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01 septiembre 2012
A bordo del Undocubus, recorre ciudades de Estados Unidos manifestándose contra las leyes migratorias alexander terreros
HOUSTON, TX.- Salió de su ciudad natal, Torreón, Coahuila, junto con su madre y sus dos hermanos menores hacia Estados Unidos para reunirse con su padre, que había emigrado a Phoenix, Arizona, en busca de un futuro mejor. Fueron más de 14 horas en camión y cerca de mil 540 kilómetros para llegar a su destino.
De eso ya han pasado 18 años. Ahora, Leticia Ramírez emprendió el segundo viaje largo de su vida: un recorrido de siete mil 555 kilómetros a través de diez estados desde Phoenix, Arizona, hasta Charlotte, Carolina del Norte, donde a partir del 3 de septiembre sesionará la convención nacional del Partido Demócrata.
Desde el 31 de julio, 30 inmigrantes en situación irregular recorren en el Undocubus los estados en donde más se han endurecido o se han intentado endurecer las leyes de inmigración, como parte de un proyecto elaborado por organizaciones no gubernamentales bajo el lema “No papers, No Fear” (Sin Papeles, Sin Miedo) para mostrar, al decir de Leticia, que no son criminales por el hecho de no tener papeles.
En el autobús, pintado de color turquesa y con mariposas amarillas y que por un lado lleva un cartel inmenso con la leyenda “No Papers, No Fear, a Journey for Justice” y por el otro su traducción al español “Sin Papeles, Sin Miedo, un viaje por la Justicia” viajan indocumentados de diferentes perfiles y edades.
Desde personas mayores de 50 años como Juan José Magandi, pasando por madres como María Jiménez de Phoenix, cuyos hijos son “dreamers”, hasta personas como Leticia, que, por no haber terminado la escuela secundaria, no es beneficiaria de la medida que cobija a los “dreamers”, además de artistas, teatreros, pintores, estudiantes, todos ellos sin papeles. El único en el camión que cuenta con “papeles” es el conductor, lo que le da derecho a tener una licencia de conducción.
Según Tanya Anzueta, quien forma parte de Immigrant Youth Justice League, una de las organizaciones promotoras basada en Chicago, a todas las personas que abordaron el vehículo “se les advirtieron los riesgos y se les dejó claro lo que les podía pasar”.
“Sabemos del riesgo, pero para nosotros es más importante informar a la comunidad indocumentada en estos estados sobre sus derechos, ir a educarlos, para que no sientan miedo”, dice Leticia, quien fue recientemente arrestada, junto con otros tres activistas, frente a la Corte de Arizona donde se le sigue el juicio a Joe Arpaio, el polémico sheriff del condado de Maricopa que ha llevado a cabo una abierta batalla contra la población indocumentada y quien es acusado ante las autoridades de discriminación racial.
Pero aunque estén unidos bajo el proyecto del Undocubus y cuenten con el respaldo de organizaciones cívicas, así como de oficinas de abogados prestos a actuar ante cualquier situación contraria, el riesgo de ser detenidos es latente durante el recorrido que les falta por Georgia, Misisipi y Carolina del Norte.
En varias de las paradas que hace el autobús, el grupo desarrolla protestas frente a oficinas de alguaciles, jefaturas de policía o cortes de inmigración, y aunque no hay nada definido y por ahora es sólo un deseo, uno de los objetivos que tienen los tripulantes, es que el propio presidente Obama los escuche durante la convención demócrata que se cumplirá entre el 3 y el 6 de septiembre en Charlotte, Carolina del Norte.
“Es muy difícil, que por carecer de documentos, no tengamos derecho a estar en la convención”, dice Anzueta, quien asegura que a pesar de ello, el Undocubus y sus tripulantes van a estar allí para entonces y que muy seguramente el Partido Demócrata y el Presidente, “que dicen que apoyan una solución al tema de inmigración, van a tener que tomar una decisión frente a nosotros”.
Sueños que varían según la persona, pero que en el fondo tienen el mismo objetivo de vencer el temor que han sentido por años y de paso poder cumplir los deseos de sus seres queridos, como en el caso de Leticia, quien espera complacer a sus tres pequeños hijos Beatriz, Andrés Jr. y Ángel —todos ciudadanos estadounidenses— de llevarlos sin temor a conocer el parque Disney en Orlando, Florida.
Porque como ella misma reconoce, hoy en día en Phoenix “la gente tiene miedo, uno ve los parques y los centros comerciales desocupados, la gente no quiere salir a la calle” y agrega que ello se debe a leyes como la 287g, la de comunidades seguras y ahora la SB1070 en Arizona, que permite a las autoridades locales indagar y reportar a las autoridades de inmigración sobre el estatus de las personas detenidas en cualquier centro de reclusión.
“Lo más triste es que esas leyes se han multiplicado o se piensan copiar en los estados que estamos visitando, por eso estamos diciendo que a pesar de no tener papeles, no queremos más sentir miedo, es que la gente no se imagina lo difícil, lo duro y lo triste que es vivir en este país como indocumentado”, finaliza la activista coahuilense Leticia Ramírez.
Informar
Sabemos del riesgo, pero para nosotros es más importante informar a la comunidad indocumentada sobre sus derechos, ir a educarlos, para que no sientan miedo”.
Leticia Ramírez, activista coahuilense.
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