.
De allí, Humberto le creó la secretaría de Desarrollo Regional, dependencia donde se alternó con el diputado federal, Miguel Riquelme Solís, conocido como “Míster Triquiñuela”, desde donde desviaron millones de pesos a favor del PRI, en las distintas campañas políticas desde el año 2008.
También en el templete, se encontraba Mario Cepeda, un prototipo del nuevo PRI, según dijo Rubén Moreira.
Mario Cepeda, ha estado indiciado por homicidio, y colocó a sus hijos sin conocimientos de administración pública; pero sobre todo, Mario Cepeda Jr., se apropió de recursos públicos en las oficinas de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento del área rural.
Bajo el estrado, paseaba el presidente del PRI municipal de Torreón, Jesús Salvador Hernández Vélez, un ex maoísta renegado y enriquecido bajo las siglas del PRI, quien durante el evento, estuvo hablando con Hilda Flores Escalera, que como él, no alcanzaron acomodo en la tarima principal.
El discurso de Rubén
Desde el estrado acusó; “Felipe Calderón, tiene las manos llenas de sangre”. Defendió a los líderes sindicales charros, plenamente identificados como enemigos de los trabajadores coahuilenses. Rubén Moreira, alabó a los vende contratos obreros, Mario Enrique Morales, Tereso Medina, José Reyes Blanco Guerra.
También amparó las traiciones de “líder” campesino, Ramón Verduzco, quien defiende las políticas antiagraristas del actual gobierno, que privilegia a los empresarios agropecuarios como los pertenecientes al Grupo Lala, quienes reciben apoyos para sus plantaciones, mientras los campesinos deambulan de dependencia en dependencia, sin encontrar eco a sus solicitudes de crédito.
Aplaudió al líder del Movimiento territorial coahuilense, Samuel Rodríguez, un afín de siempre de la familia Moreira Valdés, y cómplice fundador del cartel político fundado por Humberto y Rubén.
Samuel Rodríguez, fue director del INEA y, fue removido para evitar escándalos, cuando no pudo justificar el empleo de fondos públicos. Fue sustituido por el actual secretario de Educación de Coahuila, Víctor Manuel Zamora Rodríguez.
Ambos fueron denunciados a Demócrata Norte de México, por funcionarios del INEA por emplear recursos del instituto para usarlos en operaciones inmobiliarias.
“Viva el gobierno de la gente”; “chinguéese la gente”
Mientras las camionetas y automóviles de gran lujo abandonan la explanada cercada ex profeso para que los políticos priistas se estacionaran, un líder dice molesto a Demócrata Norte de México, “son chingaderas, la gente sin baños, en camiones y éstos en sus carrazos; chinguéese la gente”, mientras los BMW, Volvo, Navigator, Avalanche, Toyota, vehículos blindados, salen en estampida, la gente trata de encontrar un baño y algo de agua.
Aun frescas las frases y vivas, a “Humberto Moreira y el gobierno de la gente, que es de ustedes”, pronunciadas frente a los casi 40 mil acarreados por Rubén Moreira, la conspiración en contra de su proyecto ya se empezó a tejer.
Dos Humbertistas de pura cepa, los alcaldes de Saltillo y Torreón, Jericó Abramo Masso y Eduardo “Lalo” Olmos, se encuentran haciendo amarres con políticos y medios de comunicación para pararlo en “seco”.
jmonrreall@yahoo.com